Faros largos
Francisco Iguerabide, de Aacrea, y Pedro Vigneau, de Aapresid, opinan sobre el futuro del agro.
Mosa Meat es una empresa liderada por científicos holandeses, pero con sede en Palo Alto (California, Estados Unidos), la cuna mundial de las tecnológicas, que hace cuatro años dio a conocer un desarrollo que podría cambiar la historia de la alimentación: la primera hamburguesa elaborada con carne creada en un laboratorio; es decir, sin pasar por el campo ni salir de un animal.
Llegar a este resultado les demandó un costo de 200 mil dólares, pero actualmente sus creadores afirman que con sólo 10 dólares pueden producirla y aspiran a que en 2020 ya se pueda comercializar de manera masiva al público.
Disruptores
Este caso es usado por el presidente de la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), Pedro Vigneau, para ejemplificar los desafíos que tendrá el agro en las próximas décadas: no será ajeno al crecimiento ni a la consolidación de las tecnologías disruptivas.
Otro ejemplo: sólo con ingresar a YouTube y buscar “alimentos 3D”, se puede observar numerosos videos de bifes y ensaladas elaborados por un robot.
Francisco Iguerabide, titular de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (Aacrea), cita otro caso más general y muy comentado por estos tiempos: “Hace pocos años, nadie imaginaba una empresa como Uber, o que un auto se iba a manejar solo”.
Prospectiva
Vigneau e Iguerabide estuvieron en Córdoba para participar del lanzamiento de la plataforma de sustentabilidad y de responsabilidad social empresarial de la Bolsa de Cereales, denominada IndicAgro.
Aapresid y Aacrea son dos entidades que nuclean a un universo de miles de productores y de empresas agropecuarias que no sólo tienen el foco en los problemas de coyuntura, sino en un horizonte de mediano y largo plazo, siempre pensando en cómo hacer la producción más sustentable y eficiente.
Por eso, Agrovoz les pidió su opinión sobre cómo ven el escenario productivo a 10 ó 20 años; y la conclusión fue similar para ambos: los cambios serán profundos y la única manera de enfrentarlos será con mucha capacitación y trabajo en red.
Haciendo referencia al caso de la hamburguesa “artificial”, Vigneau analizó: “No falta mucho para que esas tecnologías impacten; lo mismo está pasando con otro tipo de producciones como leche, huevos o algunos vegetales. Día a día comienzan a aparecer tecnologías disruptivas que nos van a exigir cambios; y aunque nosotros tenemos la fotosíntesis y los suelos, con una eficiencia tremenda, habrá que profundizar los conocimientos, ponerle muchísima ciencia a nuestro trabajo”.
Cabeza y equipo
“Lo único que sabemos es que vamos a tener que cambiar, pero nadie sabe hacia dónde. La manera de adaptarse a estos cambios –como tomar un Uber en lugar de un taxi, o ver un auto que anda solo–, es tener la cabeza abierta para ser el primero; si no sos innovador y no estás en la punta de estos procesos, es difícil que puedas ser útil a la sociedad”, razona Iguerabide.
Por su lado, el presidente de Aapresid completa: “La verdad, nos toca vivir en una época apasionante, pero es una montaña rusa que nos va a exigir trabajar en equipo; es la única forma que tenemos de enfrentar estos cambios, pensando en las enormes oportunidades que les podemos dar a muchísima gente que no la pasa bien”.
A la vanguardia
La buena noticia, de acuerdo con Vigneau, es que esos cambios profundos que vienen encuentran al productor argentino bien preparado. “Cuando uno analiza el perfil de nuestros productores en relación con los de otros países, incluso los desarrollados, tenemos una ventaja comparativa muy grande: productores más jóvenes, más instruidos, más formados y con mayor capacidad de incorporación de la tecnología. Eso nos entusiasma”, dice.
Se trata de un contexto fundamental: “El futuro exige estar preparados para arrancar hacia lugares que no nos imaginamos, porque vienen tecnologías muy