San Diego Union-Tribune

TERMINA CICLO DE LLUVIAS MÁS ABUNDANTE EN 20 AÑOS

- GARY ROBBINS David Hernández contribuyó a este reportaje. Él y Robbins son reporteros del U-T.

Desde las zonas rurales de Campo hasta las carreteras secundaria­s de Ramona, los bomberos estaban listos para actuar el pasado otoño ante cualquier indicio de incendio forestal.

Dos años de lluvias por debajo de la media y altas temperatur­as habían dejado el entorno reseco. Algo tan pequeño como el calor del silenciado­r de un vehículo podía ser suficiente para incendiar la hierba. Los bomberos describier­on la región como preparada para arder.

Después vino lo inesperado.

La temporada de lluvias que terminó el sábado 30 de septiembre por la noche fue la más lluviosa en casi 20 años y causó sensación en las redes sociales con la llegada de Hilary, la primera tormenta tropical en llegar directamen­te a San Diego en más de 80 años.

El fenómeno, de 500 millas de ancho, se desplazó metódicame­nte por la costa del Pacífico de México y llegó al condado de San Diego el 20 de agosto, donde dejó caer más de 7 pulgadas de lluvia en el Monte Laguna y 1.82 pulgadas en el Aeropuerto Internacio­nal de San Diego, que tiene un promedio de 0.01 pulgadas para el mes.

Rocas cayeron sobre la Interestat­al 8 cerca de InKo-Pah. Los equipos de rescate acuático rápido ayudaron a alrededor de una docena de personas en un campamento de personas sin techo en el río San Diego, cerca de Morena. DoorDash suspendió las entregas de alimentos. Y la Marina sintió

alivio porque las autoridade­s habían enviado muchos de sus buques de guerra al mar para que no fueran golpeados en sus muelles en el puerto de San Diego.

Parte de la tormenta borrascosa entró en Los Ángeles, produciend­o un anillo de agua alrededor del estadio de los Dodgers que divirtió a los aficionado­s de los Padres. Otra parte se dirigió hacia el este e inundó Las Vegas Strip.

Hilary contribuyó a lo que resultó ser una cantidad impresiona­nte de precipitac­iones durante la denominada temporada de lluvias, que dura del 1 de octubre al 30 de septiembre de cada año. También se conoce como el año hidrológic­o

El aeropuerto de San Diego registró 15.72 pulgadas

de lluvia, lo que supone 5.96 pulgadas por encima de la media. La última vez que San Diego recibió más precipitac­iones fue durante la temporada 2004-05, cuando el aeropuerto recibió 22.60 pulgadas, dijo el servicio meteorológ­ico.

El puerto de Oceanside recibió 23.47 pulgadas, es decir, 13.20 pulgadas por encima de la media. Escondido registró 29.77 pulgadas, 15.25 pulgadas por encima de la media. Y Ramona recibió 25.63 pulgadas, que es 10.98 pulgadas por encima de la media.

Las mayores precipitac­iones se registraro­n en Palomar Mountain, que registró 69.26 pulgadas, o 38.85 pulgadas por encima de la media, añadió el servicio meteorológ­ico.

Los meteorólog­os dijeron que el condado de San Diego se empapó porque comparativ­amente apareciero­n pocos sistemas fuertes de alta presión y se prolongaro­n frente al Golfo de Alaska y el noroeste del Pacífico, lo que permitió que las tormentas se hundieran en el sur de California. Lo contrario ocurrió durante las dos temporadas anteriores.

El condado también experiment­ó un invierno húmedo porque se desarrolla­ron numerosos ríos atmosféric­os en el Pacífico. El término se refiere a grandes columnas de humedad que se forman en los subtrópico­s y que a veces son arrastrada­s hacia California por las tormentas del Pacífico Norte. Su humedad aumenta la

potencia de muchas tormentas.

Según el Instituto Oceanográf­ico Scripps de la UC San Diego, durante la temporada de lluvias se formaron más de 30 RA. Muchas de las trombas afectaron al condado de San Diego, especialme­nte en enero, cuando San Diego recibió 5.14 pulgadas de lluvia, más del doble de su precipitac­ión media.

La estación lluviosa también destacó por sus nevadas. Las montañas de San Bernardino, al noreste del condado de San Diego, recibieron más de 100 pulgadas de nieve en menos de una semana a principios de marzo. En las montañas de San Diego cayeron cantidades mucho menores. La combinació­n de nieve y fuertes vientos hizo que los desplazami­entos por la I-8 en el este del condado de San Diego fueran traicioner­os y, en ocasiones, intransita­bles. Luego vino el frío. A partir de noviembre, San Diego experiment­ó ocho meses consecutiv­os de temperatur­as por debajo de la media, algo que no ocurría desde principios de los años sesenta.

Y desde el 1 de junio hasta el 31 de agosto, la temperatur­a máxima diurna de la ciudad no superó los 84 grados.

“Es inusual”, afirma Liz Adams, meteorólog­a del servicio meteorológ­ico. “Normalment­e se alcanzan los 90 grados. Eso no ha ocurrido este año”.

Las fuertes lluvias y las temperatur­as frescas han reducido el riesgo de incendios forestales. Pero el colega de Adams, Alex Tardy, dijo que no es momento para la complacenc­ia.

“Si tuviéramos un par de semanas de fuertes vientos de Santa Ana podría secar realmente la vegetación en todo el condado”, dijo Tardy. “Perderíamo­s gran parte de la ventaja que hemos tenido”.

Hay motivos para estar nerviosos. Las previsione­s a corto plazo anuncian fuertes vientos de Santa Ana.

Mucha gente está escuchando con especial atención a Tardy. Es el meteorólog­o que predijo correctame­nte, con cinco días de antelación, que Hilary pasaría directamen­te por San Diego.

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K.C. ALFRED ARCHIVO U-T Personas caminan bajo una ligera lluvia cuando una tormenta se adentró en la zona en Nov. 7 de 2022.

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