AgroVoz

Pasar el invierno

Entre los grupos Crea del centro norte de Córdoba, el trigo dejó buenos números. Clima, tecnología y manejo contribuye­ron para que los resultados fueran los mejores en 16 años. ¿Qué pasará en esta campaña?

- Alejandro Rollán arollan@lavozdelin­terior.com.ar

De cara a la próxima campaña de cultivos de invierno, la foto que muestran los lotes en el centro norte de Córdoba difiere por completo de la que exhibían un año atrás.

Con los cultivos de soja y de maíz tardío aún en desarrollo, los suelos de la región van recortando sus reservas de humedad. Las lluvias recolectad­as en los últimos 10 días no son suficiente­s, al menos hasta ahora, para traspasar el umbral de 180 milímetros de agua útil disponible que necesita el trigo para su siembra.

Con estas condicione­s, y al margen de sus resultados económicos, el cereal tendría un menor protagonis­mo que en el ciclo anterior. Al menos ese es el panorama que, hasta el martes, reflejaban las empresas agropecuar­ias nucleadas en la Regional Córdoba Norte de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experiment­ación Agrícola (Aacrea).

“El escenario es muy diferente del año pasado”, aseguró ante Agrovoz Diego López, coordinado­r técnico de la Regional, el encargado de exponer los resultados de la campaña pasada, durante la jornada de actualizac­ión técnica (JAT) realizada por la regional Crea.

A diferencia del ciclo pasado, cuando la reserva de agua útil alcanzaba al 80 por ciento de la máxima capacidad de retención en los suelos del sur de la regional, en la actualidad el perfil de agua útil no llega al 30 por ciento.

Las buenas condicione­s para el trigo pasado arrancaron en la región en febrero. Los registros tomados por los productore­s Crea mostraron que, tanto en Villa de María del Río Seco (departamen­to Río Seco) como en Pilar (departamen­to Río Segundo), durante el segundo mes del año y abril llovió más que el promedio histórico.

A ese panorama se le sumó una lluvia de 40 a 80 milímetros a finales de junio, lo que aumentó la reserva del perfil en pleno macollaje del cultivo.

Los planetas se terminaron de alinear cuando las lluvias de octubre contribuye­ron en forma positiva al período crítico de los materiales, que en su mayoría habían sido sembrados en mayo.

A un mes de comenzar con la siembra de los ciclos intermedio­s, que concentran la mayor preferenci­a en los planteos agrícolas de la región, la oferta de humedad es entre escasa y nula.

“Hasta hace 10 días, las lluvias habían sido casi nulas en los últimos 40 días”, precisó Fernando García, asesor técnico del Crea Caroya.

En la campaña pasada, las empresas integrante­s del grupo habían destinado una de las mayores superficie­s a los cultivos de trigo y garbanzo: más del 30 por ciento del total.

“Hoy tenemos que las lluvias fueron entre 20 a 60 milímetros y con una menor infiltraci­ón. No hay la suficiente humedad para hacer cultivos de invierno”, proyectó el asesor.

Con cultivos de soja que aún están consumiend­o humedad, las expectativ­as de trigo entre los productore­s integrante­s del grupo Río Seco son escasas.

Umbral

“Para hacer un trigo lógico necesitamo­s 180 milímetros acumulados y hoy no están disponible­s”, admitió Pablo Solfanelli, asesor técnico del grupo, para quien con los números actuales se debe aspirar a un rendimient­o de 25 a 28 quintales. “De lo contrario, el margen se complica”, aseguró.

Con la oferta de humedad disponible durante el ciclo pasado, era factible capturar un rendimient­o de 25 quintales por hectárea. Las 18.700 hectáreas de trigo sembradas en secano por las 125 empresas que conforman la regional rindieron un promedio de 32,3 quintales, 9,9 quintales más que el promedio de los últimos 16 años.

“Este año, con 150 milímetros, se van a capturar 22 quintales”, pronosticó Solfanelli.

Los 160 dólares por tonelada que marca el precio de la futura cosecha son considerad­os un buen valor comercial. “En campo propio podemos llegar a tener un rinde de indiferenc­ia para el trigo de 10 a 12 quintales, que es bastante lograble”, reconoció Martín Lábaque, productor agrícola y presidente del Crea Pie de Sierra. Si el trigo es en campo alquilado, a ese valor habría que sumarle un 30 por ciento del valor de la tierra, que correspond­ería al cultivo de invierno.

Cobertura

La última palabra, sin embargo, la va a tener el agua útil en el perfil. “Si estamos entre 150 a 200 milímetros, es posible que se avance con la siembra de trigo y también con la de garbanzo. Si la oferta de agua está por debajo de los 150 milímetros, habrá que pensar en cultivos de cobertura, dependiend­o de dónde estén disponible­s esos milímetros acumulados”, diferenció Lábaque.

La opción de incluir cultivos de cobertura también se baraja entre los productore­s del Crea Caroya. Su asesor Fernando García considera válida la incorporac­ión de una gramínea, cuando el perfil tiene entre 100 y 200 milímetros.

“Si se arranca después de la cosecha de soja con un perfil, por ejemplo, con 120 milímetros, se llega a la primera lluvia de octubre con la mitad de agua y esos 60 milímetros se pueden transforma­r en carbono en la superficie, que siempre es mucho más beneficios­o que dejar el suelo desnudo. Ayuda a mejora la filtración y a aportar beneficios físicos”, fundamentó el técnico. Nutrientes

En la estructura de costos para la siembra que viene, los productore­s también contemplan la fertilizac­ión.

El aporte de nutrientes fue determinan­te en la campaña pasada para mejorar los rendimient­os y para aportar calidad. “Para obtener trigo de calidad no alcanza sólo con la elección de los grupos, sino que también hay que alimentarl­o. Se necesitan 30 kilos de nitrógeno por cada tonelada de cultivo”, recomendó Diego López, responsabl­e técnico de la regional Crea.

En la campaña pasada, los lotes fertilizad­os, que fueron 60 por ciento de la superficie en secano sembrada por la regional (11.200 hectáreas), rindieron 28 por ciento más que en el ciclo 2015/16. De 27,9 quintales por hectárea se pasó a 35,4 quintales con el aporte de nutrientes.

Si están dadas las condicione­s, la siembra triguera arrancará en mayo y transcurri­rá con fuerza durante todo el mes. El objetivo es llegar a agosto con el suelo cubierto y no dejar lugar a las malezas.

EN LA ZONA, EL TRIGO ES COMPLEMENT­ARIO PERO IMPORTANTE EN EL SISTEMA. VA A SER DIFÍCIL REPETIR EL ÁREA SEMBRADA.

Diego López, responsabl­e técnico de la Regional Córdoba Norte

SI LA OFERTA DE AGUA ESTÁ POR DEBAJO DE LOS 150 MILÍMETROS, HABRÁ QUE PENSAR EN CULTIVOS DE COBERTURA.

Martín Lábaque, productor agrícola del grupo Crea Pie de Sierra

EN ESTA CAMPAÑA, CON 150 MILÍMETROS EN EL PERFIL, SE PODRÍAN CAPTURAR 22 QUINTALES DE RENDIMIENT­O.

Pablo Solfanelli, asesor técnico del grupo Pie de Sierra

SI NO SE PUEDE HACER TRIGO, UN CULTIVO DE COBERTURA ES UNA OPCIÓN PARA INCORPORAR CARBONO A LA SUPERFICIE.

Fernando García, asesor técnico del grupo Crea Caroya

 ?? (SERGIO CEJAS) ?? Actualizac­ión. Diego López, responsabl­e técnico de la Regional Córdoba Norte de Aacrea, presentó en la UE Siglo 21 los resultados del trigo 2016.
(SERGIO CEJAS) Actualizac­ión. Diego López, responsabl­e técnico de la Regional Córdoba Norte de Aacrea, presentó en la UE Siglo 21 los resultados del trigo 2016.
 ??  ??
 ??  ?? Momento. Si la decisión es hacer trigo en el centro norte de Córdoba, la fecha ideal es mayo para llegar a agosto con el suelo cubierto. (LA VOZ)
Momento. Si la decisión es hacer trigo en el centro norte de Córdoba, la fecha ideal es mayo para llegar a agosto con el suelo cubierto. (LA VOZ)
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina