NC VOTARÁ POR PROHIBIR LA VENTA DE PERROS, GATOS Y CONEJOS
Solo se permitiría comprar a criadores, no en tiendas
NATIONAL CITY —
Los votantes de National City decidirán en marzo si prohíben que las tiendas de mascotas vendan perros, gatos y conejos, un tema muy debatido que ha dividido a la comunidad.
Si se aprueba por mayoría simple de los votantes, la Medida J promulgaría una ordenanza que fue aprobada por la mayoría en el Consejo Municipal y posteriormente impugnada mediante una demanda y un referéndum.
La prohibición permitiría a los clientes comprar perros, gatos y conejos directamente a los criadores y/o de locales donde nacen los animales, no en tiendas.
Los partidarios de la iniciativa J — que incluyen a la alcaldesa, tres de cuatro miembros del consejo y activistas defensores de los derechos de los animales — afirman que las tiendas de mascotas en la ciudad de South Bay venden cachorros criados comercialmente y los disfrazan como casos de rescates. Dicen que la prohibición protegería a los consumidores contra el fraude y ayudaría a cerrar las instalaciones de cría comercial, conocidos como fábricas de cachorros.
Una ley estatal que entró en vigor el pasado mes de enero se dirigía a los criadores comerciales, exige a las tiendas de animales que obtengan animales de los refugios o de los grupos de rescate, pero se informó que algunas tiendas se asociaron con grupos de rescate falsos que se habían creado para ofrecer animales de criadores comerciales.
La alcaldesa Alejandra Sotelo-solís coescribió un argumento oficial a favor de la Medida J, junto con los concejales Mona Ríos, Gonzalo
Quintero y Jerry Cano.
Dos oponentes firmaron el argumento en contra de la Medida J: el concejal Ron Morrison y Brian Clapper, un miembro del consejo de la Cámara de Comercio de National City y del Distrito Escolar Nacional. Ni la cámara ni el consejo escolar decidieron tomar una posición como entidades.
Ellos y otros opositores dicen que la prohibición dejaría a las tiendas de mascotas sin un modelo de negocio sostenible, quitando puestos de trabajo y la opción de comprar animales en tiendas de mascotas de buena reputación.
Uno de los mayores opositores es el propietario de National City Puppy, David Salinas, que presentó la demanda y circuló el referéndum que impugnó la ordenanza.
Salinas lo hizo poco después de que el Consejo de la Ciudad aprobara la ordenanza 4-1 en septiembre, con la oposición de Morrison.
En la corte, la demanda condujo a una orden que bloqueó la ordenanza de entrar en vigor. Mientras tanto, el referéndum recogió suficientes firmas, lo que llevó a lo que ahora es la medida J.
Algunos acusaron a los opositores de engañar a los votantes durante el proceso de recolección de firmas. Salinas y otros dijeron que se recogieron suficientes firmas de forma honesta.
En un asunto separado pero relacionado en el que grupos de derechos de los animales demandaron a National City Puppy, un juez emitió una orden preliminar que obligó a la tienda de mascotas a cerrar el mes pasado.
La demanda presentada por la Liga de Protección y Rescate de Animales, Inc. y Not One Animal Harmed apunta a lo que describe como lavado de cachorros criados comercialmente anunciados como rescates que terminan en las tiendas, incluyendo National City Puppy, por medio de Pet Connect Rescue.
En documentos judiciales, los representantes de Pet Connect Rescue dijeron que la organización sin fines de lucro no cría perros ni los obtiene de fábricas de cachorros.
Según los registros de financiación de la campaña presentados a principios de la semana pasada, se habían aportado unos 78 650 dólares a un comité contra la Medida J. La mayoría de las contribuciones a No to J, National City Puppy for Jobs and Freedom of Choice se recogieron en tiendas de animales de ciudades de todo el estado.
Hasta ahora no se ha presentado ningún registro de financiación de campaña en apoyo de la medida en la oficina del secretario de la ciudad.
Hernández es reportero del U-T.