LA CRISIS MIGRATORIA LLEGA A UNA CIUDAD DE MÉXICO SATURADA
Ciudad de México, de abril (EFE).- La crisis migratoria en México ha llegado a una capital saturada, donde miles de personas esperan en campamentos improvisados y refugios para obtener permisos humanitarios que les permitan continuar su viaje a los Estados Unidos o trabajar en el país.
La Comisión Mexicana de Ayuda a los Refugiados (Comar), a cargo del procesamiento de las tarjetas humanitarias, está atrasada en más de 100.000 casos, después de alcanzar un récord de 37.606 solicitudes en el primer trimestre del año, un 29,2 % más que durante el mismo período de 2022.
Los miles de migrantes que se encuentran en el limbo no solo han saturado las fronteras norte y sur, sino que también han abrumado la Ciudad de México que se ha convertido en un lugar clave en las rutas migratorias.
En el sur de Tapachula (Chiapas), las organizaciones advierten que la población migrante ya supera a la población local, mientras que en el norte de Ciudad Juárez, 40 personas murieron a Pnales de marzo en un centro de detención del Instituto Nacional de Migración (INM).
En la capital, los responsables del refugio Cafemin prevén que el 1ujo migratorio no se detendrá.
"Esperamos cerca de 65.000 personas en la segunda quincena de mayo, no hemos alcanzado el punto más alto. Nunca habíamos experimentado una situación como esta (...), la ciudad (capital de México) es el segundo lugar en el país en solicitudes de protección internacional", dijo Mario Monroy, coordinador de integración local de Cafemin, a EFE.
La red de refugios en la capital, dijo, se encuentra en una situación de "máxima saturación". Mientras que en Cafemin actualmente atienden a 200 personas al día y han llegado a 700, aunque tienen una capacidad para cien.
Por esta razón, muchos no tienen otra solución que vivir en la calle. En las últimas semanas, cientos han acampado en la plaza Giordano Bruno, a pocos metros de las opcinas de Comar, donde esperan un documento que los sacará del atolladero.
"Están durmiendo en la calle, no hay nada que comer y lo pasamos mal. No hay ayuda de nadie", dijo Delissone Salntisalnt, una haitiana de 52 años.
Después de semanas sin respuesta ni atención, el gobierno de la capital abrió un refugio provisional en el municipio sur de Tláhuac, donde aseguran que recibirán permisos humanitarios.