Presupuesto: zona de promesas
A fin de año se aprobó en el Congreso el proyecto de ley que prevé los recursos y gastos del Gobierno nacional durante 2018. Cuáles fueron las diferencias entre las proyecciones y lo que realmente sucedió en el pasado.
Todos los años, entre septiembre y diciembre, la Cámara de Diputados recibe el proyecto de ley del presupuesto que se ejecutará al año siguiente para su análisis, discusión y sugerencias de modificación. El presupuesto marca cuáles serán los recursos con los que contará el Gobierno para afrontar los gastos y cómo se repartirán dichos ingresos. También proyecta cuál será el crecimiento económico, el tipo de cambio y la inflación, todas variables que afectan a la recaudación y al gasto público. El ciclo finaliza cuando las Cámaras alta y baja sancionan a favor o en contra para que el proyecto de presupuesto se convierta en ley. Esto sucedió en diciembre pasado cuando el Congreso dio luz verde al Presupuesto 2018 presentado por el Ministerio de Hacienda, que estima un crecimiento anual de 3,5 por ciento, una inflación anual promedio de 15,7 por ciento y un déficit fiscal primario de 3,2 por ciento del PBI. Sin embargo, en los últimos años se observan diferencias marcadas entre los prepuestos nacionales presentados y los ejecutados.
La sobredimensión del crecimiento de la actividad equivale a exagerar los ingresos públicos. Por lo tanto, con mayores ingresos previstos, el Gobierno puede asignar un nivel más elevado de gasto.
Si bien los desaciertos son evidentes, el análisis del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec) señala que el Presupuesto 2017, el primero presentado por el oficialismo, “luce más realista en las proyecciones de las principales variables macroeconómicas con relación a lo observado en los últimos años”. Con el Presupuesto 2018, la visión es la misma. En esta línea, según el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) que releva el Banco Central en base a las proyecciones de los principales economistas locales, el crecimiento de la actividad para 2017 y 2018 sería de 2,9 y 3,2 por ciento, respectivamente. Mientras que la tasa presupuestada para ambos períodos fue de 3,5 por ciento. En cuanto a las metas fiscales del 3,2 por ciento del PBI (primario) y 5,5 por ciento del PBI (financiero) del Presupuesto 2018, el informe del Cippec explica que estos resultados son consecuencia de un aumento proyectado de los ingresos del 19 por ciento y una suba del gasto primario y total de 14,5 y 16,2 por ciento, respectivamente. “Este comportamiento esperado de recursos y erogaciones se enc uentra muy por debajo de lo observado en lo que va del año, donde recursos totales, gasto primario y gasto total presentan variaciones interanuales de 31, 28 y 31 por ciento, respectivamente”, señala el estudio dirigido por el investigador Walter Agosto.