BALANCE DE TRUMP
Se acerca el fin de 2019 y el inicio de 2020, a cuyo término el país tendrá la oportunidad de decirle adiós al presidente Donald Trump.
Su extremismo político y graves fallas personales se agravaron durante su tercer año de gobierno, culminando con su impeachment, el 18 de diciembre.
Trump ejerció presión ilegal sobre Ucrania para acumular calumnias contra su probable contrincante en las elecciones, Joe Biden. Y neutralizar que Rusia montó una campaña que le ayudó a ser elegido.
Esto le valió la acusación en la Cámara de Representantes, luego aprobada por mayoría.
Pero lo dicho: fue solo la culminación de sus acciones.
En el balance de 2019, Donald Trump ha rebajado la imagen moral del país, enseñando que engaño, violencia, mentira, difamación, falsificación, son buenos, si redundan en su beneficio.
Ha dado un ejemplo repulsivo a los dictadores y hombres fuertes del mundo. Y ocupado la atención pública con tonterías como su oferta de comprar Groenlandia.
Separó por la fuerza a miles de niños refugiados de sus padres, que trataban de ingresar al país legalmente. Este robo de infantes no ha concluido. Se perdieron los rastros de muchos de estos menores. Algunos murieron bajo custodia.
Su insistencia sin sentido por dinero para un muro en la frontera derivó en que la Suprema Corte le permitió en julio utilizar fondos del presupuesto militar.
Este fue un año de cambios profundos en el gabinete ministerial. Se fueron los secretarios que conocían su trabajo y podían controlar decisiones del mandatario. Entraron quienes llegaron por cercanía y adulación.
Fue un año de tiroteos insensatos, con múltiples víctimas, por asesinos inspirados en la retórica racista y chocante del presidente.
En marzo se presentaron las conclusiones del informe Mueller, que confirmó el intento de Rusia de desestabilizar al país y promover la victoria de Trump. Sin embargo, éste logró crear una percepción pública inversa.
En estas circunstancias, su acción en Ucrania fue como la paja que quebró el lomo del camello. La decisión de los demócratas de enjuiciarlo políticamente fue un acto de emergencia, para impedir que esto empeora.
Estratégicamente, empezaremos el año 2020 con una relación de fuerzas sin cambios. Solo el 40% de la población apoya al presidente, y el 52% quiere que se vaya ya, pero tiene en sus manos el poder presidencial, el del Senado y seguramente, la Suprema Corte.
Una victoria de Trump en noviembre es factible y más cerca que antes.
El año termina pues con un pensamiento ominoso: la presidencia de Trump puede ser peor, lo que es un llamado para toda la gente de buena voluntad a organizarse cívicamente para impedir su victoria en noviembre.•