La Semana

¿Puede el Senado lograr una reforma migratoria?

- POR MARIBEL HASTINGS Y DAVID TORRES | WASHINGTON, DC

La inclusión del lenguaje que proveería una ruta a la legalizaci­ón en el plan presupuest­ario del Senado abre otro capítulo, esta vez durante la presidenci­a del demócrata Joe Biden, de la carrera maratónica con obstáculos que ha sido y es la búsqueda de una reforma migratoria que regularice a millones.

Pareciera que se ha juntado todo, desde el permanente discurso pro inmigrante, las decisiones para contrarres­tar las más draconiana­s decisiones antiinmigr­antes del anterior gobierno, hasta la oportunida­d política del momento, uno de los más propicios para, ahora sí, lograr algo histórico.

Pero ante la negativa republican­a de considerar proyectos de legalizaci­ón argumentan­do la porosidad de la frontera y ahora utilizando a los inmigrante­s como chivos expiatorio­s, culpándolo­s de la propagació­n del Covid 19 —y ante una bancada demócrata con una frágil mayoría donde senadores moderados temen al asunto migratorio a un año de las elecciones intermedia­s—, el liderazgo demócrata apuesta al proceso de conciliaci­ón presupuest­aria como el mecanismo para tratar de avanzar una reforma que responda a las promesas demócratas de pasadas décadas que nunca se han concretado.

Dicha conciliaci­ón presupuest­aria se presenta ahora como uno de los últimos recursos para asumir la correspons­abilidad en la defensa de millones de inmigrante­s que lo han entregado todo a este país y que han visto cómo las opciones se han ido reduciendo para obtener una legalizaci­ón que no llega. Y esperanzas hay muchas.

Pero del dicho al hecho hay un gran trecho. Y aunque se parte de la premisa de que la idea es tratar de regulariza­r a la mayor cantidad de indocument­ados, particular­mente a Dreamers, beneficiar­ios del TPS, trabajador­es agrícolas y ciertos trabajador­es esenciales, la realidad es que no se ha indicado quiénes serían los beneficiad­os, ni con base en qué mecanismos se lograría su regulariza­ción.

Más aún, es la Parlamenta­ria del Senado la que decidirá si el lenguaje migratorio puede formar parte o no de la conciliaci­ón presupuest­aria. En otras palabras, incluir el lenguaje de legalizaci­ón es haber echado una bola a rodar para ver hasta dónde llega.

Durante años han podido, y con razón, achacarle la culpa a un Partido Republican­o controlado por el ala más xenófoba y racista que solamente emplea el tema para atizar a su base más recalcitra­nte. Pero también es cierto que cuando los demócratas han controlado tanto el Congreso como la Casa Blanca, han dejado pasar varias oportunida­des, ya sea por divisiones internas o porque otros asuntos han sido los “prioritari­os”.

Bueno, pues este es precisamen­te un momento de prioridade­s migratoria­s que no puede quedar a la deriva nuevamente. Sería cruel, inhumano e injusto. Y nadie quiere una nación decepciona­da.

La única constante de esta historia ha sido el tesón de una comunidad inmigrante que sigue buscando la forma de sacar adelante a sus familias, aunque las promesas de los políticos se conviertan en sal y agua. Es su ejemplo, concretame­nte, el que le da vida al concepto estadounid­ense de nación de inmigrante­s de principio a fin.

Estamos nuevamente ante otra posibilida­d de acción. Las próximas semanas y meses nos irán dejando saber si hay avance en el maratón migratorio o si una vez más se trata de una salida en falso. (America’s Voice)

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in English

Newspapers from United States