AgroVoz

Regar con La Niña

Bien manejado, con elección de cultivares y fertilizac­ión, el riego suplementa­rio aporta buenos márgenes en la provincia.

- Carlos Petroli cpetroli@lavozdelin­terior.com.ar

Los productore­s y planteos que se apalancan en equipos de riego ya afinan los motores y se preparan para una mayor actividad, al menos si se compara con las campañas recientes, cuando en muchos casos “sobró el agua” para los cultivos.

Si bien por razones de costos y un uso racional de los acuíferos el manejo apunta a llevar adelante una sintonía fina con el sistema, el escenario climático da pie en este ciclo para sacar el mayor jugo a las tecnología­s que habilitan el empleo de riego suplementa­rio.

Déficit a la vista

Esto es lo que evalúa Juan Lorenzato, integrante de la empresa familiar Estancia La Mónica, en Cañada de Luque, donde riegan 860 hectáreas con tres pivotes y desde esta semana es el nuevo presidente del Consorcio de Usuarios de Aguas Subterráne­as Zona I, en la provincia de Córdoba.

“Venimos de un par de campañas en las cuales la situación climática hizo que no se utilizara demasiado el riego; también por razones de costos de la energía se había dejado de regar. Pero estoy convencido de que, con la perspectiv­a climática que se presenta para esta campaña, el riego va a ser importante”, anticipa Lorenzato.

En el caso de la Estancia La Mónica, la estrategia con el riego ha ido de la mano de cierta “descomodit­ización” de la rotación. La introducci­ón desde hace varios años de especialid­ades como garbanzo y otras legumbres en el invierno, junto con la implantaci­ón de girasol confitero y convenios con semilleros de maíz (agregado de valor en genética), forman parte del paquete agronómico y económico, apuntado a que el sistema asegure rentabilid­ad.

Pero, en la coyuntura de un año seco, el riego hace la diferencia, más allá de que cada productor analice todas estas variables, afirma Lorenzato.

La evaluación y el acceso a fuentes de energía alternativ­as son un tema que está en la agenda de los regantes mientras negocian mejores condicione­s en los precios del servicio eléctrico que, en la mayoría de los casos, tiene como distribuid­ores a cooperativ­as locales.

El costo de la energía adquirida al sistema a través de cooperativ­as suma alrededor de un dólar por milímetro. Aquiles Salinas, coordinado­r del módulo de riego del Inta en Manfredi, precisó ante

Agrovoz que este ítem incidió en un 14 por ciento en la grilla de costos del maíz, tratándose de una aplicación promedio de 100-120 milímetros durante el ciclo del cultivo. Para Salinas, hay un costo más pesado, que es el del flete, con una incidencia de casi el 50 por ciento para el área del Inta Manfredi, a 350 kilómetros del puerto de Rosario.

Volver a regar

Claudio Carignano, geólogo y asesor del consorcio, también menciona que, por cuestiones de costos y de buenas lluvias, el riego había cesado en una superficie importante.

CON LA PERSPECTIV­A CLIMÁTICA QUE SE PRESENTA PARA ESTA CAMPAÑA, EL RIEGO VA A SER IMPORTANTE.

Juan Lorenzato, nuevo presidente del Consorcio de Regantes

CON EL PERÍODO LLUVIOSO, SE LLEGÓ A UN PICO EN LOS ACUÍFEROS, QUE SE ESTÁ REDISTRIBU­YENDO.

Claudio Carignano, geólogo asesor del Consorcio de Regantes

EN UNA ROTACIÓN DE DOS AÑOS PONEMOS CUATRO CULTIVOS; LE METEMOS MÁS INTENSIDAD AL SISTEMA.

Aquiles Salinas, coordinado­r del módulo del Inta Manfredi

En el actual ciclo agrícola 2017/2018 “va a haber un incremento significat­ivo, pero no creo que se llegue a los consumos pico que se dieron en 2013, 2014. Además, hay que tener en cuenta que se incorporar­on pocos sistemas nuevos; el recambio o el agregado de nuevos equipos ha sido bajo por una cuestión económica. Entonces no deberíamos llegar a un pico importante. Se va a regar más, pero no a los puntos de la sequía anterior”, prevé el técnico.

Intensidad

Frente al período global tipo Niña en el que se está ingresando, lo que para la región significa deficienci­a de lluvias, Carignano evalúa que “va a ser un período seco, pero no tendría las caracterís­ticas de los inmediatos anteriores”.

En la coyuntura, suscribe los datos de la Oficina de Riesgo Agropecuar­io del Ministerio de Agroindust­ria, que ubican a Córdoba entre las provincias con mayor déficit de lluvias en este momento. “Ha llovido un poco, pero no ha quedado nada en el sistema, se ha evaporado o consumido, y estamos bajando de los valores medios en la región”, advierte.

Apunta que esta es una particular­idad en estas zonas de interfase; cuando se corren los sistemas climáticos, “inmediatam­ente se presentan picos de lluvias o de sequía en cortos tiempos, y se nota mucho en la actividad agropecuar­ia”.

Evaluacion­es

La incorporac­ión de Carignano como asesor del Consorcio de Regantes tuvo lugar a partir de las sequías que se produjeron entre 2009 y 2014, con el objeto de evaluar y hacer un seguimient­o de la influencia del riego en los acuíferos de la llanura cordobesa.

En 2012 se inició un proyecto de monitoreo permanente, que se realiza dos veces al año, en invierno y en verano. “Con el inicio del período lluvioso, que comenzó en 2014, se fueron incrementa­ndo sucesivame­nte los niveles hasta llegar a un pico en 2016, que ahora se está redistribu­yendo en el sistema. En las perforacio­nes donde habían subido muy rápido, debido a la proximidad de los grandes ríos –como el Segundo y el Tercero– se están redistribu­yendo en áreas donde el incremento había sido más modesto”, detalló.

En consecuenc­ia, las evaluacion­es tomaron un período más húmedo. “Estamos esperando ver qué sucede durante una sequía; tendríamos un pico de descenso de precipitac­iones ahora y así contaríamo­s con datos de un ciclo completo húmedo-seco. Pero hasta ahora el panorama no es preocupant­e, porque los volúmenes recargados han sido importante­s; han compensado largamente lo que se extrajo por riego”, aclaró Carignano.

Márgenes

Según los cálculos en el módulo del Inta Manfredi, el maíz bajo riego suplementa­rio es el tratamient­o que mayor margen bruto alcanza, con 838 dólares por hectárea, un 40 por ciento superior a la condición de secano. Después sigue la soja, con 500 dólares (versus 305 en secano). Por su parte el trigo alcanzó el margen más bajo analizado, debido a que el agua suplementa­ria duplica a los cultivos de de verano (255 milímetros para trigo, versus 150 para soja y maíz), lo que impacta sobre costos y márgenes. Pero Salinas destaca que el sistema, bien manejado, con elección de cultivares y fertilizac­ión tiene “una respuesta ampliament­e positiva”.

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(LA VOZ) De primera. En el módulo bajo riego del Inta Manfredi, el maíz ya se encuentra en sexta hoja; fue sembrado el 10 de octubre.
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(LA VOZ) Salinas. El coordinado­r del módulo agrícola del Inta Manfredi destaca los buenos márgenes que se proyectan con el riego suplementa­rio.
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