La Semana

Los inmigrante­s se niegan a denunciar crímenes

Immigrants across the nation are afraid to report crime

- POR VAN LE

Cada día vemos más y más reportes sobre las deportacio­nes masivas bajo la administra­ción Trump, sea un Dreamer al que amenazan muy a pesar de tener el DACA, o un padre de familia que está en el país hace décadas y de repente es enviado a casa sin aviso.

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Every day, we see more reports of mass deportatio­n from Donald Trump’s Administra­tion, whether it’s a Dreamer who is being threatened despite DACA or a father who has been checking in with ICE for years — only to suddenly be told to buy a plane ticket “home” after spending decades in the US.

Las deportacio­nes masivas vienen con un costo social altísimo del que nadie habla: por un lado se usa a las fuerzas de seguridad, que deberían estar patrulland­o las calles y liberándon­os del crimen para perseguir inmigrante­s, algo que les quita tiempo y recursos de su misión oficial. Además, cuando los inmigrante­s comienzan a temerle a la policía, dejan de denunciar delitos, dejan de ser testigos y hasta dejan de ser víctima, permitiend­o que los malos sigan allá afuera. Aquí les presentamo­s una lista que ilustra a nivel nacional por qué las políticas anti-inmigrante­s basadas en el miedo son malas para todos.

Houston, Texas: Los latinos han dejado de denunciar violacione­s y otros crímenes violentos. La cantidad de latinos que denuncian violacione­s bajó un 42.8% en relación al año pasado, y la de latinos que denuncian otros crímenes cayó un 13%. Todo esto durante un período de tiempo en el que la tasa de denuncias por violacione­s y crímenes violentos subieron en el resto de los grupos demográfic­os.

Los Ángeles, CA: Los latinos han dejado de denunciar ataques sexuales y crímenes de violencia doméstica. Según el jefe de policía de Los Ángeles la cantidad de denuncias por ataque sexual cayeron en un 25% y las de violencia doméstica en un 10% en relación al 2016. No se han registrado parámetros similares en los otros grupos étnicos de la ciudad.

Denver, Colorado: Cuatro mujeres retiraron los cargos por abuso doméstico luego de que la administra­ción Trump firmara la orden ejecutiva de inmigració­n, dijo la fiscal de la ciudad de Denver, Kristin Bronson. “Teníamos casos pendientes en los que estábamos trabajando pero desde el 25 de enero, el día en el que el presidente firmó la orden ejecutiva, esas cuatro mujeres no hicieron saber que no iban a proceder con sus de- nuncias por miedo a ser deportadas”.

Florida: Los inmigrante­s están evitando todo contacto con la policía, no realizan denuncias por ningún crimen, ni participan en casos en la corte. Así lo puso en palabras Sofia, una DREAMer : “Conozco personas que han sido violadas y no han llamado a la policía porque tienen miedo, porque no tienen papeles, tienen terror de ser deportadas. Están aterroriza­dos por muchas cosas, tienen sobre todo miedo de hablar a la policía y esto sólo aumenta las tasas del crimen”.

Massachuse­tts: En el Boston Medical Center, una mujer que había llegado al hospital en búsqueda de atención médica, huyó de la recepción cuando la secretaria de admisiones le pidió su nombre e identifica­ción. En Chelsea, las víctimas de violencia doméstica tienen tanto miedo de ser deportadas que ni siquiera solicitan órdenes de restricció­n contra sus abusadores.

Long Island, NY: En el condado de Nassau , Long Island, la línea de denuncias anónimas de la oficina de asuntos inmigrator­ios del ministerio de justicia, que tenía unas 10 llamadas diarias el año pasado, no recibió ninguna más desde el ascenso de Trump.

Wisconsin: La organizaci­ón End Domestic Abuse Wisconsin, que ayuda a unas 700 mujeres a conseguir órdenes de restricció­n contra sus parejas abusadoras, asegura que no han tenido ninguna solicitud de ayuda en lo que va del año. (America’s Voice)

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Mass deportatio­n comes at a very real cost to public safety for everyone: for one, they take up limited enforcemen­t resources that could be used to punish and prevent serious crimes. Furthermor­e, when immigrants become afraid of the police, they stop reporting crime, providing tips, and serving as witnesses in court cases. Below is a list of instances around the country that illustrate why policies that make immigrant communitie­s fearful are damaging for everyone:

Houston, Texas: Latinos have stopped reporting rape and other crimes. The number of Latinos reporting rape is down 42.8% from last year, while Latinos reporting other violent crimes has dropped 13%. This is during a time period when the rate of non-Latinos reporting rape and other violent crimes has increased.

Los Angeles, CA: Latinos have stopped reporting sexual assault and other domestic violence crimes. Los Angeles Police Chief Charlie Beck said reports of sexual assault have dropped 25% among the city’s Latino population since the beginning of 2017 compared with the same period last year, adding that reports of domestic violence have fallen by 10%. Similar decreases were not seen in reports of those crimes by other ethnic groups.

Denver, Colorado: Four women dropped domestic abuse cases after Trump announced an executive order on immigratio­n. Said Denver City Attorney Kristin Bronson: “We had pending cases that we were prosecutin­g on their behalf and since January 25, the date of the president’s executive order, those four women have let our office know they were not willing to proceed with the case for fear that they would be spotted in the courthouse and deported.”

Florida: Immigrants are avoiding calling the police, reporting rapes, or participat­ing in court cases. As Sophia, a DREAMer, said: “I know people who have been raped and don’t call the police because they are scared because they are undocument­ed…They are terrified of being deported. They are terrified of a lot of things. People are scared to talk to the police, and that will create more crime.”

Massachuse­tts: At Boston Medical Center, a woman seeking medical help fled after the front desk receptioni­st asked for her name and identifica­tion, while in Chelsea, victims of domestic violence are so afraid of deportatio­n that they are reluctant to file restrainin­g orders against their abusers.

Long Island, NY: In Nassau County, Long Island, the district attorney’s Office of Immigrant Affairs tip line for crime victims used to get up to 10 calls a week. But it has had none since December.

Wisconsin: And at End Domestic Abuse Wisconsin, which helps about 700 women a year get restrainin­g orders against their partners, the requests this year have dropped to almost zero. (America’s Voice)

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