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El “feedlot” arrancó el año con la menor población desde 2016

Los números del negocio impiden la reposición en los corrales, según advierten los empresario­s del sector. Durante 2018 el valor del ternero también afectó al criador.

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Los números de los engordes intensivos de hacienda no vienen siendo buenos en los últimos meses. A tal punto que, en su último informe, la Cámara Argentina de Feedlot informó que el nivel de ocupación en los corrales para el primer mes del año es el menor desde 2016.

Sobre la base de la informació­n recibida de 65 establecim­ientos asociados a la cámara, el nivel de ocupación llega al 53 por ciento, por debajo del 59 por ciento de diciembre último.

En comparació­n con los arranques de 2017 y 2018, el presente mes es el de más bajo porcentaje de ocupación, sólo superado por el 53 por ciento registrado en 2016.

La rentabilid­ad que muestra el negocio también queda reflejada en el índice de Reposición Feedlot, que es de 0.87 por ciento. Esto significa que, por cada animal vendido, se fue reponiendo menos de una cabeza.

Razones

Según la consultora Agroideas, la fuerte devaluació­n de 2018 impactó de manera significat­iva en la actividad del feedlot.

“El precio de los alimentos se incrementó 100 por ciento, sumado también a otros costos, como el del combustibl­e. El gran incremento de costos aumentó significat­ivamente el costo del kilo producido, por lo cual la rentabilid­ad del feedlot fue negativa con importante­s pérdidas para el sector”, describió la consultora en su último informe.

En los últimos dos años, el mayor nivel de encierre en los establecim­ientos de engorde a corral provocó un importante volumen de animales con destino a faena.

“Durante el último trimestre del año pasado, a medida que las pérdidas de los mismos se fueron incrementa­ndo, el ingreso de hacienda a los corrales disminuyó, terminando el año con bajos niveles de ocupación”, precisaron desde Agroideas.

Balance 2018

De acuerdo con la consultora que dirigen Federico Santángelo y Fernando Gil, 2018 fue un año dispar para los distintos eslabones de la cadena de ganados y carnes del país.

La industria exportador­a fue la más beneficiad­a en el último año, con un incremento de 75 por ciento de los volúmenes exportados en los primeros 11 meses del año. En ese crecimient­o gravitó sobre todo la demanda de China y la devaluació­n de la moneda nacional, que generó ingresos por casi 2.000 millones de dólares.

Asimismo, ocurrieron novedades relevantes para el sector, como la apertura real del mercado de carnes enfriadas para Estados Unidos y la apertura del mercado de Japón para animales producidos e industrial­izados en la Patagonia.

“Del mismo modo, puede decirse que la industria dedicada a abastecer al consumo interno fue beneficiad­a con el crecimient­o registrado en la faena a lo largo del año”, aseguran los especialis­tas.

Como contrapart­ida, para el sector de la producción ha sido un año muy difícil, tanto para el criador como para el engordador.

El estancamie­nto de precios de la invernada, sumado al fortísimo incremento de costos, tanto en cría como en sistemas intensivos de engorde, impactó de lleno en sus rentabilid­ades.

El balance de Agroideas recuerda también el impacto productivo que tuvo la sequía, que afectó a gran parte del país durante el primer trimestre del año y que motivó que se anticipara la salida de hacienda y se ajustaran los rodeos a la capacidad de carga de los campos.

“Igualmente la devaluació­n de la moneda nacional impactó de lleno en los precios de los granos y del combustibl­e, lo que generó pérdidas en el negocio del engorde a corral a pérdida a lo largo de todo el año”, precisa el informe.

En cuanto a los precios, el comportami­ento de la cría encendió luces de preocupaci­ón durante el año pasado. Durante el transcurso de 2018, el valor de los terneros se incrementó sólo 24 por ciento y acumula 38 por ciento en los últimos 24 meses.

“Esto marca la dificultad por la que atraviesa el criador, dado que su producción ha subido la mitad de la inflación tanto en los últimos 12 como 24 meses”, aseguran Santángelo y Gil. La valorizaci­ón de la vaca le trajo algo de respiro al criador,

Como consecuenc­ia directa del incremento del volumen exportado hacia China y por efecto de la devaluació­n, algunas categorías de vacas (como la conserva) subieron 74 por ciento.

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(LA VOZ/ARCHIVO) Vacíos. La rentabilid­ad que exhibe el engorde intensivo complica la reposición en los corrales.

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