ODIO, RACISMO, VIOLENCIA…
¡Es con dolor en el alma que vuelvo a tocar estos temas nuevamente! Tristemente, estos temas se han vuelto “el pan nuestro de cada día”. Me asusta que nos estamos volviendo inmunes, justificando y normalizando estas emociones y actos destructivos en vez de repudiarlos y exaltar emociones edificantes y constructivas.
Recordemos que los niños no nacen odiando ni racistas, aprenden escuchando u observando a sus padres y demás adultos significativos en sus vidas.
Hoy lo vemos en la televisión desde el presidente diciendo que los miembros del KKK y el movimiento neonazi son “gente buena”, los inmigrantes hispanos son criminales y repudiando a los atletas que se arrodillan pacíficamente a protestar injusticias raciales hasta programas serios y cómicos en todas las emisoras.
El incidente más reciente fue el tuit de la comediante Roseanne refiriéndose a una mujer negra como “simia”. Esto no es nuevo ya que así han descrito a personas de color por años. Diariamente vemos incidentes de personas de todos los niveles sociales gritando insultos o agrediendo a personas porque son de diferentes razas, etnicidades, género o religiones.
Hemos visto a los que perpetraron matanzas en escuelas e iglesias inspirados y glorificando los símbolos nazis. Pero la violencia no termina ahí, en las calles de Estados Unidos, Centro y Sudamérica y Puerto Rico mueren diariamente personas en matanzas relacionadas con el narcotráfico, pandillas o la violencia doméstica.
¿Hasta cuándo vamos a permitir esto? ¿Cuándo vamos a tomar responsabilidad por romper el ciclo de violencia? Muchos decimos “yo soy solo uno”. Aunque esto es cierto, todo cambio social ha comenzado con uno y otros se han unido hasta lograrlo.
Los jóvenes sobrevivientes de la masacre de Parkland lo están haciendo ya. ¡Comencemos hoy con nuestras familias y comunidades! ¡Comencemos a trabajar para crear cambios hoy!