LETRAS VIOLENTAS EN LA MÚSICA MEXICANA
En el centro de la controversia están las canciones conocidas como narcocorridos, que describen la vida de los miembros de los cárteles de la droga en términos a menudo simpáticos e incluso admirativos. Estas canciones hablan de un problema muy real en las vidas de demasiados mexicanos -a ambos lados de la frontera-, pero además de retratar positivamente a narcos como los miembros del famoso cártel Guzmán, los narcocorridos pueden tener consecuencias no deseadas para los propios cantantes. A veces, a los protagonistas de las canciones no les gustan los retratos, y otras veces a las bandas rivales no les gusta que sus competidores reciban publicidad gratuita, algo que la mega estrella mexicana Peso Pluma, que ha construido su carrera alabando al cártel de Sinaloa, aprendió de primera mano. El Washington Post informó de lo sucedido justo antes de uno de los conciertos programados por Peso Pluma en Tijuana:
"En septiembre, cuatro pancartas aparecieron simultáneamente en diferentes partes de la ciudad, advirtiendo al cantante que el 14 de octubre sería su [de Peso Pluma] última actuación si se atrevía a aventurarse en Tijuana. Ese mismo mes, otra banda, Fuerza Regida, canceló su concierto del 6 de octubre después de que apareciera otra pancarta amenazadora".
Estos fueron algunos de los muchos incidentes que, en noviembre del año pasado, llevaron al ayuntamiento de Tijuana a aprobar por unanimidad una ley que restringe la interpretación de música que pueda generar violencia. La ley impone fuertes multas a cualquier artista que "transmita, exhiba, cante o reproduzca música, vídeos, imágenes o cualquier otra cosa similar que promueva la cultura de la violencia o haga apología del delito o de los autores de actos ilícitos en una actuación en directo".
Pero no es sólo la gloridcación del narcotrádco lo que preocupa en muchas letras de canciones populares. La denigración de la mujer es otro problema muy real.
En los últimos tiempos, algunas canciones de la música latinoamericana, incluidas las populares en México, han sido objeto de escrutinio por su contenido.
Canciones como "Unas Nalgadas" de Alejandro Fernández, "Revenge" de Nicki Nicole y "La Planta" de Caos han sido señaladas por sus mensajes explícitos y potencialmente dañinos.
"Unas Nalgadas" de Alejandro Fernández, por ejemplo, contiene versos que re&ejan el abuso físico y emocional en una relación disfuncional. La letra sugiere la violencia como respuesta a la inddelidad y describe acciones que normalizan la violencia contra las mujeres.
Se ha interpretado que "Revenge" de Nicki Nicole retrata la violencia física y psicológica ejercida por un hombre contra una mujer. La letra es explícita y describe un escenario de venganza contra una pareja maltratadora.
"La Planta" de Caos es otro ejemplo en el que la letra ataca a una mujer por estar con varios hombres, utilizando términos despectivos y mostrando violencia psicológica.
Estos ejemplos ponen de relieve la importancia de ser conscientes de los mensajes que transmite la música popular y el impacto potencial que pueden tener en las actitudes sociales hacia la violencia y las relaciones de género.
La ciudad de Chihuahua (México) ha tomado medidas legislativas contra este tipo de música. El ayuntamiento prohibió a los artistas que cantaran letras que promovieran la "denigración, discriminación, marginación o exclusión" de las mujeres en eventos musicales públicos. Esta prohibición va dirigida a las canciones que puedan exaltar actitudes violentas y sexistas, y los infractores podrían enfrentarse a importantes multas. La medida llega en medio de la preocupación por el aumento de la violencia contra las mujeres en la región. Aunque algunos críticos sostienen que esta prohibición podría considerarse inconstitucional o una forma de censura, sus defensores creen que es un paso necesario para abordar la violencia de género. La realidad es que, incluso si este tipo de prohibiciones entran en vigor en los esfuerzos de los estados mexicanos y los municipios, los obstáculos imposibles siguen siendo en los Estados Unidos, y el control de lo que está en Internet es otro desafío por completo. (La Semana)