VIVIFÍCAME CON TU PALABRA

Me gusta leer la vida de las personas que han alcanzado el éxito en la vida, me interesa saber los secretos que les llevaron a la cumbre de la victoria. La mayoría de ellos tienen en común que fueron muy positivos, no aceptaron nada negativo alrededor de ellos, siempre estaban repitiendo palabras positivas. Nunca vieron el vaso medio vacío, siempre lo vieron medio lleno.

Pero este gran secreto se remonta a muchos años y no lo hemos percibido como algo grandioso en nuestra vida, como es repetir la palabra de Dios. Este fue el secreto que Dios le dio a Josué, hombre muy utilizado por el Señor en la conquista de la tierra prometida. El Señor le dijo: “nunca se apartará de tu boca este libro de la ley sino que de día y de noche meditarás en él, para que hagas conforme a lo que en él está escrito, porque entonces hará prosperar tu camino y todo te saldrá bien”. Josué fue un hombre de éxito en todo lo que el emprendió. Esto confirmado en los Salmos que nos dicen “Vivifícame con tu palabra”.

No estoy hablando de positivismo ni optimismo, sino de repetir la palabra de Dios. Por ejemplo, en lugar de decir que no se puede deberíamos estar repitiendo constantemente “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” y gracias al Señor porque Él suple para todas nuestras necesidades.

Muchas personas se lo pasan repitiendo que no sirven para nada y que todo lo que hacen les sale mal en lugar de decir gracias Señor porque en Cristo soy más que vencedor, gracias porque el Señor me lleva siempre de triunfo en triunfo. Recordemos que el Señor nos promete que sus palabras son vida a los que las hallan. Dios los bendiga, se me portan bien y buen genio.l