HOSTIGAMIENTO SEXUAL N
uevamente vemos en las noticias que un hombre rico y poderoso es acusado por varias mujeres de hostigamiento sexual. Las redes sociales exhortado a mujeres que habían sido sexualmente hostigadas a escribir “Me too” (Yo también). Miles de mujeres han respondido afirmativamente.
El hostigamiento sexual se define como los avances sexuales mal recibidos, los pedidos de favores sexuales y otras conductas verbales o físicas de naturaleza sexual constituyen hostigamiento sexual cuando esta conducta explícita o implícitamente afecta al empleo de un individuo, interfiere de manera irrazonable en el rendimiento del individuo en su trabajo o crea un ambiente de intimidación, hostil u ofensivo.
La gran mayoría de personas hostigadas son mujeres acosadas por hombres con poder sobre ellas. Muchas no reportan esta conducta por miedo a perder su trabajo y porque piensan que no les van a creer. La ley requiere que la víctima pruebe que hubo tal acto y que ellas lo rechazaron, o sea la palabra de él contra la de ella. Tristemente, tanto hom- bres como mujeres tienden a juzgarlas mal indicando que “a lo mejor hicieron algo para provocar el hostigamiento”.
Si el hombre tiene dinero puede comprar silencio o presionar a las autoridades en su favor. Vemos que hombres como Bill Cosby o Donald Trump y otros se salen con la suya recibiendo consecuencias mínimas o ninguna. Lo que hacen es envalentonar a otros hombres a seguir su ejemplo de cómo tratar a las mujeres.
Esto hace más difícil tomar la decisión de reportar el hostigamiento. Pasan los años y cuando una mujer valiente se atreve a reportarlo y a luchar entonces las otras se arriesgan a hablar y por supuesto son juzgadas por no haber reportado antes. ¡Apoyemos a las que se arriesgan a reportar! ¡Nadie tiene de derecho a hostigarnos!l