CONTEMOS NUESTRAS BENDICIONES
Estamos viviendo momentos estresantes en los cuales la pandemia domina las noticias. Muchos estamos encerrados en nuestras casas con nuestros hijos y parejas todo el tiempo. Unos trabajamos desde la casa y los que trabajamos fuera de la casa estamos en peligro de contraer el virus que puede causar la muerte o problemas respiratorios serios para los que sobrevivamos.
Llevamos tiempo viendo las cosas con los lentes oscuros de la negatividad y viviendo en mentalidad de víctimas, quejándonos y culpando a “Segismundo y todo el mundo”. Esto se ha magnificado con el virus y ahora estamos enfocados en lo que no podemos hacer o lo que no tenemos. La paciencia se está acabando y tristemente, los casos de violencia doméstica han aumentado.
¡Qué manera triste de pasar el tiempo que nos queda por vivir! ¡Basta ya! Miles de personas están muriendo en el mundo y es tiempo para echar a un lado las quejas y comencemos a contar nuestras bendiciones pequeñas, medianas o grandes.
En este momento estamos vivos, tenemos alimentos, un techo y esos hijos que tanto nos irritan están saludables. Generalmente, lo que necesitan es que les dediquemos unos momentos de atención y se tranquilizan. No olvidemos que decimos amar a nuestra pareja, mostrémosle ese amor con paciencia y comprensión. Cuidemos a nuestros padres y abuelos. Tratemos a nuestras familias como deseamos que ellos nos traten a nosotros.
En el mundo entero hay personas que están haciendo cosas para ayudar. Unos están haciendo máscaras protectoras. Otros llevan alimentos a personas que no pueden salir. Aquellos que tienen computadoras las utilizan para socializar y mostrar amistad. Veamos este tiempo como un descanso del “revolú” y disfrutemos de nuestra propia compañía y la de aquellos a quienes amamos. Hagamos memorias y contemos nuestras bendiciones.l