LA VERDADERA HISTORIA DE 'HABLAN' (PREMIOS OSCAR), LA VIOLACIÓN DE
151 MUJERES MENONITAS EN BOLIVIA
Los viejos decían que eran fantasmas o Satanás, o que mentíamos para llamar la atención o incluso que era un acto de imaginación femenina salvaje. Continuó durante años. A todos nos pasó”. Así comienza
'Ellas hablan', la película ganadora del Oscar al Mejor Guión Adaptado
que narra la cruel violación de un grupo de mujeres menonitas entre 2005 y 2009 por miembros de su comunidad. Fueron 151 víctimas en total, mujeres y niñas que solas tuvieron que afrontar este calvario.
En 2011, los tribunales declararon culpables a nueve hombres después de violar sistemáticamente a mujeres de su comunidad menonita, incluidas niñas, mujeres adultas y ancianas. “Amanecieron medio inconscientes, con dolor de cabeza y manchas de semen en el cuerpo. No tenían idea de por qué no usaban ropa interior”, dijo Fredy Pérez, el fiscal que lleva el caso, según la BBC. Siete de los culpables fueron condenados a 25 años y uno a doce por drogar a las víctimas. Otros dos también fueron juzgados por juicios conexos y ahora ocho de ellos siguen privados de libertad en el penal de Santa Cruz.
Cuando la realidad es más extraña que la ficción
Sarah Polley, la directora de la película, no marcó la fecha ni el lugar de los hechos durante la película, pero su inicio hace una referencia que permite ubicar los hechos. “Lo que sigue es un acto de imaginación femenina” : Esta es la frase que se puede ver al comienzo de la película. El mismo que utilizaron los jefes menonitas de los pueblos para explicar el maltrato al que sometieron durante años a estas mujeres según el diario 'The Guardian'.
El largometraje, que adapta la novela homónima de Miriam Toews, muestra con crudeza la incertidumbre a la que se enfrentaban estas mujeres cuando se despertaban medio drogadas tras ser violadas. Con sus diálogos se revela la confusión a la que fueron sometidos, a la mentira sistemática y cabezas de la comunidad; y la duda sobre qué podrían hacer para combatir estos hechos. Durante cuatro años estas mujeres sufrieron con el mismo procedimiento. Los violadores rociaron el sedante a través de las ventanas de los dormitorios, dejándolos inconscientes y luego abusaron de ellos.
"Ha pasado de nuevo. Cuando despertamos, sentimos manos que ya no estaban.