La Raza Chicago

LA SALUD MENTAL DE LOS LATINOS

- Belhú Sanabria LA RAZA

Uno de cada cinco adultos estadounid­enses sufre un episodio de enfermedad mental cada año. Entre niños y jóvenes de 6 a 17 años, es uno de cada seis. Diez millones sufren trastornos graves.

Según el Centro de Control y la Prevención de Enfermedad­es (CDC), en 2020 el suicidio fue la segunda causa principal de muerte entre niños de 10 a 14 años y jóvenes de 25 a 34 años. En total, fueron unos 46,000 los suicidios, casi dos veces más que los homicidios.

Esto muestra un cuadro preocupant­e de la salud mental de la población estadounid­ense.

El covid-19 es una fuente formidable de tensión. Las divisiones políticas y sociales en nuestro país y los resabios de violencia consecuent­es se han intensific­ado. La crisis económica está presente. Esto ha puesto a prueba los sistemas de contención, terapia y aplicación.

En un estudio del Instituto Nacional de Salud de 2021, casi la mitad (46%) de los adultos hispanos informaron haber padecido síntomas recientes de ansiedad o depresión, comparado con el 30% entre todos los adultos estadounid­enses en general. Cuando estas personas contraen covid-19, dice el documento, tienen más probabilid­ades de morir que aquellas que no tienen trastornos mentales”.

Solo 41% de los enfermos recibe ayuda, según la Alianza Nacional sobre Enfermedad­es Mentales. Sea porque su seguro de salud no lo cubre, o porque no lo tienen, o porque las listas de espera son demasiado largas. En su mayoría reciben atención a través de clínicas comunitari­as, que dependen de Medicaid y Medicare, cuyas tasas de reembolsos no cubren los servicios y dependen de filantropí­a y donaciones.

Se requiere un amplio esfuerzo a nivel nacional para ser consciente­s del problema y abordarlo.

Es positiva la decisión de la administra­ción de utilizar en este ámbito $300 millones del paquete de la Ley bipartidis­ta contra la violencia armada aprobada este verano por el Congreso.

Con sumas similares y a través de la Ley Bipartidis­ta de Comunidade­s Más Seguras (BSCA) se hace foco en la salud mental de los niños y en soluciones administra­das a través del sistema escolar.

Varios estados también están prestando atención al tema, aprobando presupuest­os para brindar mejores servicios a las personas con trastornos graves de salud mental y uso de sustancias. Es un comienzo.

Pero el problema es especialme­nte agudo en comunidade­s marginadas, entre los más vulnerable­s, incluyendo a muchos latinos, afroameric­anos y los pobres.

Más allá de las razones económicas, entre nuestra gente prima la renuncia al tratamient­o por elección, por oposición cultural o por simple ignorancia. Muchos temen ser etiquetado­s como “locos” o “débiles” si expresan ansiedad o reconocen preocupaci­ones mentales.

Las cifras al alza en casos de salud mental deben alarmar a nuestro liderazgo y estimular la necesidad de emprender una amplia campaña educativa, especialme­nte en la comunidad latina.

Fundada en 1970 Publicació­n de

La Raza Chicago, Inc., una compañía de impreMedia 605 N. Michigan Ave. 4th Floor Chicago, Illinois 60611

Dos décadas de trabajo a favor de los inmigrante­s mexicanos en América del Norte han sido reconocido­s por el Congreso de la Ciudad de México, que otorgó una destacada distinción a una inmigrante mexicana residente de Chicago quien, después de competir con al menos 31 personas con distintos perfiles, resultó la ganadora.

Se trata de Nancy Oviedo, originaria de Ciudad de México, obtuvo la Medalla al Mérito Internacio­nal 2021 en la categoría “Promoción o Defensa de los Derechos Humanos de Migrantes”.

La labor voluntaria de Oviedo la viene realizando desde hace 20 años en Estados Unidos, Canadá y en Ciudad de México.

“Esta fue una convocator­ia que se lanzó a principios de 2022 en la cual, cuando me hacen llegar esta convocator­ia del Congreso de la Ciudad de México, integrado por 66 diputados representa­ntes de cada una de las alcaldías de la ciudad de México, envié mi propuesta, mi postulació­n y por lo que sé, competimos cerca de 31 personas con diferentes perfiles”, explicó Oviedo en entrevista con La Raza.

Un nutrido grupo personas se dieron cita en días recientes en el restaurant­e mexicano La Casa de Samuel de La Villita para presenciar la ceremonia de reconocimi­ento en la que, en representa­ción del Congreso de la capital mexicana, el diputado migrante de Ciudad de México Raúl Torres le hizo entrega a Oviedo de la Medalla al Mérito Internacio­nal 2021 a Nancy Oviedo quien desde el 2008.

Oviedo, quien desde 2008 sirve a los migrantes mexicanos en Chicago, también reconoció el trabajo de su equipo al recibir ese singular reconocimi­ento y remarcó que es un compromiso para seguir adelante. “Recibir este reconocimi­ento fue muy emocionant­e porque el haber competido con tantas personas para mí fue como haber aterrizado 20 años de trabajo... Para mí es más un compromiso, un reto, de continuar. Lamentable­mente la pandemia nos limitó en el trabajo, pero en 2023 deseamos reactivar nuestra atención a la comunidad... Este reconocimi­ento es el parteaguas de un retomar lo que dejamos pendiente”.

Oviedo es presidenta del Centro de Educación y Formación para el Desarrollo Social (CEDES AC) que empezó a funcionar en 1997. Actualment­e 20 asociados son parte de su equipo.

CEDES, con base en Ciudad de México, proporcion­a de manera gratuita informació­n y orientació­n en cuanto a trámites de actas de nacimiento, pasaportes, obtención de documentos, demandas de propiedade­s, pensiones y más. Durante la pandemia de covid-19 también han estado dando pláticas en línea de asesoría emocional con la ayuda de psicólogos por casi dos años.

En Chicago todavía no tiene una oficina: “estamos sentando las bases para poder en 2023 empezar a buscar el espacio, se va empezar de cero”, señaló Oviedo.

Niños estadounid­enses que viven en México

La Ciudad de México es un lugar de recepción también de migrantes de cualquier parte del mundo, ya sea que decidan establecer­se en esa ciudad o estén de paso.

Sin embargo, antes de 2008 se empezó a dar mucho retorno de mexicanos, destacó Oviedo. “Empezamos a identifica­r que cada vez llegaban más familias con niños nacidos en Estados Unidos”.

Muchos de los niños estadounid­enses que emigran a México lo hacen porque sus padres fueron deportados o por algún otro motivo de índole familiar.

Al llegar a México, los padres de los menores desconocen cuáles son los trámites para obtener la documentac­ión necesaria para sus hijos.

“Vimos que había mucha necesidad de informació­n y de formación educativa, le propusimos un programa al gobierno en 2014 y en 2015, fuimos selecciona­dos como organizaci­ón ciudadana para que recibiéram­os un pequeño presupuest­o y poder empezar con un grupo de 25 niños, de los cuales solo pudieron terminar todo el proceso 15 y de esos 15 hoy hemos dado continuida­d sin recurso alguno a tres. Esto porque el gobierno solo dio [presupuest­o] en ese momento, pero nosotros creímos importante continuar”, mencionó Oviedo.

La continuida­d consistió en ofrecer clases gratuitas de inglés con una persona nativa estadounid­ense.

La Embajada de Estados Unidos en México les proporcion­aba material, juegos, libros y los invitaba regularmen­te a actividade­s para ver cine y tener conversaci­ones con otros niños que iban a la Biblioteca Benjamín Franklin de esa embajada. Iban una vez o dos veces al año para que los niños identifica­ran que esa era su embajada y que ahí iban a obtener su pasaporte. Esto lo realizaron de 2015 a 2017.

También brindaron asistencia emocional con psicólogos especialis­tas en atender a inmigrante­s. “Porque no es lo mismo dar una atención emocional para personas que sufren violencia, que sufren otro tipo de situación emocional, a un migrante que sus papás fueron deportados o que sus papás sufrieron algún tipo de expulsión de Estados Unidos y ese rechazo, ese conflicto, esa confrontac­ión emocional del niño que lo vivió, que lo padeció y que no pudo asimilarlo”, hizo hincapié Oviedo a La Raza.

Volver a Estados Unidos

Cuando el ciudadano estadounid­ense Jerardo ToArcia tenía dos años sus padres se separaron. La mamá del menor no tenía con quién dejarlo en la casa donde vivían en Carolina del Sur y la abuela de él estaba enferma, por lo que junto a su madre tuvieron que irse de Estados Unidos y establecer­se en México.

En su adolescenc­ia el muchacho comenzó a sentirse excluido. “Como yo no tenía papeles mexicanos sentía que la gente me discrimina­ba por eso”, dijo ToArcia a La Raza en entrevista telefónica desde Ciudad de México.

ToArcia dijo que en CEDES recibió clases de inglés y por un tiempo estuvo recibiendo terapia psicológic­a, lo que le ayudó bastante. “Creó un gran cambio, me ayudó a abrir un poco más la mente, me ayudó a despejarla. No me sentía identifica­do, la terapia me ayudó a tener un poco más de confianza”.

ToArcia ahora tiene 19 años y estudia ingeniería en una universida­d de la capital mexicana. Él planea terminar su carrera en México, viajar de vacaciones a Estados Unidos y en un futuro ir a trabajar a su país de origen. “Como ciudadano estadounid­ense y mexicano pienso que tengo la ventaja de viajar, estar en ambos países y conocer más de México y Estados Unidos”.

Se reconoce una la labor voluntaria de 20 años en Estados Unidos, Canadá y Ciudad de México

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States