LOS TRES REYES MAGOS
nos hemos ‘norteamericanizado’ y muchas de nuestras tradiciones están muriendo, muchos puertorriqueños continuamos la tradición de celebrar el Día de los Reyes Magos.
Recuerdo que siendo niña en Miami recogía la grama y los Reyes me dejaban regalos. Era de suma importancia para mis padres enseñarme a valorar nuestras tradiciones y nuestro idioma. Los he admirado siempre por esto y me duele ver que muchos hispanos no toman tiempo para enseñarles a sus hijos las tradiciones de sus países ni su idioma.
Uno de mis libros preferidos, editado por Esmeralda Santiago, es Las ‘Christmas’. En este libro autores hispanos de diferentes nacionalidades viviendo en Estados Unidos escriben sobre cómo sus paYa dres combinaron las tradiciones norteamericanas con las de sus países.
Pido a Dios que no dejemos perder esta y otras tradiciones bellas de nuestra cultura. Nuestras ricas raíces hispanas son las que nos sirven de ancla para reconocer que no somos menos que otras culturas.
Este año pido a los Reyes que mi hijo y demás puertorriqueños tengan electricidad, ayuda para comprar los materiales para arreglar o reconstruir sus casas y por supuesto trabajo para poder subsistir financieramente.
Pido que los mexicanos que sufrieron estragos de los terremotos, los tejanos que sufrieron estragos de Harvey y californianos que han perdido sus casas en el gran fuego reciban la ayuda necesaria. Pido consuelo y fortaleza para todos aquellos que han perdido seres amados.
Pido que los Reyes y el 2018 nos traigan muchas bendiciones. Pido que no nos ceguemos por los retos y contratiempos y podamos verlos como oportunidades.l empezamos el 2018. Increíble, el tiempo va volando y vemos cómo todas las profecías que se han escrito, todas se han cumplido al pie de la letra. Vemos por ejemplo que todo lo que se escribió sobre el nacimiento de Jesucristo cientos de años atrás se cumplió y lo mismo tendrá que suceder para su segunda venida, en donde Él mismo lo prometió y así será, creamos a no creamos. Dicen las escrituras: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”
Jesucristo dijo que su segunda venida sería como en la época de Noé, cuando vino el diluvio. Nadie creyó, todos se burlaban de Noé y su familia por estar construyendo un arca en medio del desierto, en donde nunca había llovido. Pero en el tiempo de Dios llegó y la tierra fue inundada.