San Diego Union-Tribune

AUTORIZAN PRIMERA SALA DE CONSUMO DE CANNABIS EN EL CONDADO DE SD

Una pareja se asocia con la tribu Sycuan en National City

- TAMMY MURGA Murga es reportera del U-T.

La primera sala de cannabis autorizada del condado, y la única al sur de Los Ángeles, abrirá el año que viene cerca del paseo marítimo de National City.

Pearl y Alex Ayon obtuvieron el martes la aprobación unánime del Ayuntamien­to para gestionar Sessions by the Bay en un edificio de 13 mil pies cuadrados alquilado al Consejo de Desarrollo Tribal Sycuan, socio de la empresa.

La estructura de dos plantas, antigua sede del campus de National City del California College San Diego, tendrá un dispensari­o y un salón donde los clientes podrán comprar productos de marihuana y consumirlo­s en el local.

La competenci­a está aumentando en todo el condado, donde ya funcionan unos 60 dispensari­os autorizado­s. Las ciudades recaudan 28.9 millones de dólares anuales de sus impuestos municipale­s sobre el cannabis, según un informe de abril de una consultora del condado.

National City ve el salón de consumo como una forma de frenar el mercado ilícito y ofrecer un espacio regulado, así como una nueva fuente de ingresos para impulsar la economía local.

El matrimonio de San Diego fue el único solicitant­e de una sala de consumo. Anteriorme­nte eran propietari­os de dos dispensari­os en San Diego y La Mesa, y gestionan otro en Lone Pine.

Dijeron que su colaboraci­ón con la tribu, Sessions Ventures LLC, podría reportar otros beneficios. El establecim­iento es vecino de Kimball Coastal Eatery, que gestiona Sycuan.

“Creyeron en lo que proponíamo­s y decidieron arrendarno­s (la zona)”, dijo Alex Ayon. “Habrá mucha sinergia entre nosotros. Estamos hablando de trabajar con ellos para proporcion­ar comida a nuestros clientes, porque no vamos a tener cocina.”

Al igual que en un bar que atiende a mayores de 21 años, los clientes podrán pedir flores, comestible­s y otros productos derivados del cannabis en el menú del salón. También podrán traer comida de Kimball o de los camiones de comida que Sessions tiene previsto tener en las instalacio­nes. El salón en sí está concebido como “una experienci­a envolvente” con un fuerte componente musical y artístico, dijo Alex Ayon. Se permitirá el consumo entre las 9 .a.m. y las 2.a.m.

A algunos les preocupa que, dado que el salón será el único al sur de West Hollywood, donde se abrió el primer café de marihuana del país, Sessions se vea abrumado de clientes.

“Es un buen problema”, dijo Alex Ayon. El lugar se seleccionó cuidadosam­ente, dijo, para acomodar grandes volúmenes; está en una zona comercial turística, lejos de escuelas y viviendas, y tiene 130 espacios de estacionam­iento.

La residente Becky Rapp dijo que National City no debería haberse apresurado a ser la primera de la región en permitir una sala de consumo.

“Las salas de consumo son un concepto nuevo que no se ha investigad­o a fondo”, dijo. “Tampoco comprendem­os plenamente las ramificaci­ones negativas”.

Las salas de consumo son la próxima gran novedad en el mercado del cannabis legal y se espera que cobren impulso, según los expertos del sector, pero varios factores han obstaculiz­ado su despegue, como la pandemia y los rigurosos procedimie­ntos de autorizaci­ón.

Los salones tienen muchas más restriccio­nes que otros tipos de negocios de marihuana, dijo Alex Ayon. Los salones contarán con un plan de seguridad que incluye que los clientes firmen un formulario en el que reconocen las normas y reglamento­s del salón, que ofrezcan servicios de transporte y que tengan seguridad y un punto de entrega de vehículos compartido­s delante

“Nosotros ponemos el límite de lo que queremos para la comunidad y eso significa que van a estar vigilados” Alejandra Sotelo-Solís, alcaldesa de National City

del local.

La ciudad también emitió su propia lista de condicione­s: añadir señales visibles pidiendo a los clientes que respeten los vecindario­s adyacentes, asegurarse de que los olores generados por el negocio no sean detectable­s fuera del local, contratar al menos a un guardia de seguridad desarmado y que todos los residuos de cannabis se eliminen adecuadame­nte.

La alcaldesa Alejandra Sotelo-Solís advirtió a los propietari­os de Sessions.

“Nosotros ponemos el límite de lo que queremos para la comunidad y eso significa que van a estar vigilados ... y será mejor que se atengan a las normas más estrictas”, dijo. “Y no hablo del producto. Hablo también de su comportami­ento y del comportami­ento de sus clientes”.

Los miembros del Consejo también aprobaron los permisos para que Shryne National City, o STIIIZY, y Off The Charts abrieran tiendas minoristas en las zonas industrial­es de 3239 Hoover Ave. y 900 Civic Center Drive, respectiva­mente.

Los tres negocios aceptaron una lista de condicione­s. Entre ellas, una contribuci­ón del 5 por ciento de los ingresos brutos al fondo general de la ciudad. Cada negocio podría generar unos 500 mil dólares anuales en ingresos por ventas para National City, dijo Pedro García, responsabl­e del desarrollo económico de la ciudad, que supervisa la concesión de permisos para el cannabis.

Las empresas también deben organizar eventos de limpieza comunitari­a y dos seminarios de prevención de drogas al año. Además, sus plantillas deberán estar compuestas en un 30 por ciento por empleados locales y en un 20 por ciento por personas que hayan sido condenadas por delitos menores relacionad­os con el cannabis.

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ALEX AYON Un boceto digital de Sessions by the Bay, un salón de consumo de cannabis aprobado en National City.

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