Yanina Núñez
GERENTE GENERAL DE COPA AIRLINES
Alos 19 años, cuando recién empezaba a estudiar la Licenciatura de Turismo en la Universidad de Morón, Yanina Núñez se acercó a la agencia de viajes All Seasons para ofrecerles hacer una pasantía. Esa fue su primera experiencia laboral en la industria. “Me dieron la oportunidad de arrancar y me abrió las puertas para lo que vendría después”, cuenta Núñez. Ese después fue ingresar en Delta, la compañía aérea estadounidense que aún no operaba en la Argentina. Allí entró como General Sales manager y se encargó de ventas, programas de viajero frecuente y reclamos, entre otras actividades. Así, cuando Copa Airlines empezó a operar en la Argentina, Núñez fue seleccionada tras una gran cantidad de entrevistas para trabajar como agente de counter. Según relata, empezó en noviembre de 1999. A los seis meses ya tenía a su cargo un grupo de trabajo y al año fue promovida a ejecutiva de cuentas. Desde esa posición desarrolló varios productos para la compañía aérea, entre ellos el desarrollo comercial en venta directas e indirectas, que la acercaron a su siguiente ascenso a gerente de Ventas para la Argentina, en 2005. “En ese momento me nombraron madrina del vuelo inaugural a Montevideo. También me encargué de abrir la ruta Córdoba - Panamá, que fue durante un tiempo el único vuelo internacional no regional que había en el país fuera de Ezeiza. Fue una gran experiencia para mí”, cuenta. Corría el año 2007 y con los cortes de ruta que había en el país algunos viajeros del interior debían llegar a Buenos Aires dos días antes de la salida de su avión o corrían el riesgo de no poder volar, recuerda. Hace tres años y medio, ya con un MBA en Management Estratégico de la Universidad de Palermo bajo el brazo, fue nombrada gerente General de Copa Airlines Argentina. Cuando no está dirigiendo los destinos locales del hub de las Américas, Núñez se dedica a sus múltiples hobbies. Juega al tenis, hace manualidades y, hace algunos años, empezó a aprender a tocar el violín. Pero su pasión, confiesa, es la repostería. Le gusta encerrarse en la cocina para preparar tortas, galletitas y postres para su familia (su marido músico y su hijo Franco) y sus amigos. “Me gusta agasajar. Cuando nos juntamos podría llevar algo que compro en una panadería, pero no va a tener el mismo significado que lo que cociné yo”, dice. De la repostería rescata la paciencia que se requiere para que las cosas salgan bien y el cuidado que hay que tener con los ingredientes y con cómo se los prepara. “Que la receta salga perfecta es como cumplir el 100 por ciento del objetivo en el trabajo. Hay que saber esperar los tiempos para que la preparación salga perfecta”, expresa y dice que en lo laboral también hay que saber vencer la impaciencia para poder cumplir los objetivos. También destaca el valor de la experimentación, tanto en la cocina como al frente de Copa. “A veces cambiar la receta puede salir mal, pero muchas otras el resultado final es sorprendente”, concluye.