Un conservador inclina balanza del poder en la Corte Suprema
Brett Kavanaugh promete una mentalidad abierta y luchar por preservar la Constitución
El presidente Donald Trump anunció el nombramiento del juez federal Brett Kavanaugh como juez vitalicio para el Tribunal Supremo, abriendo un nuevo frente de guerra con la minoría demócrata en el Senado, que advirtió sobre un giro hacia la derecha en la máxima corte.
Al hacer el anuncio desde el Salón Este de la Casa Blanca, Trump calificó a Kavanaugh como un “juez de jueces” y elogió sus “impecables credenciales” a lo largo de su carrera jurídica, aunque sus detractores lo consideran un “ideólogo de derecha”.
“Lo que importa no son las opiniones personales de un juez sino si puede separar esas opiniones de lo que es la ley y de lo que requiere la Constitución”, dijo Trump durante el anuncio en la Casa Blanca, transmitido por los principales canales de TV. “Me complace anunciar que he hallado, sin lugar a dudas, la persona indicada”.
Trump nombró a Kavanaugh, de 53 años, doce días después de que el juez Anthony Kennedy anunciara su jubilación para fines de este mes. Kennedy fue designado al puesto vitalicio en 1987 por el entonces presidente Ronald Reagan y ha sido considerado el voto “bisagra” en la máxima corte del país.
¿Quién es Kavanaugh?
Graduado de la Facultad de Leyes de la Universidad de Yale, Kavanaugh ha sido juez en la Corte de Apelaciones del Distrito de Columbia, sede de la capital estadounidense, desde 2006, y ha emitido, según la Casa Blanca, más de 300 opiniones, once de las cuales han sido avaladas por el Tribunal Supremo.
El mandatario instó al Senado, bajo control republicano, a que confirme a Kavanaugh en el cargo, a la vez que elogió las décadas de servicio del juez Kennedy.
Kavanaugh, por su parte, dijo creer en la independencia jurídica y prometió que si logra la confirmación del Senado, mantendrá una “mentalidad abierta en cada caso” y luchará por preservar la Constitución y el imperio de la ley.
Kavanaugh prevé sostener reuniones con líderes del Senado a partir de mañana. Los republicanos prevén someter su nombramiento a confirmación a más tardar en octubre próximo, antes de los comicios legislativos del próximo 6 de noviembre.
Pero no todos aplaudieron ayer el nombramiento de Kavanaugh, puesto que demócratas y grupos de corte progresista en todo el país lo describieron como un “reaccionario” y juez de “extrema derecha” que, según advirtieron, podría continuar replegando los derechos de las mujeres y las minorías.
Trump debía escoger de entre cuatro finalistas, incluidos en una lista de una veintena de candidatos, incluido Brett Kavanaugh,así como Raymond Kethledge, Thomas Hardiman y Amy Coney Barrett.
Importancia
El Tribunal Supremo tiene la última palabra sobre la constitucionalidad de las leyes y todos los asuntos de la vida nacional, de ahí la enorme importancia de llenar las vacantes que surjan de esa corte.
En la actualidad, la máxima corte del país está dividida sobre líneas ideológicas entre cinco jueces conservadores y cuatro de corte progresista.
La salida de Kennedy, prevista para finales de este mes, crea el potencial de nombrar a un juez conservador que, según observadores, gire al Tribunal Supremo más hacia la derecha, aún cuando presuntamente debe mantenerse libre de influencias políticas.
Esta es la segunda nominación que Trump realiza desde el año pasado, cuando nombró al juez Neil Gorsuch, en medio de críticas de los demócratas de que sus aliados republicanos en el Senado “robaron” el nombramiento al entonces presidente Barack Obama el año anterior.
Obama había nombrado al juez Merrick Garland en marzo de 2016, pero el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo en esa ocasión que, ante la magnitud del nombramiento, era preferible esperar a que pasaran los comicios generales de noviembre.
Tras la victoria de Trump en las urnas ese año, el nuevo mandatario tuvo la potestad de nombrar al juez vitalicio.
Varios senadores demócratas, entre éstos Bob Casey, de Pensilvania, dejaron en claro que se opondrán al nuevo nombramiento de Trump, por considerar que el mandatario sólo escuchó las voces de grupos ultraconservadores.
En todo caso, no importa si los demócratas se oponen a Kavanaugh, porque el año pasado, los republicanos eliminaron la regla que exigía un mínimo de 60 votos para la confirmación de nombramientos judiciales.
Los republicanos totalizan 51 en el Senado, que es además el número mínimo de votos que necesitarán para confirmar al próximo juez del Supremo.l