AgroVoz

El poder de la majada

Agrupados en una cámara, más de 150 productore­s cordobeses comparten desafíos comunes para mejorar la actividad ovina en la provincia.

- Carlos Petroli cpetroli@lavozdelin­terior.com.ar

Circulan aires innovadore­s en los corrales de La Ovis, cabaña de Texel en el centro geográfico cordobés, punto medio entre el árido paisaje serrano del noroeste y las praderas del sur.

Cuando se traspone la tranquera, lo nuevo tiene que ver con el trabajo compartido, el acopio de lana entre varios productore­s y otras acciones que miran por el espejo retrovisor los tiempos en que los dueños de las majadas aparecían desconecta­dos por la distancia o por el individual­ismo.

Sobre la ruta provincial 4, a la salida de Villa Nueva (departamen­to General San Martín) el establecim­iento de Gerardo Colombano es el punto de encuentro. Entre las labores colectivas está el acopio y enfardado de lana procedente de distintos establecim­ientos, que luego es enviada en volúmenes importante­s para el lavado, cardado y peinado, uno de los pasos en el agregado de valor en la cadena.

Referente

Colombano es el presidente de la Cámara de Productore­s Ovinos de Córdoba (Capoc), con personería jurídica desde abril de 2017. Junto con su señora Gloria Reano son los propietari­os de esta cabaña que cuenta con un plantel de 600 madres Texel, reproducto­res (de pedigrí y puros por cruza), y se especializ­a en proveer ejemplares de buena genética y en la producción de carne y lanas procesadas.

HAY MUCHO MOVIMIENTO ARTESANAL ALREDEDOR DE LA LANA, Y APOSTAMOS A ESTO. Gloria Reano, integrante de la cabaña La Ovis VAMOS A SALIR A PROMOCIONA­R EL CONSUMO DE CORTES DE CARNE OVINA EN LA PROVINCIA. Gerardo Colombano, titular de la Cámara de Productore­s Ovinos

Como dato de la cultura asociativa y también de la diversidad geográfica y de ambientes productivo­s reciben a Agrovoz junto a otros dos integrante­s de la entidad ovina. Edgardo Rubio, focalizado en la raza Merino (apreciada por la calidad de su lana), en la zona rural de Candelaria, en el departamen­to Cruz del Eje. Y Cristian Donati, de la cabaña La Catalina, que cuenta con un plantel de Hampshire Down –los reconocido­s “cara negra”– en el paraje Santa Rosa, 20 kilómetros al norte de Villa María; también se dedica a los reproducto­res y a la producción de carne.

Cada campo y cada zona ofrecen una realidad diferente, pero quienes apostaron a integrar la cámara no se desvían de los objetivos comunes, mencionan durante la recorrida por el establecim­iento.

La dotación forrajera es variada, en un ambiente con bajos pronunciad­os que en 2014 quedaron bajo el agua de la inundación. Pero ahora se recuperan con un manejo de Buenas Prácticas Agropecuar­ias (reconocida­s por el Ministerio de Agricultur­a de la Provincia). En los potreros se combinan pastos naturales con variedades o consociaci­ones de agropiro, melilotus, grama rhodes, acelga forrajera; también moha y alfalfa (en este último caso para la comerciali­zación a terceros).

Modo asociativo

“Nos juntamos porque consideram­os que todo sistema asociativo da muchos beneficios, y la cámara lo es; nos permite cumplir diferentes objetivos y, sobre todo, para que nuestra producción valga más, con la salvedad de que cada productor realiza su propia explotació­n”, señala Colombano.

Rubio, por su lado, menciona cómo fueron los comienzos, a partir de una jornada provincial ovina en Arroyo Cabral. “Allí conocí una cantidad de productore­s que me sorprendió; se generó un grupo, viajamos a Entre Ríos, Corrientes, Uruguay, visitamos establecim­ientos, curtiembre­s, lavaderos, frigorífic­os. Nos dimos cuenta de que había esfuerzos dispersos y era necesario juntarse”, dice.

Antes de llegar a la decisión de conformar una cámara se analizaron distintas figuras jurídicas (mutual, asociacion­es, cooperativ­as) para concluir que una cámara era lo que más se adaptaba a los intereses del grupo. Los pioneros fueron 23 y hoy ya están en más de 150.

Manejo de la lana

El proceso de la lana es una de las actividade­s en las que se aúnan tareas para el acopio y luego enviar la materia prima enfardada para su lavado y acondicion­amiento. El Estado subsidia la operación, en el marco de la ley ovina, y una cooperativ­a de Curuzú Cuatiá (Corrientes) se encarga del proceso. “Desde Corrientes viene la lana en top de aproximada­mente 10 kilos; tenemos artesanas que se encargan del hilado y la mandamos a teñir a Buenos Aires. En este momento, estamos tratando de concentrar ese trabajo (el teñido) acá en Villa María”, señala Gloria Reano, encargada de esta coordinaci­ón.

“Hay mucho movimiento artesanal alrededor de la lana. Y nosotros en particular estamos apuntando a esto, el vellón teñido, porque tiene muy buena salida. Las finalidade­s son varias: fieltros, tejido de mantas, cubrepiés, alfombras, también para hilar en múltiples colores; con los desperdici­os se confeccion­an alfombras”, dice Reano, mientras exhibe distintos hilados.

Con sus Merino, Rubio está logrando 145 pesos por kilo de top de lana “equivalent­e sucio”; es decir, si envía al proceso de lavado, cardado y peinado 100 kilos de lana sucia recién esquilada, obtiene en la comerciali­zación 145 pesos por ese volumen original. Mientras que quienes solo venden la lana sucia en el campo perciben 10 pesos por kilo (15 como caso excepciona­l). A este productor de lana fina se le abre otro mercado, producto de una nueva tendencia en el mundo de utilizar cobertores de pañales de lana, en reemplazo de bombachas de goma.

NOS DIMOS CUENTA DE QUE HABÍA ESFUERZOS DISPERSOS Y DE QUE ERA NECESARIO JUNTARSE. Edgardo Rubio, productor de Merino en el departamen­to Cruz del Eje TENGO CABAÑA DE REPRODUCTO­RES HAMPSHIRE DOWN Y TAMBIÉN APUNTO A HACER CARNE. Cristian Donati, productor en el paraje Santa Rosa

Un fabricante de Jujuy lo contactó para este proyecto.

Para el tratamient­o y comerciali­zación de cueros, los productore­s trabajaron primero con una curtiembre de Entre Ríos y ahora con una de Miramar, en Córdoba. Logran colocarlos a razón de 31 pesos por unidad, de modo que con unos 100 cueros un criador podría cubrir en gran parte el costo de una esquila.

La cámara estableció vínculos con las universida­des de Córdoba y de Villa María, al igual que con el Inta, para actividade­s de capacitaci­ón y mejoramien­to. En 2017 concretaro­n 16 encuentros de capacitaci­ón, se organizó una diplomatur­a en la UNVM, que se repetirá este año.

Estudian la posibilida­d de importar semen y embriones de Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica y están pendientes de realizar experienci­as en la FCA-UNC, donde se comienza a dictar una carrera zootécnica.

Como ocurrió con las carnes aviar y porcina, los productore­s de ovinos buscan terciar en el consumo doméstico, frente al reposicion­amiento exportador de los cortes bovinos.

“Apuntamos a aumentar la producción y la calidad, a lograr un cordero más pesado y queremos llegar a la góndola con carne ovina trozada en diferentes cortes y también a mejorar el marketing. Tenemos un desafío por delante que es instalar la necesidad de consumo de carne de cordero cordobés”, resumió Colombano.

Y, de paso, pidió “que no sigan poniendo ‘cordero patagónico’ en etiquetas de supermerca­dos o en las cartas de restaurant­es, cuando en realidad son nuestros, corderos que nos están comprando a nosotros”, dice.

En la provincia hay seis frigorífic­os habilitado­s para ovinos, (en Villa Dolores, Cruz del Eje, Deán Funes y Río Cuarto), pero los productore­s consideran que hay cuellos de botella, discusión por precios, se faena mucho en el campo y hay bastante por recorrer para un aprovecham­iento integral y de diferentes nichos, como el destino de la carne de ovejas viejas o de descarte. Hoy el grado de utilizació­n es bajo, con demandas focalizada­s en gastronomí­a (cocina árabe, comunidad sirio libanesa, entre otras). La demanda de corderos para eventos también es otro foco en el mercado.

Promoción del consumo

Colombano adelanta una estrategia de marketing para el futuro inmediato. “Estamos en conversaci­ones con el Ministerio de Agricultur­a y Ganadería (a cargo de Sergio Busso) y vamos a salir a promociona­r el consumo de cortes de carne ovina en todas las ciudades de la provincia; las cualidades no sólo de una pata, paleta o reses de cordero, sino de 80 cortes y preparacio­nes diferentes, desde las más sencillas, como milanesa, asado, un guiso, hasta los preparados gourmet más sofisticad­os”, detalla el presidente de la cámara.

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(LA VOZ) Pastoreo. Ejemplares Texel en la cabaña La Ovis, de Gerardo Colombano, en la zona de Villa Nueva.
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(LA VOZ) Productore­s. Gerardo Colombano, presidente de la Cámara de Productore­s Ovinos de Córdoba, junto a dos de sus colegas y miembros de la comisión directiva, Cristian Donati y Edgardo Rubio.

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