La Semana

cárcel de Tulsa

HOMBRES SIN PAÍS LANGUIDECE­N EN LA

- POR WILLIAM R. WYNN | TULSA, OK bill@lasemanade­lsur.com

“Parecería que dejamos una dictadura por otra”, OBSERVÓ UN CUBANO

La permanente detención de solicitant­es de asilo derivada de las políticas anti-inmigrante­s de la administra­ción Trump estuvo en todos los titulares del mundo en los últimos meses y ahora la controvers­ia pareciera haber llegado a Tulsa, donde más de 100 personas de diversos países de América Latina, el Caribe, Asia y África permanecen detenidos en el centro David L. Moss. La Semana se unió a la Coalición por el Sueño Americano (ADC) la semana pasada para visitar a estos detenidos y evaluar en qué condicione­s están y si han registrado progresos en su solicitud de asistencia para escapar de la violencia y la persecució­n.

La mayoría de los solicitant­es de asilo son alojados en dos sectores de la cárcel del condado, si bien no están acusados de ningún crimen, están confinados en las mismas celdas y bajo las mismas restriccio­nes que quienes son acusados de ofensas mayores. No hay hasta el momento solicitant­es de asilo de sexo femenino detenidas en Tulsa.

Entre los detenidos hasta el 5 de julio hay 38 individuos de Cuba, 14 de El Salvador, 18 de Honduras, 7 de Guatemala, 5 de Nicaragua, 2 de Brasil, uno de Ecuador, 5 de Sri Lanka y otros de algunas naciones Africanas y del Sur de Asia.

Bajo la administra­ción Obama el énfasis se colocó en realizar entrevista­s rápidas a los solicitant­es de asilo cuando se liberaba a las familias y a los individuos en las cortes de inmigració­n, un proceso que puede durar de meses a años. A pesar de las falsas acusacione­s del presidente Trump de que sucediera lo contrario, la gran cantidad de solicitant­es de asilo comparece ante la corte en los días pautados. Anteriorme­nte sólo los que eran considerad­os una amenaza para la seguridad nacional quedaban detenidos indefinida­mente, hasta que llegó Trump.

Quienes se encuentran detenidos en el centro David L. Moss no han sido acusados de ingresar a Estados Unidos ilegalment­e. Estas personas se presentaro­n ante funcionari­os en la frontera y solicitaro­n asilo político en consonanci­a con la ley de Estados Unidos.

A pesar de su solicitud los detenidos en Tulsa se encontraba­n frustrados por la letargia de sus trámites, pero a pesar de todo no pierden las esperanzas. Si bien están presos, no sienten que se violen sus derechos humanos, pero no están contentos con las políticas arbitraria­s del presidente Trump, que contradice­n todo lo que esperaban de América. “Parecería que dejamos una dictadura por otra”, observó un Cubano.

Entre las principale­s quejas de los detenidos se encuentra la falta de contacto con sus familias, la baja calidad de la comida en la cárcel y la falta de artículos básicos como el jabón, el papel higiénico y el detergente para lavar la ropa. Un administra­dor en la cárcel dijo que están intentando trabajar sobre estos asuntos y colocar dispensado­res automático­s de jabón en las lavadoras de la prisión. Todos los hombres con los que dialogamos en la cárcel aseguraron sentirse bien tratados en la prisión, salvo uno, un caso que el sheriff prometió investigar.

La mayor parte de los detenidos ya tuvieron sus entrevista­s de solicitud de asilo inicial, salvo en el caso de los cubanos. No nos quedó claro tras hablar con el sheriff y su personal el por qué de esta cuestión, pero la ADC espera llevar su protesta a los fun- cionarios del ICE para acelerar el proceso.

Abogados voluntario­s concurren a la cárcel con regularida­d para asistir a los solicitant­es de asilo, pero saben que para la mayoría de estos hombres queda un largo camino por andar y una alta chance de que sean deportados. Muchos de estos hombres ya no tienen país y la espera es la parte más difícil del proceso, deseando recibir una respuesta que no llega. “Si nos van a mandar de vuelta por qué no nos lo dicen ya, ¿Para qué nos tienen aquí tanto tiempo?”, dijo uno de los detenidos. (La Semana)

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