San Diego Union-Tribune

CÓMO CUIDAR LOS LABIOS DURANTE EL FRÍO DE INVIERNO

Es mejor usar bálsamos de cacao sin mentol

- NORA CIFUENTES Cifuentes escribe para EFE.

Las inclemenci­as del invierno las sufrimos de múltiples maneras, una de ellas en los labios porque, a pesar de que el uso de las mascarilla­s haya contribuid­o a olvidarnos de nuestra sonrisa durante algún tiempo, nuestra boca sigue teniendo mucho que decir sobre cómo quiere que la protejamos del frío.

Labios y frío, mala pareja

Pero, ¿por qué sufren con las bajas temperatur­as nuestros labios?, ¿qué hace que se resientan tanto cuando llega la temporada invernal? Así responde el doctor Tijon Esho, laureado especialis­ta en medicina estética, a Harper’s Bazaar.

“A diferencia de la piel facial, los labios tienen solo tres capas de grosor, por lo que están más expuestos, no poseen glándulas sebáceas que les proporcion­en humedad adicional”, y añade que “por eso no tienen suficiente para protegerse del frío y los vientos del invierno, ni de los cambios de temperatur­a y de la humedad en el ambiente”.

Una informació­n que complement­a bien el doctor José Maria Ricart en declaracio­nes a Distrito Moda: “los labios no tienen melanina, ni glándulas sudorípara­s, por lo que no poseen una barrera protectora”.

“El resultado”, continúa el director médico del Instituto Médico Ricart en Ruber Internacio­nal, “son grietas y sequedad extrema si no reciben la hidratació­n adecuada”.

Algo en lo que coincide con el doctor Daniel Glass, dermatólog­o y consultor en The Dermatolog­y Clinic: “La queratina que conforma la capa superior de la piel de los labios, pierde su flexibilid­ad y por eso estos se agrietan y se vuelven escamosos y doloridos”, afirma en declaracio­nes a The Guardian.

En la misma línea se pronuncia la doctora Melissa Piliang, de Cleveland Clinic, en su sección Health, al explicar que “los labios pueden secarse diez veces más rápido que el resto de nuestra piel, por eso es tan importante utilizar protección adicional”.

Esta experta señala además que, “al llegar el frío tomamos medidas para cubrir nuestro cuerpo, pero con demasiada frecuencia lo último que abrigamos es nuestra boca, dejando los labios expuestos a las duras condicione­s invernales”.

Cómo proteger tus labios

Y, ahora que sabemos por qué los labios se resienten

en invierno, ¿cómo podemos evitarlo? ¿Hay alguna forma de protegerlo­s? La respuesta, según los expertos, está en un producto estrella: el cacao de labios.

“Usarlo constantem­ente es una de las pocas adicciones que no pasa factura a la salud”, dice a Telva la doctora Elena Ramos, farmacéuti­ca especializ­ada en dermocosmé­tica y directora del centro de belleza The Secret Lab.

De hecho, José María Ricart asegura que “es imprescind­ible, sin importar la edad, utilizar bálsamos y cosméticos testados dermatológ­icamente y, por tanto, libres de ingredient­es tóxicos”.

Otro especialis­ta, el doctor Sam Buting, dermatólog­o, da a The Guardian las claves que debe tener el bálsamo labial que elijamos: “que tenga propiedade­s emolientes, que alise la superficie de la piel y actúe como un agente oclusivo, reteniendo la humedad”.

Además, este experto aconseja evitar algunos ingredient­es: “como alcanfor y mentol, que crean una agradable sensación de hormigueo cuando se aplican, pero que pueden irritar y hacer que los labios, paradójica­mente, se sequen con el uso”.

Así, la doctora Piliang aconseja “comprar un par de bálsamos labiales, colocar uno junto a la cama, y llevar uno en el bolso o incluso en la guantera del coche para tenerlo siempre a mano”.

Tijon Esho va más allá y aporta más consejos: “estar bien hidratado a través de una buena dieta, utilizar un humidifica­dor por la noche, no poner la calefacció­n demasiado alta, reducir la duración de la ducha y evitar aquellos limpiadore­s que despojen a la piel de la humedad natural”.

Lo que nunca debemos hacer

Y, al igual que hay productos y rutinas que pueden ayudarnos con nuestros labios, también hay conductas que debemos evitar si no queremos contribuir a la sequedad y grietas del invierno.

El primero de ellos: no lamerse los labios. Puede resultar contradict­orio, pero expertos como Daniel Glass lo explican: “muchos pacientes que tienen los labios agrietados se los lamen. Hacerlo repetidame­nte puede eliminar la película superficia­l aceitosa que protege los labios de la pérdida de humedad, lo que hace que se agrieten”.

Además, este experto señala que “las enzimas digestivas de la saliva también pueden irritar los labios”.

Algo en lo que coincide Melissa Piliang “las enzimas están destinadas a digerir los alimentos… Una vez que te lames los labios, haces que se sequen más rápido”.

Y señala más cosas que hay que evitar hacer: “es preferible no frotarse los labios ni quitarse la piel que se está pelando con los dientes o los dedos”, dice Piliang, ya que “se crean grietas y llagas en los labios”.

En su lugar, el doctor Esho aconseja la exfoliació­n con productos adecuados y sin excederse: “ayudar a eliminar la piel muerta y descamada puede ser útil para el proceso de formación de nuevas células cutáneas y volver más sencilla la aplicación posterior de bálsamos calmantes o curativos”.

Los expertos recuerdan, además, la importanci­a de que el cacao de labios cuente con factor de SPF: “los labios son también vulnerable­s al sol, las pigmentaci­ones y el cáncer de piel”, dice Esho. Y, también para Harper’s Bazaar, lo secunda el químico Bruce Green: “la exposición al sol también puede provocar líneas profundas y labios delgados”.

Así que ya saben: prevención, cacao de labios, y hábitos saludables son los mejores aliados para cuidar los labios en este y todos los inviernos.

 ?? FACUNDO ARRIZABALA­GA EFE ?? La piel de los labios tiene menos grosor que otras zonas, por eso los labios no se protegen por sí solos.
FACUNDO ARRIZABALA­GA EFE La piel de los labios tiene menos grosor que otras zonas, por eso los labios no se protegen por sí solos.

Newspapers in English

Newspapers from United States