Maíz. La “startup” cordobesa que apostó a la semilla y llegó a EE.UU.
AGRICULTURA. Speed Matriz desarrolló cápsulas con nanotecnología que hacen más uniforme la semilla y mejoran su eficiencia productiva. Prepara su globalización desde Miami.
Anivel mundial, Argentina es el quinto productor y tercer exportador de maíz. Y, en ese rol protagónico, Córdoba tiene un papel preponderante: concentra cerca del 40 por ciento de la cosecha nacional. A tal punto que, si se elabora un ranking de provincias o de estados productores a nivel global, integra el top ten junto con jurisdicciones de Estados Unidos y de Brasil, según datos de la Bolsa de Cereales cordobesa.
Y si la lupa se acerca aún más al mapa, el departamento Río Cuarto es la mayor región productora del cereal no sólo de Córdoba, sino del país, de acuerdo con un relevamiento de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (Fada).
A partir de este análisis geográfico, no sorprende que desde esa zona del sur cordobés haya surgido un proyecto de innovación tecnológica que no tiene antecedentes a nivel mundial, al punto que muestra oportunidades enormes de escalar rápidamente hasta alcanzar a todos los países que cultivan este cereal.
Se trata de la startup Seed Matriz, que desarrolló una tecnología que permite encapsular semillas de maíz para que sean más uniformes y eso favorezca su siembra y su posterior eficiencia productiva. Y, a la vez, incluye nanotecnología que permite anticiparse, por medio de la combinación con imágenes satelitales, a problemas de plagas o de enfermedades que pueda estar sufriendo el cultivo.
La última novedad es que esta agtech realizó una ronda de inversión en la que captó 350 mil dólares para llevar adelante su estrategia de crecimiento, que contempla instalar el holding central de la compañía en Miami para, desde allí, proyectarse a todo el mundo.
Orígenes
Según relató a Agrovoz el COO, Álvaro Fernández, el proyecto comenzó en 2018, de la mano de los hermanos Federico y Juan Cola, que son productores y querían solucionar un problema de ineficiencia que sufren los agricultores a la hora de implantar el maíz: como las semillas no son todas iguales, muchas veces no se logra uniformidad y eso resta eficiencia productiva.
“En Argentina se siembra con un desvío estándar de 12 centímetros. Hasta los cinco centímetros, las plantas compensan entre ellas. Pero después, por cada centímetro, se pierden 100 kilos por hectárea de potencial de rendimiento. Es decir, cada hectárea aporta 700 kilos menos que lo que podría producir. Y eso, traducido a todas las hectáreas de Argentina, significa unos mil millones de dólares menos al año”, explicó Fernández.
“Si hiciéramos un índice, podríamos decir que en un campo de 200 hectáreas se pierde una camioneta cero kilómetros por año por sembrar mal el maíz”, agregó Federico Cola, CEO de Seed Matriz.
¿Cómo logran esto? “Es como la fórmula de la Coca-Cola: no te lo podemos decir”, bromeó Fernández. Pero igual no es sencillo de explicar: es una mezcla de polvos y de líquidos que se agregan de manera continua con la semilla y son inertes, y la encapsulan de tal manera que queda como un maní con chocolate.
Pero el otro atributo sorprendente es que, dentro de esa solución química, se incorporan fertilizantes, estimulantes y defensivos agrícolas a través de nanotecnología, que ayudan a proteger el cultivo y a alertar si está sufriendo daños.
“Fuimos a Silicon Valley, en California, y vimos cómo les estaban insertando microchips a humanos que alerten sobre problemas de salud con anticipación. Y volvimos con la idea de meterle un microchip al maíz. Pero, al consultar con expertos de la
Fundación Argentina de Nanotecnología, nos explicaron que podía hacerlo con ‘nanotintas’”, repasó Fernández.
Lo que lograron, al final, es desarrollar algo similar a un “evatest” agrícola: un reactivo que se activa en la planta cuando es atacada por alguna plaga o enfermedad, y manifiesta el problema a través de una coloración diferente en sus hojas superiores. “Entonces, por medio de imágenes satelitales, se puede ver rápidamente si hay alguna parte de un lote que esté sufriendo algún problema y actuar con celeridad para solucionarlo”, enfatizó.
Según Fernández, el propósito de la empresa es pasar de la agricultura por ambientes a un modelo de agricultura planta por planta, y disponer de una herramienta incluida en la semilla que permita generar información a lo largo de toda la vida del cultivo en el lote.
Pruebas. “Ya hicimos pruebas durante tres campañas en campos propios y ahora la idea es comenzar el junto con los semilleros en una superficie más grande, de unas 200 hectáreas, incluidos Brasil y Estados Unidos”, reveló Fernández.