Langostas: 2.500.000 hectáreas
Hay cinco puntos estratégicos de control dispuestos en el centro-norte de la provincia. Por ahora, no se dispusieron tratamientos con insecticidas porque no se reportaron daños en cultivos.
las autoridades definieron cinco puntos de control en red: santa elena, cañada de luque, calchín, oliva y san josé de la dormida.
L a celeridad con que se mueven las langostas en Córdoba ha obligado a que las autoridades apuren también la toma de decisiones para prevenir un eventual daño de estos insectos si en algún momento se convierten en plaga y comienzan a dañar cultivos, algo que por el momento no ocurrió.
Las primeras mangas ingresaron a la provincia desde Santiago del Estero el sábado pasado y rápidamente avanzaron hasta llegar a Colonia Caroya y a Córdoba capital el lunes; esto obligó a que el Ministerio de Agricultura y Ganadería y el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) convocaran a una reunión para definir acciones de monitoreo y control.
Junto con las entidades de la Mesa de Enlace, el Inta, el Colegio de Ingenieros Agrónomos y la Cámara de Aeroaplicadores, se tomó la decisión de establecer cinco puntos de control en red, que permitan armar una rápida logística en caso de necesitarse aplicaciones de fitosanitarios para frenar el avance de los acridios.
Estos centros estratégicos fueron situados en Santa Elena, San José de la Dormida, Cañada de Luque, Calchín y Oliva; lugares en los que los pilotos aeroaplicadores estarán a disposición de las autoridades para salir, a la mayor velocidad posible, ante la eventual necesidad de pulverizar mangas. Estas localidades estarán comunicadas entre sí y con las dependencias estatales.
Ante la consulta de Agrovoz, desde el Senasa y el Ministerio señalaron que la superficie que se está monitoreando de manera permanente, cubierta por estos cinco puntos de control, abarca una franja de 100 kilómetros de ancho por 250 de largo, en línea recta hacia el norte, desde el departamento Tercero Arriba. Es decir, son alrededor de 2,5 millones de hectáreas las que están bajo esta prevención. Sin aplicaciones
Por el momento, las autoridades descartaron el uso de insecticidas ya que las langostas sólo están volando y asentándose en campos, pero no se ha detectado que hayan dañado cultivos y pasturas. Además, los organismos oficiales recordaron que no representan ningún riesgo para la salud humana ni de animales, dado que no transmiten enfermedades ni provocan lesiones, sino que sólo pueden generar un impacto económico si eventualmente deciden alimentarse.
Para el socio de Halcón Monitoreos y especialista en plagas Daniel Igarzábal, la decisión de no avanzar hasta ahora con un control químico de las mangas es razonable ya que lo que se observa es que los insectos sólo están migrando y no consumiendo vegetales.
“No tiene sentido hacer pulverizaciones porque sí; se hacen para proteger los cultivos, no para vengarse de los bichos”, sentenció Igarzábal en radio Jesús María.
Para el experto, es momento de poner “paños fríos” y no ceder ante el temor que despierta ver semejante cantidad de insectos volando. “El hecho de que estén dando vueltas puede asustar, asombrar, pero no hay que desesperarse. No tiene sentido salir a hacer tratamientos ahora, y realizarlos puede ser hasta más perjudicial”, consideró.