Septiembre comenzó con lluvias, por ahora escasas para el trigo
El arranque de septiembre trajo lluvias en la provincia que, por su variabilidad en cuanto a cantidad y distribución geográfica, resultaron escasas para el trigo.
Luego de tres meses prácticamente sin aportes hídricos, un frente de tormenta que ingresó desde el norte de Buenos Aires y sur de Santa Fe provocó durante el último jueves precipitaciones en el territorio provincial.
Salvo en el extremo sur de la provincia, donde los aportes fueron prácticamente nulos, en el resto de los departamentos agrícolas se registraron valores que promediaron entre cinco y 20 milímetros, con algunos focos puntuales en los que se superaron esas cifras: por arriba de 60 milímetros.
No obstante, las evaluaciones iniciales indicaban que el estado del cultivo va a requerir de más suministro de agua para continuar hacia el final del ciclo con mejores condiciones. Días atrás, la Bolsa de Cereales de Córdoba había informado que un 22 por ciento del trigo en la provincia estaba en estado entre regular y malo.
En la zona núcleo del país –que incluye el sudeste de Córdoba–, lejos de alcanzar al rinde promedio de 45 quintales por hectárea, que marcó el trigo en la campaña 2017/2018, las expectativas ahora están puestas en que las precipitaciones de septiembre puedan frenar la pérdida de rendimiento.
Según la Guía Estratégica para el Agro (GEA), de la Bolsa de Cereales de Rosario, se recrudece el temor por el abatimiento del cultivo que dejó la falta de agua en la campaña pasada.
“En la región núcleo, el trigo 2020/2021 obtuvo un promedio de 30 quintales, nueve quintales menos que la media de las ultimas cinco campañas anteriores. Esta vez, el cultivo se sostiene por las reservas de agua que dejó el otoño y los aportes de julio. Sin embargo, el cereal ingresa en una etapa más demandante y el 20 por ciento de los lotes se encuentran comenzando la encañazón”, advierte el informe sobre condición de cultivo en la región.
Según el relevamiento se mantienen en la zona núcleo 200 mil hectáreas en estado regular a la espera de lluvias para revertir su condición. Las expectativas están puestas en los registros en el arranque de este mes.
En el centro-sur de Santa Fe y el sudeste cordobés, las reservas de agua están entre regulares y escasas.
El detenimiento del desarrollo del cultivo, la pérdida de hojas inferiores y la menor fertilización por la falta de agua ponen en jaque al rinde triguero. En el centro sur santafesino se necesitan entre 20 a 30 milímetros para detener la caída del potencial del rinde.
Mientras que en el sudeste cordobés, las necesidades ascienden a más de 100 milímetros para alcanzar buenos niveles de humedad.
Ante la falta de humedad, la siembra de maíz tardío volverá a tomar protagonismo en la zona núcleo del país.