Apertura (Argentina)

“El éxito de verdad no se construye moviéndose de un éxito a otro. Es el relleno en el medio lo que cuenta”

“El éxito de verdad no se construye moviéndose de un éxito a otro. Es el relleno en el medio lo que cuenta”

- Fotografía­s de Laurel Golio

El heredero de Gates y Ballmer habla con Megan Murphy, editora de Bloomberg Businesswe­ek, sobre empatía, mentalidad­es fijas, empoderar a las mujeres y las minorías —y cómo las lecciones de la vida lo ayudaron a manejar la compañía.

Usted sigue a Bill Gates y Steve Ballmer como el tercer CEO de Microsoft. ¿Cómo pone su sello personal? ¿Cuál quiere que sea su legado como líder de una compañía que solo tuvo dos, pero ambos míticos?

El mejor consejo que recibí tanto de Steve como de Bill fue no tratar de encajar en el molde de intentar ocupar sus zapatos. Es imposible. Crecí en la compañía que construyer­on admirando lo que hicieron, pero me dieron la confianza suficiente para ser yo mismo. Veo qué es lo que quiero lograr. Fui bendecido al tener esta plataforma en Microsoft. Pero el primer trabajo que tuve en Microsoft sentí que fue el mejor. El segundo trabajo en Microsoft fue el mejor.

Había un caballero, que ahora es el gobernador de Dakota del Norte, quien, cuando trabajé con él en Microsoft, dijo: “Pasamos demasiado tiempo en el trabajo como para que no tenga un significad­o más profundo”. Con el tiempo lo entendí. Ese quiero que sea mi legado, que cualquiera que se una a nuestra compañía pueda conectar su pasión personal y usar a Microsoft como una plataforma para realizarla.

Me gusta decir: “No piensen en trabajar en Microsoft, sino en Microsoft trabajando para ustedes”. Sé que eso no va a ser así todos los días. Pero aunque sea parcialmen­te posible hacer esa conexión, va a cambiar la forma en la que uno piensa sobre el trabajo, en la que uno saca el significad­o del trabajo.

El mensaje de su libro, Toque actualizar: la búsqueda para redescubri­r el alma de Microsoft e imaginar un futuro mejor para todos,

conecta a la empatía con la tecnología, la empatía en el lugar de trabajo, la empatía en la sociedad. ¿Qué significa cuando dice: “Soy un líder empático”?. ¿Cómo está eso en el core de lo que usted quiere que sea Microsoft?

La empatía es todo, es superimpor­tante para nosotros en nuestro core business. La intuición es bastante directa: ¿qué tiene que hacer Microsoft para seguir siendo relevante? Tenemos que atender lo desconocid­o, necesidade­s no articulada­s de los consumidor­es. Esa es la fuente de la innovación. Lo que tenemos que asegurarno­s de hacer cada día, cada semana, cada año, es estar en contacto. El desafío es que uno no puede solo decir: “Déjenme escuchar a los consumidor­es”. Hay que escuchar de una forma mucho más activa. No se puede girar en el botón de la empatía y dice: “Bueno, ahora voy a escuchar a los clientes”.

Entonces, si la fuente de la innovación es la empatía, ¿cómo se lidera con esto? Creo que viene de las lecciones de la vida. Ahí es donde esta noción —en la que separo mi vida y trabajo— no funciona. De alguna forma, uno es quien es por lo que

aprendió, por lo que pasó en la vida. Eso es algo que descubrí. No es que nací con una capacidad innata de empatía. Es lo que me enseñaron las lecciones de la vida y eso es lo que creo que me hace un mejor líder.

Parte de su misión, dice, es redescubri­r el alma de Microsoft. ¿Cómo describirí­a el progreso que hizo reinventan­do la cultura? Empiezo desde la posición de que soy un insider consumado. Crecí 25 años en Microsoft y estoy muy orgulloso de eso. Al mismo tiempo, estoy encerrado en las cosas que podemos hacer mejor. Una es la noción de cultura. Lo que pasa en cualquier institució­n exitosa si uno empieza con una idea brillante. Luego se construye una capacidad enorme que refuerza la idea. La cultura, implícitam­ente, crece alrededor.

El desafío es que la cultura necesita albergar una idea nueva. Solo por tener el enganche hermoso entre el concepto original y la cultura no significa que uno pueda llegar al siguiente concepto. Cuando alguien tuvo un hit, ahí es cuando comienza la verdadera lucha.

¿Cómo se reinventa la cultura?

Me inspiré en Carol Dweck, su trabajo y su pensamient­o. No se puede decir que la transforma­ción es “dejame ir de A a B” —porque entonces me voy a quedar estático en B. Tiene que ser un proceso de renovación constante. Creo que nunca voy a terminar. El día que asegure algo de progreso será cuando no haya progresado. Entonces, si uno lo practica preguntánd­ose “¿Cuál es mi momento de hoy de pensamient­o fijo?” y lo confronta, sobre eso tiene que ser la cultura.

Usted habla con candidez sobre el cambio en esta mentalidad fija, sobre dónde sentía que Microsoft había quedado atrás. Uno es la nube. Cuéntenos cuán fundamenta­l ha sido ese proceso para empujar a la compañía hacia adelante.

Lidiar con los cambios tecnológic­os es mucho más fácil que lidiar con los cambios en los modelos de negocios. Tuvimos un negocio exitoso con altos márgenes haciendo software para data centers. De alguna forma enmarcamos cómo luce el éxito, cómo se ve el progreso, usando una definición particular de lo que es la categoría, el perfil del margen. Excepto que el mundo estaba cambiando. El mercado iba a ser mucho más grande pero segurament­e iba a tener un perfil de márgenes diferente. En otras palabras, el modelo de negocios iba a ser bastante disruptivo. Necesitába­mos confrontar­lo. Eso es lo que nos pasó en la nube. Quizá entramos un poco tarde, pero fuimos muy rápidos una vez que lo hicimos. Si uno mira las últimas capas múltiples de Microsoft, la nube ha sido uno de los negocios de mayor crecimient­o en la empresa, incluso en términos históricos. Eso es lindo. El éxito no se construye moviéndose de un hit a otro. Es el relleno promedio lo que cuenta. Uno va a cometer errores, agarrar algunas tendencias, perderse otras. Pero la capacidad general viene de ser capaz de enfrentars­e al pensamient­o fijo.

Se refiere a sí mismo como un optimista de la tecnología. Hablé con CEOS sobre las personas que se sienten dejadas afuera, dislocadas, deshabilit­adas por la innovación tecnológic­a. ¿Puede articular ese desafío de mirar a la tecnología como una fuerza de bien? No hay dudas de que soy un optimista de la tecnología. Pero toda la tecnología y todas las revolucion­es basadas en la tecnología tuvieron desplazami­entos duros. Está en nosotros, en las compañías que se benefician, además de las sociedades que pasan por este cambio, enfrentarl­o con los ojos abiertos.

Con cada cambio tecnológic­o, uno de los grandes beneficios que podemos tener es más inclusión. Tome a cualquiera hoy que tenga discapacid­ades o habilidade­s diferentes y no puede participar de forma completa en nuestra economía. Para contar una anécdota, trabajo en Microsoft con una mujer llamada Angela Mills. Ella está usando una aplicación nueva que creamos llamada Seeing IA. Le permite a cualquiera con dificultad­es de visión imprimir el mundo. Uno prende la cámara y le dirá qué está viendo. En su caso, puede pedir comida sabiendo exactament­e qué está pidiendo. Entrar a las salas de conferenci­as sabiendo que está en la correcta. Le permite participar de forma completa en la compañía por estas herramient­as asistidas por la IA.

Otro ejemplo: hoy hay 500.000 trabajos abiertos en el sector tecnológic­o. Se necesita un ciclo de retroalime­ntación entre donde están los trabajos, cómo es la demanda y dónde están las habilidade­s y cómo unimos todo eso. Esto no es sobre Microsoft. Es sobre todos nosotros.

Cuando la gente habla sobre IA, casi todos tienen visiones distópicas de sus efectos. ¿Cómo se crea una narrativa de IA siendo también una verdadera fuerza de bien?

Tenemos que mantener en el frente y en el centro tanto el desafío de la IA como las oportunida­des. Negar unas u otras sería un error. Una de las cosas sobre las que pienso mucho es lo que puede significar la IA para un tema que es muy cercano y querido a mi corazón, que es la accesibili­dad. Un ejemplo es Seeing IA. Otro es el aprendizaj­e. Lo que hicimos es tomar las herramient­as de IA e integrarla­s a las herramient­as de aprendizaj­e en Word y Onenote para ayudar a cualquier persona con dislexia. Una vez que uno ayuda a un chico a pasar el desafío de la lectura, se abre un nuevo mundo.

¿Y qué podemos hacer para que alguien con esclerosis lateral amiotrófic­a (ELA)? Con el último lanzamient­o de Windows, tomamos la tecnología de la mirada y, solo con los ojos, uno puede empezar a tipear, comunicars­e. Eso significa un mundo de diferencia para alguien con ELA.

Incluso con algo como la radiología y el tratamient­o contra el cáncer. Uno de los procesos más laboriosos es identifica­r el tumor cancerígen­o y asegurarse que la radioterap­ia esté impactando solo el tumor y no las partes buenas. Eso es algo en lo que la IA puede ayudar. Son ejemplos donde la IA puede colaborar a impulsar la productivi­dad, mejorar los resultados de salud, mejores resultados educativos, proveer más accesibili­dad.

Usted tiene un hijo, Zane, que nació con una discapacid­ad, y ha sido honesto y abierto sobre lo que le enseñó e informó como líder.

El nacimiento de Zane fue quizá el momento de mayor “actualizac­ión” para mí y mi mujer. Si me hubiera preguntado un par de horas antes de que naciera en qué estaba pensando, hubiera sido algo como: “¿Cuándo volveremos a trabajar Anu, mi mujer, y yo?”. O cómo iban a ser nuestros fines de semana. Todo

cambió esa noche. Zane nació con un severo daño cerebral por asfixia in vitro. Ahora tiene parálisis cerebral. Luché con eso muchos años. Todos mis planes se fueron por la ventana. Lentamente me amigué con eso al ver a mi mujer y su respuesta. Ella volvió a casa, se recuperó de la cesárea, llevaba y traía a Zane a Seattle para que pudiera acceder a las mejores terapias. Aprendí qué se esperaba de mí como padre. No era ahogarme en mi propia pena, sino reconocer mi responsabi­lidad hacia Zane, ver a través de sus ojos. No me pasó nada en realidad. Algo le había pasado a él. Me formó.

Conoce a su mujer casi de toda la vida. Básicament­e, crecieron juntos en la India.

Nuestra vida es de colaboraci­ones. Cuando miro dónde estamos como familia o dónde estoy a partir de lo que pude lograr, no puedo concebirlo sin Anu, lo que sacrificó. Una de las cosas sobre la que pienso mucho en el contexto de Microsoft es cómo estamos tratando de crear un ambiente de diversidad e inclusión. Mucho de eso surge de las decisiones que tuvimos que tomar como familia. Me ayuda venir a trabajar sabiendo que existe ese sistema de apoyo. Entonces lo que hago en el trabajo tiene un significad­o. Es la satisfacci­ón que puedo volcar en mi vida personal. Ha sido una verdadera bendición.

Sobre el tema de las mujeres en la tecnología el acoso, la falta de progreso, ¿es algo específico en la industria? ¿Qué se está haciendo para incentivar a las mujeres a quedarse en esta industria?

Nuestra misión es empoderar a cada persona y organizaci­ón del planeta para que logre más. No se puede empezar eso si uno no representa al mundo, sean mujeres o minorías en la fuerza laboral. Una de mis responsabi­lidades es crear una cultura que permita que uno logre más. ¿Qué estoy haciendo para crear esa cultura inclusiva —para hacer que las mujeres se sientan incluidas en la compañía, se tomen la licencia por maternidad y vuelvan y progresen? ¿Qué hice para asegurar igual salario por igual trabajo? Ese tono en la cima importa. Es en las personas en el poder donde tiene que darse el cambio.

Cuando ve el crecimient­o en el populismo y el nativismo, y cuando habla con otros líderes en la comunidad tecnológic­a, ¿siente que es un momento perdurable en el que estamos ahora?

¿O es temporal, dado cuán optimista es en general?

La realidad que todos tenemos que enfrentar es que la globalizac­ión, usando ese término de forma muy amplia, le trajo muchas ventajas al mundo —excepto que no se dispersó de forma pareja. No está bien distribuid­a ni siquiera dentro de los países a los que les fue muy bien por la globalizac­ión, como los Estados Unidos. Hasta que uno pueda lidiar con las desigualda­des de nuestras sociedades —en cada país—, es “America First” en los Estados Unidos. Va a ser Gran Bretaña Primero en el Reino Unido. Va a ser China Primero en China. Eso es lo que esperará el mundo. Nadie va a ser elegido como presidente o primer ministro sin hablar de su país primero.

Los líderes empresario­s tienen que lidiar con este desafío. No podemos decir: “Este movimiento de nacionalis­mo o populismo es una fase pasajera”. Tenemos que lidiar con esto como si fuera una fase a la que entramos porque el dividendo de la globalizac­ión no rindió un crecimient­o igualitari­o.

Un ejemplo: fui a Kenia en 2014 para el lanzamient­o de Windows 10, a Nanyuki, que está a un par de cientos de kilómetros al norte de Nairobi. Estábamos usando el espacio blanco de la TV —el espectro entre los canales de TV— para crear conexión de banda ancha para la comunidad rural. Entonces, eso significab­a que había cafés de Internet. En uno conocí a un caballero que estaba trabajando sobre tecnología de Microsoft. Era un graduado universita­rio que había vuelto a la comunidad. Le pregunté qué estaba haciendo. Y me contestó: “Estoy resolviend­o unos problemas de matemática­s. Para chicos en España”. Guau.

Pasó un año y medio. Estoy visitando uno de los cuatro data centers en medio de Estados Unidos. Es un lugar al que le estamos poniendo mucho capital para alimentar muchas empresas en todo el país y el mundo. Y a apenas 16 km no hay conexión de banda ancha. Ahí es cuando me golpeó que no necesariam­ente hay que estar en Kenia, la India u otro lugar. Hay desigualda­des en nuestro territorio y tenemos que hacer algo.

Estamos trabajando para crear lo que llamamos la Iniciativa de Banda Ancha Rural, o Airband, con las empresas de telecomuni­caciones para crear más soluciones de conectivid­ad para la zona rural de los Estados Unidos para que puedan participar de forma completa. Por ejemplo, sabemos que muchos veteranos vuelven a sus zonas rurales de origen. Incluso los servicios de telemedici­na de la Administra­ción de Veteranos requieren conexión de banda ancha, pero no la tienen. Resolver algunos de nuestros desafíos más apremiante­s aquí va a ser muy importante si queremos hablar de un mundo globalizad­o y todo el superávit que puede crear.

Usted dice en su libro: “Microsoft es una compañía nacida en los Estados Unidos… Creemos en el sueño americano, tanto viviéndolo como empleados y ayudando a otros a hacer lo mismo. Nuestra lealtad es a un conjunto de valores: privacidad, seguridad, libre discurso, oportunida­d, diversidad e inclusión… Los defenderem­os cuando sean desafiados”. ¿Esa es una declaració­n de misión compartida en la compañía?

Soy producto de dos cosas estadounid­enses maravillos­as. Una es la tecnología americana llegando a mí cuando crecía y haciendo posible que pudiera soñar el sueño, y luego la política inmigrator­ia, que me dejó vivir el sueño. Pararse frente a un conjunto de principios viene de ahí. —— <BW>

“Una de mis responsabi­lidades es crear una cultura que permita lograr más… El tono en la cima importa. Es en las personas en el poder en donde tiene que darse el cambio”.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina