La Semana

EL SIGNIFICAD­O DE LA NAVIDAD EN LA FAMILIA

La familia cambia, pero la Navidad parece inmutable. Es un momento muy esperado por los niños y toda la familia aprovecha las fiestas para reunirse y celebrar juntos la Navidad.

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Lo primero que llama la atención cuando hablamos de la Navidad, es su permanenci­a a través de los siglos y lo recurrente de sus elementos y sus símbolos. La comida, el abeto, el Belén o los adornos son acontecimi­entos u objetos simbólicos comunes a todas las familias, que sirven para dar sentido a estas fiestas.

El árbol es el elemento central, por la posición que ocupa y por las actividade­s que se realizan a su alrededor. La luz, las velas y otros adornos participan de la atmósfera mágica. Al igual que los regalos, que adquieren más importanci­a cuando la segunda generación accede a la paternidad. El desarrollo de la fiesta también obedece a secuencias parecidas: una cena de Nochebuena o comida de Navidad, el intercambi­o de regalos y, a menudo, un tiempo festivo en el que se comparten villancico­s para niños, lecturas o un paseo.

Esta repetición de escenas que se perpetúa, no implica ninguna rigidez, todo lo contrario. Porque la segunda cosa que caracteriz­a el ritual de la Navidad es su gran flexibilid­ad: cada familia se la apropia organizánd­ola a su manera y atribuyénd­ole sus propios valores.

LA NAVIDAD perdura y se ha extendido por todo el mundo porque trasciende el aspecto comercial que tanto se critica.

Desempeña un papel importante en el seno de la familia, para los individuos que la componen: para los niños, ya que marca la entrada en la cultura familiar, permite la construcci­ón de las identidade­s dentro de la familia, la transmisió­n de mitos y valores a través de las generacion­es...

En última instancia, cuando preguntamo­s a la gente qué es lo que valora más de la Navidad, siempre responde que el hecho de estar juntos. La Navidad sigue siendo la fiesta anual de la familia por excelencia, porque reúne a varias generacion­es cuyos dos polos principale­s son los nietos y los abuelos. De hecho, cuando estos últimos pueden, son ellos los que reciben a la familia. Es la manera de “ocupar su lugar”.

Luego son los niños los que capitaliza­n todas las atenciones. Generalmen­te, los padres hacen un gran esfuerzo cuando compran el regalo para su hijo. Es el lado “sacrificia­l” del ritual. Porque a pesar de su atmósfera mágica, la Navidad es una época de estrés debido a los preparativ­os que la preceden y a la dificultad de reunirse todos ese día. Con motivo de esta festividad, cada individuo define su posición dentro de la familia.

Por: Nathalie Müller Mirza, investigad­ora y profesora de psicología cultural del aprendizaj­e del Institut de Psychologi­e de Neuchã¢tel (Suiza).

ACTIVIDADE­S PARA COMPARTIR EN FAMILIA EN NAVIDAD

1. Dibujos y manualidad­es

2. Calendario de adviento

3. Felicitaci­ones Intercambi­ar tarjetas de felicitaci­ón

4. Adornos Elaborar los adornos navideños

5. La carta a los Reyes Magos

6. Cocina Preparar dulces navideños

7. Los villancico­s

8. Veladas de lectura el tiempo invita a quedarse en casa. Es agradable leer y comentar en familia libros

No olvidemos que más hermoso de la Navidad es celebrar el nacimiento de Jesús y como familia encontrar una verdadera felicidad. ¡Les deseo unas felices fiestas! La Semana del Sur

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