CONDUCIR ES UN PRIVILEGIO CON REGLAS

El nuevo año trae consigo esperanzas y promesas nuevas de ponernos a dieta, buscar otro trabajo, etc. La novedad trae consigo los deseos de mejorar en algún aspecto de nuestra vida. Este es el tiempo perfecto para comenzar costumbres nuevas y les pido que traten de mantener un poco de ese espíritu navideño siempre.

Entre mis metas está recuperar la vida que perdí hace cuatro años por estar cuidando a mi hijo después de su accidente de motoras. Yo les hablo con experiencia vivida en carne propia. Mis esfuerzos van hacia ver la ley que pondrá fin a los teléfonos en las manos de los conductores mientras manejan. Voy a pedir una multa de por lo menos $1,000, igual que en otros estados. Si no quieren dejar las llamadas innecesarias mientras manejan, que pueden costarle la vida a otras personas, paguen.

La falta de consideración en las carreteras es horrible y espantosa y sigue empeorando. Nosotros somos el ejemplo de nuestros hijos. Suelten los teléfonos si manejan. Un auto es tan peligroso como una pistola porque los resultados son desastrosos en un instante y dejan muertos o lesionados impedidos por el resto de la vida. Tu llamada no es lo suficientemente importante para las consecuencias que trae esa distracción. ¿Acaso le darías un revolver cargado a su hijo(a)?

Manejar es un privilegio que tiene reglas, igual que todo en la vida. Por si no lo piensan aquí les voy a contar algunas cosas que pueden suceder gracias a esa llamada. Los seguros de los autos no te pagan lo que vale el auto (ya que se deprecia automáticamente, $1,000 mínimo, al sacarlo del dealer); si tienes un auto saldo lo tienes que arreglar o reponer; las personas lesionadas necesitan terapias y si no tienes días por enfermedad hay pérdida de ingresos. Lo estoy viviendo mi gente y yo no estaba en el accidente hace cuatro años.