JENNIFER AGUIRRE: UN EJEMPLO PARA LA JUVENTUD HISPANA
Aguirre es el resultado de la fusión de dos culturas latinas, su padre, un Mexicano amante de la cocina y dueño de varios restaurantes en la ciudad, su madre, Guatemalteca, orgullosa sembradora de la semilla de la generosidad, incansable trabajadora y embajadora del amor del hogar. “Me siento muy orgullosa de mis raíces, mis papás son triunfadores en América y quiero seguir sus pasos”, enunció Jennifer con una seguridad sorprendente.
“Por eso, cuando me gradúe quiero ir a estudiar gastronomía al Cordon Bleu, en Francia, y luego regresar con todo lo aprendido para renovar los restaurantes de mis padres. Y algún día abriré una cadena de restaurantes aquí, y también en otros países”, asrmó, con una claridad de futuro que muchos quisieran tener.
Cuando Aguirre no estudia, trabaja en el negocio con sus padres donde prueba recetas nuevas y experimenta en la cocina. Y precisamente para tener más tiempo para estos menesteres fue que decidió optar por la educación en línea, para aprender lo que para ella más cuenta. “Sentía que la escuela no ofrecía un lugar para mí. Allí estás ocho horas haciendo pura tarea y no queda tiempo para nada. En línea puedo hacer las cosas a mi ritmo y tener más tiempo para trabajar y aprender más”, reconoció, asegurando ser la artísce de su camino.
Y tanto estudió que el esfuerzo dio frutos y recientemente Jennifer obtuvo un premio al mejor promedio entregado por la
National Honor Society consiguiendo una beca completa para ir a cualquier universidad dentro de Estados Unidos. “Lamentablemente esa beca no sirve para otros países, por eso decidí donarla y espero con ansias encontrar a esa personita a quien dársela”, expresó con gratitud.
Y si hay algo de lo que sabe esta muchachita es de generosidad, pues en su corta vida ha hecho varias campañas de caridad para hospitales y escuelas de Guatemala y hasta se convirtió en embajadora del hospital de niños de ese país. “Mis padres me han enseñado a ser independiente y a tomar mis propias decisiones, pero por sobre todas las cosas me han enseñado a dar y en Guatemala cada año entregamos juguetes, zapatos y más cosas para los niños que más lo necesitan”, dijo con humildad.
La generosidad de Aguirre no pareciera tener Sn y por eso en su Sesta de quince optó por no recibir regalos. “Yo no quería regalos, quería que todos los que vinieran a mi Sesta colaboraran con el hospital de niños, y logramos juntar unos $55000”, contó.
Es que a Jennifer no le interesan los zapatos caros, el maquillaje y los autos, ella lucha por hacer del mundo uno distinto, donde las personas se toleren y respeten y el diálogo sea la base de la comunicación social. “Si fuera millonaria construiría mi propia organización de caridad para asistir a miles de niños”, reconoce, agregando que haría todo lo posible por ensenarle a la gente a cuidar y valorar el mundo en el que vive.
Hay quienes opinan que Jennifer nació madura, sin embargo ella cree que es producto de su cultura, sus raíces hispanas, y el amor de sus padres. “Soy así porque me han ayudado mucho mis padres a madurar y mis hermanitas, a quienes debo cuidar. Tengo dos hermanitas pero son muy tremendas, las llevo a la escuela, a comer, a salir a jugar, lo que deseen”, dijo asumiendo su responsabilidad de hermana mayor.
Jennifer Aguirre es un ejemplo a seguir por su inquebrantable sentido de la responsabilidad, por la voluntad con la que cada día antepone su educación por sobre las banalidades de la vida adolescente, por la insnita sabiduría que le otorga su inmensa capacidad de dar y por como construye a diario el sendero que la conduce a su futuro de la mano de su familia y de sus raíces latinas.
A todos los jóvenes inspirados por sus convicciones Aguirre les aconseja. “Tienen que empezar desde ya a trabajar si quieren triunfar en la vida porque no es sólo salir de la universidad y ver que se quiere hacer, uno tiene que empezar ese camino desde el inicio, porque uno, aunque sea muy pequeño puede hacer grandes cosas”. (La Semana)