“Entre 1998 y 2001, con la venta de la soja logramos mantener la cabaña y la producción de leche”
LA EMPRESA ESTÁ CONSTRUYENDO UN GALPÓN DE COMPOST DE 4.950 METROS CUADRADOS PARA 250 VACAS. EL OBJETIVO ES PODER HACER TRES ORDEÑES DIARIOS.
Además de ser desde hace dos años presidente de la Asociación Regional Centro (ARC) –entidad que tiene a su cargo el control lechero oficial de casi el 10 por ciento de los tambos en la provincia– José Maritano es encargado de la cabaña Del Valle, ubicada en Oliva.
En 200 hectáreas, a la vera de la autopista que une Córdoba con Buenos Aires, el establecimiento tiene 615 animales Holando puros de pedigrí. Con un sistema de producción estabulado con vacas en corrales donde reciben una dieta totalmente mezclada (TMR), la producción diaria es de 5.200 litros de leche. En el último año, la producción por vaca fue de 30,2 litros por día. “Tenemos 175 vacas en ordeñe divididas en tres rodeos que se ordeñan dos veces por día”, describió el productor.
Otras 120 hectáreas destinadas a la producción de soja se encargan de proveer, a través de un contrato de maquila con una empresa de Oncativo, los subproductos de la oleaginosa para las dietas.
Producción y reproducción
Además de producir leche en forma ininterrumpida desde 1942, el establecimiento propiedad de la familia Issolio tiene un núcleo genético a través del cual produce machos puros de pedigrí. Su primer RP fue inscripto en la Asociación de Criadores Holando Argentino en 1952 y en octubre se apresta a registrar el número 5.000.
“Solo vendemos machos a otros establecimiento lecheros. En el caso de las hembras, como tenemos un alto nivel de selección de madres en el plantel, todas las vaquillonas que paren se quedan en el tambo”, justificó Maritano.
Más allá de la coyuntura que atraviesa la actividad, la empresa sigue subiendo la vara de la producción. Para fin de año espera contar con un rodeo en ordeñe de 210 animales y se prepara para dar otro salto dentro de su modelo de intensificación.
El año próximo esperan tener el galpón de compost, que ya está en construcción, sobre una superficie cubierta de 4.950 metros cuadrados, donde van a pasar su lactancia 250 animales. Cada vaca dispondrá de una “cama” en un espacio de casi 16 metros.
A lo largo de su desarrollo, la producción de leche en el establecimiento se fundamentó en tres patas: genética, buena alimentación y crianza.
Ahora es apresta a sumar el último sostén de esa mesa, que es el confort. El objetivo es poder llegar a ordeñar en el futuro hasta tres veces por día.
“Quizá si hacíamos números, nos hubiéramos dedicado a la soja, pero nos gustan las vacas”, afirmó de manera contundente Maritano, a la hora de justificar la inversión.
“Entre 1998 y 2001, con la venta de la soja logramos mantener la cabaña y la producción de leche”, recordó.
Genética
Si bien la selección genética es permanente, la crisis del sector le interrumpió a la cabaña la importación de embriones desde Canadá y Estados Unidos. “Un embrión tiene un costo de mil dólares y se necesitan dos para que nazca un ternero. A los valores actuales, son 60 mil pesos y, con suerte, un toro de esa genética se puede vender en 70 mil pesos, por lo que se pierde plata”, razonó.
Más allá de la coyuntura, los tratamientos de fertilización in vitro y trasplante embrionario sexado son técnicas que el establecimiento utiliza en sus rodeos.
“Tenemos tres rodeos: uno de vacas frescas, otro de vaquillonas de primer parto y otro con vacas multiparto”, comentó Maritano.
El rodeo de vacas frescas está integrado por aquellas recién paridas, hasta los 60 días, a las que se les suministra una dieta más rica en fibra para evitar, por ejemplo, el desplazamiento de abomaso y prepararlas para cuando se las libere para entrar en servicio.
“Buscamos preñar las vacas a poco tiempo del parto, entre 60 y 90 días, porque si el intervalo entre parto y parto se extiende, se complica la producción. Las vacas dan leche si paren”, resumió Maritano. Hace dos años, el establecimiento comenzó con una nueva unidad de negocios; consiste en la compra de terneras, que después vende como vaquillonas listas para parir.