DOS CAMINOS T

odos, como humanos que somos, tenemos un destino. Desde el momento en que nacemos ya sabemos que algún día tenemos que morir, se nos olvida que en este mundo vamos de paso, somos turistas y así como nacemos, sin nada, así morimos, sin nada, no nos llevamos absolutamente nada.

Y mientras vamos por este mundo, tenemos que caminar hasta el final y nos vamos a encontrar con dos caminos, dos puertas, y tendremos que escoger o decidir por cuál entrar para seguir nuestra ruta, a donde vamos a ir.

Dicen las Sagradas Escrituras que habrá dos puertas. Una ancha y con espacioso camino pero lleva a la perdición y muchos son los que entran por ella. Pero la otra puerta es muy estrecha y angosto es el camino, pero nos lleva a la vida. Hablo de una vida de victoria en Jesucristo y pocos son los que la hayan.

La puerta ancha se refiere a cuando llevamos una vida totalmente separados de la voluntad de Dios, dándole rienda suelta a nuestros deseos carnales, viviendo en el pecado y haciendo todo lo contrario de lo que Dios nos manda. Son muchos los que entran por esta puerta, viven en el mundo.

La puerta estrecha es cuando luchamos contra el pecado, esto no quiere decir que seamos perfectos, pero hacemos todo lo posible por hacer la voluntad de Dios en todo momento, es una vida de sacrificio y de obediencia, pero muy pocos entran por ella, nos da miedo perder nuestros amigos, pero esta puerta y este camino son los que nos llevan a la presencia del Señor, una vez terminemos nuestra existencia, una vez hayamos terminado nuestro camino en esta vida.

Hoy tenemos que decidir por cuál camino vamos a seguir. Que no sea tarde, acepte a Cristo como su Salvador. Se me portan bien y buen genio.