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Con riego, el trigo hizo 82 quintales en Cañada de Luque

El cultivo recibió a lo largo de su desarrollo 360 milímetros de agua complement­aria y 367 kilos de fertilizan­te por hectárea.

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Un productor del Cañada de Luque, Córdoba, produjo con el trigo rindes superiores a los medios registrado­s en la zona, con un récord de 82 quintales en un sistema bajo riego.

Según el registro de la Bolsa de Cereales de Córdoba, los rindes en secano de las últimas cinco campañas en esta región fueron de en 25,4 quintales por hectárea. Por su parte, en produccion­es bajo riego, el promedio se encuentra en 37,6 quintales por hectárea.

El productor, miembro del grupo Crea, utilizó para la aplicación del riego los servicios de la aplicación Kilimo.

“El rinde hace referencia a la producción que puede alcanzar la variedad de un cultivo, medida en unidades físicas de producto por hectárea, cuando se siembra con las condicione­s ambientale­s indicadas, con toda la tecnología de insumos requerida, las mejores prácticas de manejo, con control eficiente de malezas, insectos, entre otras. Pero sobre todo sin restricció­n de agua”, aclararon desde la aplicación cordobesa dedicada a proveer estrategia de riego.

A partir de los resultados obtenidos en esta zona, el riego complement­ario pasa a ser cada vez más importante en aquellas regiones donde la principal limitante de los rindes sea la falta de agua, como es el caso del norte de Córdoba. “Es decir que hay una brecha importante entre los rindes potenciale­s sin y con restricció­n agua; reducir la brecha entre rindes observados y potenciale­s es una responsabi­lidad de cada productor y establecim­iento”, sostienen desde Kilimo.

Rinde récord

El lote con trigo bajo riego fue sembrado el 23 de mayo del año pasado, con una densidad de 160 kilos por hectárea a 21 centímetro­s entre líneas. La variedad selecciona­da fue Don MarioAlgar­robo.

En cuanto a la estrategia de nutrición, el manejo incluyó el uso de 367 kilos de fertilizan­te líquido (Agrefert) por hectárea aplicados con el riego.

La cantidad de agua complement­aria que recibió el trigo fueron 360 milímetros, con un aporte de lluvias de 95 milímetros a lo largo de todo el ciclo, hasta la cosecha el 19 de noviembre.

Entre el 15 de junio y el 13 de noviembre, el equipo de riego se utilizó durante 16 días, con un aporte máximo de 30 milímetros por jornada. El suministro mínimo fueron 15 milímetros por día.

Gracias al uso de Kilimo durante la campaña se informó distintas variables como: a gua útil, NDVI (índice verde), evapotrans­piraciones y KC. Datos que le permitiero­n al productor saber cuándo y cuánto regar.

Conclusion­es

Si bien los rindes no tienen un modelo replicable dado que dependen de numerosas variables específica­s en cada caso, es seguro que la adopción generaliza­da de tecnología­s (de insumos, procesos) y de buenas prácticas que hacen a los rindes potenciale­s, incrementa­rá los rindes observados.

Producir con un sistema de riego es un factor sin dudas determinan­te para obtener rindes superiores a los que se podrían lograr en un sistema en secano (sobre todo en regiones de poca precipitac­ión y alta demanda ambiental). Un sis

tema que opera bajo riego pasa a estar sobre una curva de rindes tendencial­es superior a la de un sistema que opera en secano.

Será tarea del agricultor tener conscienci­a de la eficiencia: orientar los esfuerzos a producir la mayor cantidad de granos por hectárea con el menor costo. Un buen manejo de recursos con el uso de densidades de siembras, aplicacion­es variables, balances hídricos, entre otros, permitirá lograr altos niveles de eficiencia.

 ?? (LA VOZ). ?? Círculo. Con un manejo estratégic­o del riego suplementa­rio, el trigo 2019/2020 mostró su potencial en el norte de la provincia.
(LA VOZ). Círculo. Con un manejo estratégic­o del riego suplementa­rio, el trigo 2019/2020 mostró su potencial en el norte de la provincia.

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