CELEBRANDO CON FAMILIARES Y AMISTADES

Ya casi estamos en Noche Buena. Es tiempo de reconocer y apreciar nuestras bendiciones. No me refiero a cosas materiales sino a quienes amamos y nos aman. Me refiero a aquellos que saben de qué “pata cojeamos” y nos aceptan en las buenas y las malas.

Muchas veces damos por sentado que estas personas están ahí, pero se nos olvida tomar tiempo para hacerles saber lo mucho que apreciamos tenerlos en nuestras vidas. El regalo de su presencia no se puede comprar ni se puede envolver con papel y lazos para abrir el día de Navidad.

Es común que mostremos nuestros mejores modales con personas que casi no conocemos y queremos impresionar por diferentes razones. Tristemente, invertirnos toda esa energía en personas engreídas que se creen que son mejores que nosotros porque tienen un título o cuenta bancaria. Si tan solo dedicásemos esa misma energía en hacer que nuestros familiares y amistades sinceras sientan cuan importantes son para nosotros.

Todos los años envían el video de la madre o padre cuyos hijos adultos están tan “ocupados” que no tienen tiempo para dedicarles ni un ratito. Entonces los vemos llorando en el funeral. Dice el refrán “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.

Se nos olvida que un día nosotros seremos esas personas mayores que nos encontramos solos. No tomamos el tiempo para demostrarles a nuestros hijos el amor de familia y de amistades porque no supimos valorar lo verdaderamente importante en la vida.

Hagamos lo posible por llamar a los que están lejos o viajar a visitarlos y compartir con ellos antes que sea muy tarde. Este año hagamos el esfuerzo para compartir con ellos y decirles cuanto agradecemos a Dios que sean parte de nuestras vidas.