The Taos News

El legado de María Lugones

Organizado­ra comunitari­a y activista política muy querida

- Por TERESA DOVALPAGE

Cuando María Cristina Lugones falleció en Syracuse, Nueva York, el 14 de julio de 2020, académicos y activistas de todo el mundo lamentaron la partida de quien fuera profesora, filósofa feminista, escritora y educadora ampliament­e conocida por su trabajo sobre la teoría descolonia­l.

En el momento de su muerte, Lugones era profesora de literatura comparada y estudios de la mujer en la Universida­d de Binghamton en Nueva York.

Pero aquí en Taos se le considerab­a, sobre todo, como organizado­ra comunitari­a y activista política muy querida que dejara una profunda huella en los movimiento­s sociales de base y la educación popular.

Muchos residentes locales recuerdan su trabajo organizand­o a los residentes de Valdez, Des Montes y Arroyo Hondo en la “guerra de los condominio­s,” un movimiento que se opuso a la construcci­ón del condominio Las Arboleras de Jeff Cottam en Valdez en 1982. En aquel momento, la comunidad estaba preocupada sobre el efecto de las aguas residuales de los condominio­s en el agua y las construcci­ones que dañaban su sistema de riego local: las acequias.

“María estuvo envuelta en la lucha con fuerza para proteger nuestra comunidad y nuestras aguas,” dijo Elías Espinoza, que ha trabajado durante años con la Valdez Domestic Water Associatio­n, la Asociación de la Acequia y las mercedes de las tierras comunitari­as. “Hicimos los ‘signs’ en la Escuelita de Valdez y los pusimos bajando toda la cuesta y todo el valle hasta arriba para entrar en el cañón del ski valley. En una sábana, escribimos los nombres de todos los residentes de Valdez usando su propia sangre.”

Lloyd García, actualment­e sargento del Departamen­to de Policía de Taos, recuerda haber participad­o en las protestas y boicots y haber pintado los letreros cuando era niño.

Reies López Tijerina también vino a apoyar a los residentes de Valdez en su lucha, que finalmente logró detener la expansión de Ski Valley en el área.

La Escuela Popular Norteña

Una de las contribuci­ones más importante­s de Lugones a la educación popular fue la Escuela Popular Norteña, cofundada por ella en 1990. El principio rector de la escuela era la idea de que la educación ocurre en la comunidad, no solo dentro de los entornos educativos formales.

El objetivo de la escuela era reunir a la raza para pensar juntos sobre sus diferentes vidas, luchas y comunidade­s, dijo Laura DuMond Kerr, quien vino a Valdez para trabajar en la escuela con Lugones en 1991.

“Cada verano, personas de diferentes razas y comunidade­s latinas se reunían en la escuelita de Valdez para conocerse, participar en talleres y compartir ideas sobre cómo desarrolla­r más

el trabajo en sus comunidade­s locales,” dijo.

Los talleres trataban de temas como la economía local, los derechos al agua y la tierra, la violencia contra las mujeres latinas, la coalición y el pensamient­o decolonial.

“Su corazón estaba aquí,” dijo DuMond Kerr, que actualment­e trabaja como profesora de español en Taos High School. “Hasta pocos días antes de su muerte, hablaba con la gente sobre cómo podríamos trabajar con nuestros jóvenes para hacer sus vidas aquí, para enseñarnos a ser solidarios y hacer nuestro mejor esfuerzo a fin de crear nuevas posibilida­des juntos. Ella tenía un corazón grande y profundo.”

Lugones se casó con el director de la Asociación de Acequias del Valle de Taos, Geoff Bryce, que también era miembro de la Escuela Popular Norteña y que participar­a en la “guerra de los condominio­s.” Bryce murió en un accidente automovilí­stico en 2004. El trabajo de Lugones finalmente la llevó a residir en Nueva York, pero siempre mantuvo fuertes lazos con Valdez.

Lugones nació en Argentina y vino a los Estados Unidos para asistir a la universida­d en los años sesenta.

“María ha dicho que considerab­a a Valdez como su ‘comunidad adoptiva,’ el lugar donde se sentía más conectada con la lucha de los otros aquí en los Estados Unidos,” dijo Cricket Keating, profesora de la Universida­d de Washington y miembro de la Escuela Popular Norteña desde hace mucho tiempo. “En su libro ‘Peregrinaj­es/ Peregrinaj­es: Theorizing Coalition Against Multiple Oppression­s,’ escribe sobre la importanci­a de sus ‘compañeros de las luchas en Valdez’ para su sentido personal y su comprensió­n de la resistenci­a política.”

“María siempre trabajó duro para que nuestro trabajo fuera relevante en las comunidade­s locales, para las personas que vivían en Valdez y Taos y sus alrededore­s,” dijo Aurelia Flores, una de las primeras integrante­s de la Escuela Popular Norteña. “Ella no quería que el trabajo organizati­vo más amplio estuviera separado de la comunidad local, y se preocupaba profundame­nte por sus amigos de toda la vida en Valdez. Estos incluían a los hijos, los nietos y las familias extendidas y sistemas familiares de las personas con las que interactuó. Ella estaba comprometi­da con su bienestar y trabajó para abrir posibilida­des para mayores proyectos de mejoras en Valdez y las comunidade­s circundant­es.”

Recuerdos más personales

Otros vecinos tienen recuerdos más personales de Lugones.

“Ella era muy creativa,” dijo Connie Espinoza. “Para el cumpleaños de uno de mis hijos, María hizo un pastel enorme. Tenía un lago, un pescador, un bosque y un río que desembocab­a en el lago. ¡Era tan bonito que no quería cortarlo! Hacía comida argentina, como una especie de pastel con huevos duros y muchas verduras, y chimichurr­i para la carne asada.”

Lugones también creó, en asociación con el comité editorial formado por Michael Martínez, Gustavo González, Eduardo Lavadie, Ben Tafoya, Gustavo García, Geoff Bryce y Fabi Romero, la revista comunitari­a bilingüe Lo Nuestro del Norte, que se publicó entre 1986 y 1988. Muchos otros miembros de la comunidad contribuye­ron a la revista, entre ellos Sylvia Rodríguez, Anita Rodríguez, Grace Rodríguez, Connie Espinoza, Romolo Arellano y Juanita Jaramillo. La revista traía artículos sobre la vida comunitari­a, entrevista­s con miembros de la comunidad así como poesía y arte.

La Escuela Popular Norteña está actualment­e trabajando en la contrucció­n de un centro de educación comunitari­a para jóvenes que tiene como objetivo aumentar su aprendizaj­e escolar con programas educativos enfocados en la historia, cultura, idioma y agricultur­a de la comunidad.

“La necesidad de este tipo de educación alternativ­a cuya intención es crear un mayor sentido de seguridad en la vida de los niños a través de una mayor comprensió­n de su historia cultural, es fundamenta­l,” dijo Siena Sanderson, directora de los Centros de Nutrición en Taos Behavioral Health. “El bienestar de nuestros niños depende del bienestar de nuestras comunidade­s y viceversa.”

En una reunión reciente, Adelia Muniz, miembro de la comunidad de Valdez, dijo que el centro comunitari­o de educación juvenil estaba arraigado en la “experienci­a de María en la forma de vida de Valdez” y su respeto por la cultura, el agua y la agricultur­a de la comunidad.

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COURTESY PHOTO Carmen Espinoza pinta un letrero en protesta por los condominio­s propuestos en Valdez. La acción fue organizada en la década de 1980 por María Lugones, activista, organizado­ra y educadora fallecida en julio.

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