AgroVoz

Cepo a la carne: una especie de “estamos bien, pero vamos mal”

- Alejandro Rollán arollan@lavozdelin­terior.com.ar

Afines de 1989, cuando la hiperinfla­ción hacía estragos sobre la economía nacional, el entonces presidente de la Nación Carlos Menem pronunció una de las frases que forman parte de la historia política contemporá­nea del país: “Estamos mal, pero vamos bien”. Fue en relación con el rumbo económico trazado en ese momento.

Más de tres décadas después, el Gobierno nacional la reedita, con una modificaci­ón que altera sus componente­s, para justificar su decisión de postergar por 60 días el cepo a la carne.

“Estamos bien, pero vamos mal”. Así se puede resumir la conclusión a la que arribaron los ministerio­s de Desarrollo Productivo y de Agricultur­a de la Nación para extender hasta el 31 de octubre la restricció­n de exportar la mitad del volumen comerciali­zado durante el año pasado.

“El impacto de las medidas que limitaron las ventas al exterior de manera temporal ha comenzado a dar resultados positivos. Tras dos meses de vigencia, los precios se estabiliza­ron e incluso mostraron cierta retracción en distintos eslabones de la cadena”, justificar­on desde el Gobierno, para agregar: “En el corto plazo, la herramient­a de limitar las ventas al exterior es indispensa­ble para garantizar el acceso de las y los argentinos a la carne vacuna frente al fuerte aumento de los precios a las y los consumidor­es”.

El problema, según advierten desde la cadena de ganados y carnes, es que con la intervenci­ón nada va a mejorar.

“Es un error garrafal del Gobierno mantener este tipo de medidas, que lo único que hacen es destruir algo tan importante como la ganadería”, se quejó Jorge Chemes, presidente de Confederac­iones Rurales Argentinas (CRA), durante la reunión de emergencia que la mesa de enlace nacional convocó el martes pasado en Santa Fe, luego de que se conociera la postergaci­ón del cepo comercial.

Los frigorífic­os exportador­es nucleados en el Consorcio ABC, que en una primera instancia habían tratado de negociar con el Gobierno una flexibiliz­ación a la intervenci­ón, ahora salieron a cuestionar su continuida­d y a advertir sobre sus consecuenc­ias.

“La prórroga establecid­a sigue el camino inverso y agravará los efectos depresivos sobre la actividad, que, por el momento, se han visto amortiguad­os por operacione­s pendientes y la formación de stocks”, indicaron las empresas exportador­es, que advirtiero­n que a corto plazo se verán obligadas a adoptar medidas más severas para ajustar el nivel de actividad al contexto de menores negocios.

“De forma irremediab­le, la prolongaci­ón de las limitacion­es impactará sobre los puestos de trabajo, el nivel de remuneraci­ones de los trabajador­es, el capital de trabajo y la capacidad de compra, con consecuenc­ias sobre el mercado ganadero y toda la cadena en su conjunto”, presagiaro­n.

Mientras tanto, Argentina pierde presencia en los mercados y genera desconfian­za entre los clientes en el exterior. El lugar que dejan los cortes argentinos es aprovechad­o por otros competidor­es.

Durante julio, y según datos del economista Juan Manuel Garzón, del Ieral de Fundación Mediterrán­ea,

Uruguay –que tiene menos del 25 por ciento del stock bovino de Argentina– exportó más carne y generó más divisas que el producto nacional.

¿Y ahora?

En la dirigencia rural, saben que con la prórroga de la intervenci­ón el Gobierno volvió a tensar la cuerda en la relación con el agro. Cualquier posibilida­d de discutir los términos del borrador del plan ganadero presentado días atrás por el ministro

Matías Kulfas quedó descartada y el diseño de una estrategia gremial es la prioridad para exterioriz­ar el malestar.

Pero no hay nada definido. Integrante­s de la Mesa de Enlace, como el titular de Coninagro Elbio Laucirica, advierten que una medida de fuerza, en un escenario electoral como el que se avecina, podría desvirtuar el reclamo del agro; además considera que, por los resultados obtenidos en ceses de comerciali­zación anteriores, no sería una decisión acertada. Poco margen de maniobra para contener a las bases.

Otros dirigentes, por su parte, consideran que las elecciones legislativ­as de noviembre serían un buen punto de partida para equilibrar la balanza en el Congreso y que las políticas públicas comiencen a tener representa­tividad para los intereses del sector agropecuar­io ¿Estarán a tiempo?

El Gobierno asegura que la intervenci­ón redujo los precios, pero decidió extenderla porque no es del todo efectiva. El problema es que nunca lo será.

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CAPTURA DE YOUTUBE MISIÓN. Los ministros Basterra y Kulfas son los encargados de que la intervenci­ón a la exportació­n haga bajar el precio de la carne.
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