Separación familiar causa traumas sicológicos en niños
Experto en neurociencia explica el impacto que esta adversidad en el desarrollo del cerebro
Las historias de bebés y niños pequeños separados de sus padres en la frontera entre EEUU y México han provocado indignación en todo el país y a nivel mundial.
Más allá del trauma inmediato, estas separaciones forzadas y la carencia de entornos familiares y de otros adultos de confianza podría tener efectos serios y a largo plazo, dice el doctor Jacek Debiec, M.D., Ph.D., un siquiatra y neurocientífico de la Universidad de Michigan. Su investigación se centra en cómo la cercanía de las madres de crías de roedores afecta sus cerebros. También trabaja en tratar a niños traumatizados.
¿Qué sabemos sobre los impactos potenciales de la separación de sus padres en niños en infancia temprana?
Debiec: Gran parte de la investigación de neurociencia en laboratorio, incluida la mía, se ha centrado en los impactos de las adversidades de la vida temprana en el desarrollo del cerebro. Y la separación materna -la separación de los jóvenes de la madre- es una de las adversidades más drásticas que se ha estudiado. Sabemos que puede producir cambios profundos y duraderos.
¿Han habido estudios en niños que han sido separados de sus padres en el pasado, para cuantificar los impactos a largo plazo?
Sí. Por ejemplo, los estudios en niños rumanos que fueron criados en orfanatos en el siglo XX durante una época en que el país no tenía sistema de familias de acogida, han proporcionado conocimientos sobre el crecimiento y el desarrollo humano.
Los investigadores estudiaron a los niños cuando fueron admitidos en el orfanato, cuando fueron adoptados, y posteriormente en la vida, incluyendo pruebas de comportamiento e imágenes cerebrales. Descubrieron que los logros académicos y el funcionamiento general de los niños se vieron afectados. También encontraron que aquellos que fueron adoptados antes de alrededor de los 2 años de edad tenían alguna posibilidad de revertir los efectos del trauma de separacións.
¿Por qué es tan importante la interacción temprana con los padres y otras personas?
Tanto en los roedores como en los primates, incluidos los humanos, los jóvenes no nacen con todas las funciones que necesitarán para la vida; necesitan desarrollarlos a través de las interacciones con los demás. Y si se ven privados de eso, es posible que nunca se desarrollen adecuadamente.
En los niños, esto puede incluir todo, desde el habla hasta las funciones sociales, tales como cómo confiar en los demás o comportarse en un grupo. Todos los pequeños comportamientos que nos convierten en lo que somos como especie social deben ser adquiridos, y para hacerlo necesitamos apegos seguros con quienes nos rodean.
La investigación en humanos y animales nos ha demostrado la importancia de las señales de apego: las formas de reconocer a un cuidador como un padre por vista, voz, olor o tacto.
¿Puede la presencia de un padre ayudar a un niño durante un trauma o trastorno?
Sí. Sabemos que cuanto más joven es el niño durante un momento traumático, más importante es el estado emocional de los padres en comparación con el mundo exterior al niño. Si el padre/ la madre está allí y es tranquilo y amoroso, el caos exterior no importa tanto. Pero si el padre/la madre no está presente o no funciona, eso puede empeorar el efecto del trauma. Tanto en niños humanos como en animales jóvenes, podemos ver los efectos de esto en comportamientos similares a la ansiedad.
¿Qué sabemos sobre lo que está sucediendo realmente en los cerebros de niños que han sido separados de sus padres?
En los niños criados en orfanatos, por ejemplo, las estructuras de procesamiento de amenazas en la región de la amígdala del cerebro maduran mucho más rápido de lo normal, y vemos lo mismo en los roedores. Se vuelven independientes en su respuesta a una amenaza percibida o real, y no pueden distinguir situaciones ambiguas.
El cerebro en desarrollo es muy adaptable, por naturaleza, por lo que cuando el entorno cambia temprano en la vida, las adaptaciones se vuelven duraderas. Y podemos ver cambios a nivel microscópico, en la expresión de los receptores de glucocorticoides en las neuronas, o sistemas que procesan el estrés en el cerebro. Incluso podemos ver cambios epigenéticos, cambios en la forma en que se marca el ADN, por la exposición crónica a las hormonas del estrés.
¿Pueden estos cambios llevar a problemas de salud mental?
Sí. Los primeros traumas y separaciones del tipo que estamos viendo hoy pueden “programar” a un niño de por vida, aumentando su riesgo de depresión, ansiedad y trastornos psicóticos.
¿Cómo es diferente la situación actual en la frontera de otras pérdidas y traumas que los niños sufren tal como la muerte o encarcelación de uno de sus padres?.
En todas esas situaciones, todavía hay apoyo uno a uno para el niño/a. En el caso de una muerte repentina de uno de los padres, por ejemplo, la familia restante todavía está allí para hacer el resto de la vida del niño predecible; no cambia todo a la vez y aún hay adultos familiares alrededor. Puede que el vínculo del niño no sea tan fuerte como el vínculo con el padre fallecido, pero los vínculos aún pueden amortiguar el impacto.
Lo mismo es cierto para los niños con padres encarcelados, aunque a menudo existe la posibilidad de tener contacto con los padres a través de visitas o llamadas.
Además, los niños en la frontera han sido separados de manera rápida de un padre/madre que probablemente esté muy asustado. Esto potencia o aumenta la angustia del niño.
Con los niños colocados en hogares de guarda, a menudo se intenta mantener a los hermanos juntos, lo que puede ser un gran apoyo para los niños. Y, por supuesto, la familia de crianza está allí para proporcionar atención.
Pero los niños que van y vienen entre su familia biológica y de acogida, o que pasan por varias casas de acogida, pueden desarrollar comportamientos disruptivos, establecer vínculos inseguros y carecer de confianza, o desarrollar una tendencia a apegarse de manera similar a extraños y personas familiares.•