The Taos News

Diario de un Vaquero

Las tórtolas manchadas tenían muchas funciones

- Por LARRY TORRES Para Taos News

La mañana siguiente los hombres se levantaron temprano, después de un buen descanso en la noche. El frío y el viento se habían parado. Sus monturas comenzaron a un buen trote, calentando sus pieles en el solecito. El Señor Juan-Lucas pensó que quizás deberían de seguir por Council Grove, Kan. porque se hallaba hacia el fin de la Senda de Santa Fe y podrían hallar empleo allí. Así que los hombres se acercaron al sitio, encontraro­n a una mansión, más grande que las demás, poco escondida del área más frecuentad­o entre los árboles. Tenía un gran portal que invitaba a sus huéspedes a un salón elegante. Una matrona hermosa salió a darles la bienvenida. Se cubrió los senos amplios con un rebozo negro bordado, mostrando que era una creatura modesta. Su acento alegre hizo a que los hombres se sintieran bien cómodos.

Al principio, el Señor Juan-Lucas Santiago pensaban que posiblemen­te ella pertenecie­ra a una orden religiosa como un convento. Cuando sus ojos se impusieron a la luz interior aún, los señores podían discernir la lujuria de la sala, cual casi era palaciega. Les ofreció un cafecito de un servicio de plata, junto con biscochito­s. Poco a poquito podían distinguir a otros jinetes esperando impaciente­mente en los rincones asombras del sitio. Parecía que estaban esperando para alguna señal o permiso para proceder.

Después de unos cuantos momentos, la matrona que les había dado la bienvenida, le dio una notita a uno de los hombres y sin más ni más, él acudió rápidament­e para arriba del alto. Entonces fue que ambos jinetes Franceses se dieron un larga mirada y se dieron una seña secreta. Habían comprendid­o que habían sido admitido a una casa de mala reputación. En verdad, no era una orden religiosa del todo.

La matrona de la casa se sonreía alegrement­e con ellos, pero no hizo ningún esfuerzo de apurarles, sintiendo su incomodés, o cuanto menos, su curiosidad. “Estas señoritas que trabajan para mí,” ella comenzó, “han sido corridas de sus hogares por sus familias. Precisaban un lugar donde quedarse y entonces, las recogí. Conmigo pueden trabajar y ganar su vivir.”

“¿Cómo les llamáis a estas señoritas suyas? El Señor JuanLucas se atrevió a preguntarl­e.

“Todo el mundo les llama nombres diferentes, pero para mí, son “tórtolas manchadas.” Han sido manchadas por las maldades de un mundo cruel. Algunos les llaman rameras, cortesanas, buscavidas, pasteleras, damas de las calles, cocotas, chicas llamadas, flusis, majas, millas, tentadoras, sirenas, cualquiera­s, chupadoras, o damas de gran placer. En este país, donde hay una abundancia de señores y una escasez de damas en los lugares de la frontera, estas hermosas tienen una función muy importante,” ella respondió, dándoles a ambos, otra taza de café.

Se conocía que la matrona tenía orgullo en sus señoritas. Las miraba con cariño y añadió: “Han malhablado de ellas y las han omitido de los tomos históricos, pero si no había sido por ellas, muchos de los pueblecito­s no tuvieran poblado. Ellas eran limpiadora­s, chichiguas, o maestras de escuela. Debido a ellas, los granjeros frustrados, no maltrataba­n a sus esposas.”

El Señor Juan-Lucas la miraba con misterio y sabiduría. Sorbía su café y la animó a que le dijera más: “En sitios donde no vivían más que señores, había muy pocas funciones sociales como los bailes. Si había música pero no había con quien bailar, elegían a la mitad de los señores como compañeros del baile. Usaban brazaletas negras, para indicar que ellos eras ‘las bailadoras’ para esa noche como compañeras para los otros. Tan pronto como terminaba el baile, se quitaban las brazaletas y seguían siendo hombres como los demás. Su servicio no indicaba que era un admisión de su sexualidad y nadie los trataba como menos que eso.”

“Creyo que éste verdaderam­ente es un sitio de oportunida­d,” dijo el Señor Santiago Duval, escondiend­o una sonrisa a escondidas detrás de su taza de café.

“La necesidad es la madre de la invención y no discrimina de género,” agregó.

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