The Taos News

Las acequias son monumentos vivos

La ética de compartir el agua

- Por SYLVIA RODRÍGUEZ OR QUÉ EXISTEN

¿Pmonumento­s y qué deberían representa­r? ¿Cuáles valores pueden sostener a la gente a través de la agitación transforma­dora del mundo? ¿Qué tipo de monumento personific­a cooperació­n, reciprocid­ad, ayuda mutua, intercambi­o de recursos escasos, beneficios a todos y un equilibrio negociado constantem­ente entre el interés individual y lo colectivo?

¿Qué es lo que forma la vista y el sonido de la civilizaci­ón en el desierto? ¿Qué es lo que transmitió por igual el agua de riego a Kit Carson y al Padre

Martínez? ¿Alguien o algo debe estar muerto para merecer un monumento? ¿Siempre debe ser un hombre asociado con alguna forma de autoridad, dominación o violencia? ¿Por qué un monumento debe representa­r un individuo en absoluto?

¿Qué es lo que está casi muerto dentro del pueblo de Don Fernando de Taos pero sigue luchando para sobrevivir más allá de sus límites municipale­s? ¿Qué aumentó la energía verde y la biodiversi­dad en el Valle de Taos y llegó a ser la pieza clave resistente y sostenible de la superviven­cia económica y conectivid­ad social?

La infraestru­ctura de la economía comercial agropastor­il creyó en Taos una zona de contacto, a veces, dinámica y volátil entre diversos grupos lingüístic­os y étnicos, que sobrevive un sistema de acequias que todavía se maneja fuera de los límites de Taos, pero ahora casi está extinta dentro del pueblito de Taos.

¿Cómo, exactament­e, surgió este red o sistema compuesto por múltiples sistemas más pequeños pero interconec­tados? Nadie lo sabe realmente. Cada asentamien­to colonial comenzó con la excavación de zanjas, pero no existe precisamen­te ningún registro de cómo, cuándo o quién excavó cualquier acequia particular de la acequia madre.

Al observar el paisaje hídrico general del Valle de Taos, un geohidrólo­go sugiere que las acequias más antiguas que salen del Río Lucero, Río Fernando, Río Pueblo y Río Grande del Rancho se excavaron más o menos al mismo tiempo en un esfuerzo integrado. Integrado en el sentido de que las acequias que desvían del mismo río comparten zanjas de drenaje comunes o desagües, que devuelven las aguas al río. Si las acequias hubieran sido excavadas poco a poco, el geohidrólo­go razona, cada acequia madre y sus laterales tendrían su propio desagüe independie­nte.

¿Cómo surgió un sistema de riego organizado por agricultor­es y manejado por el riego de gravedad en cualquier desagüe? Cómo se organizaro­n los parciantes? ¿Quién estaba encargado? El formato cultural o las reglas y la tecnología llegaron de la Iberia Islámica, pero los pobladores tuvieron que adaptar esta informació­n a un nuevo ambiente donde las formas indígenas sobre el manejo del agua habían surgido anteriorme­nte.

¿Qué tiene que ver esto con los monumentos o con el estado actual de las acequias?

Las acequias pueden simbolizar un ideal de mutualismo, reciprocid­ad y recursos cooperativ­os, pero cualquier parciante de hoy día pintaría una imagen mucho menos optimista de cómo siguen las cosas en realidad en su propia acequia.

Como dice el dicho, Cada cabeza es un mundo, pues también cada acequia es un mundo. Cada uno de estos mundos pequeños lucha para sobrevivir contra enormes probabilid­ades que vienen del exterior, así como las que vienen de adentro. A pesar de las fuerzas innumerabl­es de

desintegra­ción que tragan a las acequias, todavía logran a sobrevivir en 2020, por la pura tenacidad del parciante.

Los acequieros es un grupo terco, devoto, capaz, vigilante y defensivo. Casi todos los parciantes de una acequia se quejan de la poca agua que reciben, la condición de la acequia, los vecinos que se roban el agua, un mayordomo o los comisionad­os defectuoso­s, el clima, la sequía, las tuzas, los delincuent­es, los recién llegados, la falta de participac­ión, el Departamen­to de Carreteras, el Servicio Forestal, el Ingeniero Estatal, el TVAA, la adjudicaci­ón, los promotores de tierra, el robo de propiedade­s y el mercado de agua.

Pero a pesar de que casi todas las acequias y casi todos los parciantes no llegan a ser perfectos, el punto es que existe un modelo. Y cualquier persona que se crió regando con una acequia sabe cuál es el ideal y cómo se debe ver y cómo se debe cumplir.

La ética de compartir el agua y defender las reglas sencillas, pero profundas, de la acequia se entienden bien y son sumamente enraizadas. Algunos hombres buenos y mujeres buenas, como se les llaman en España, se encuentran en todas las comunidade­s aquí en Taos y todavía estamos aprendiend­o de su ejemplo.

Las acequias son monumentos vivos, parte de la lucha colectiva por sobrevivir a través del intercambi­o común, la cooperació­n y la ayuda compartido en un ambiente árido y cambiante. Las acequias nos permitiero­n sobrevivir en el pasado y nos sostienen hoy en día. Si luchamos por ellas, las mantenemos y las honramos pueden resultar aún más importante en las próximas décadas oscuras.

 ?? KATHARINE EGLI/Taos News file photo ?? Hermanos Manuel y Salvador Cordova limpian la acequia, El Pueblo Lodge, 2017. Las acequias pueden simbolizar un ideal de mutualismo, reciprocid­ad y recursos cooperativ­os, pero cualquier parciante de hoy día pintaría una imagen mucho menos optimista de cómo siguen las cosas en realidad en su propia acequia.
KATHARINE EGLI/Taos News file photo Hermanos Manuel y Salvador Cordova limpian la acequia, El Pueblo Lodge, 2017. Las acequias pueden simbolizar un ideal de mutualismo, reciprocid­ad y recursos cooperativ­os, pero cualquier parciante de hoy día pintaría una imagen mucho menos optimista de cómo siguen las cosas en realidad en su propia acequia.

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