Un sector sin letra chica
Cómo afectó a las compañías de seguros la limitación de invertir en Lebac y qué hicieron para rebalancear sus carteras. A qué segmentos apuntarán para crecer. La nueva competencia digital.
Las reformas macroeconómicas configuran una nueva realidad para un sector en el que todavía algunas cosas no cambian. Los seguros de retiro siguen relegados, los instrumentos financieros para invertir son escasos y la digitalización de las compañías avanza a paso lento.
Tanto los especialistas de la industria como los representantes de las compañías coinciden en que, a medida que la actividad económica se recupera, naturalmente también lo hace el sector asegurador. Los primeros brotes verdes que comenzaron a fines del año pasado dibujan un panorama positivo para el rubro, que se prepara para ver mejores resultados. Según la Asociación Argentina de Compañías de Seguros (AACS), la estimación de la producción total de seguros para noviembre de 2017 fue de $ 27.154 millones. Sobre ese monto, el 83 por ciento corresponde a los seguros patrimoniales, el 15,4 por ciento a los seguros de vida y el 1,6 por ciento a los seguros de retiro. Esa división todavía muestra el comportamiento del mercado a la hora de contratar seguros, con una conciencia aseguradora baja para las categorías de vida y retiro, la principal cuenta pendiente del sector.
Mauricio Zanatta, presidente y CEO de Prudential, detalla que es optimista respecto de lo que sucederá en 2018. Para él, tras años de un crecimiento atado a los números de inflación como máximo, los cambios macroeconómicos se traducirían en generación de empleo, lo que potenciará el mercado. Además, menciona a la reforma impositiva y a una potencial reforma a la ley de mercado de capitales como dos elementos que también ayudarán a una reactivación del sector asegurador.
Lo mismo interpreta Marcelo Larrambebere, gerente Corporativo de Negocios de Grupo San Cristóbal, ya que estima un crecimiento en facturación del 25 por cien- to –un 30 por ciento como ideal– mientras que la inflación sería de un 20 por ciento. Toda la compañía en 2017 tuvo una facturación de US$ 1000 millones, de los cuales un 90 por ciento corresponde a San Cristóbal y Asociart, y lo restante se canaliza mediante retiro, servicios financieros y otros seguros.
Para acompañar ese crecimiento que vislumbra el mercado, Zanatta considera que las compañías pueden ofrecer pólizas indexadas, aunque para eso las empresas deben estar seguras de cuáles son los instrumentos financieros en los que pueden invertir. “Tenemos inversiones a largo plazo y hay nuevos instrumentos en pesos indexados, pero todavía no son suficientes para pensar en un mercado que pueda orientarse 100 por ciento a eso en el corto plazo”, considera.
Así, el CEO de Prudential tiene en su agenda el desarrollo de seguros de vida nominados en UVA y anticipa que podrían estar disponibles durante 2018, siempre y cuando las compañías cuenten con instrumentos financieros para invertir los fondos. “Si pensamos en la masividad de las ventas de seguros de vida y los fondos que administran las compañías vemos que se necesita un mercado financiero más profundo”, dice.
Eduardo Iglesias, CEO y cofundador de Colón Compañía de Seguros, sostiene que el aumento en la venta de autos 0 km es un indicador positivo para la industria, ya que el 37,5 por ciento de la facturación del sector corresponde al riesgo automotor, según la AACS. Por eso, para 2018 Iglesias estima un crecimiento del mercado en facturación del 26 por ciento, monto que superaría a la inflación –contemplada entre un 20 y un 21 por ciento según el ejecutivo. “Los últimos balances vieron un crecimiento de alrededor del 35 por ciento en el total del mercado, mientras que el año anterior había sido negativo”, sintetiza. Al tratarse de una compañía pequeña, el potencial de Colón para captar nuevos clientes es grande, según Iglesias. La empresa, que cubre principalmente líneas personales, posee más de
520.000 asegurados y crece año a año un 20 por ciento el número de clientes.
Van a lo seguro
A fines del año pasado uno de los principales temas de la agenda de las compañías tuvo que ver con las posibilidades de inversión. El impedimento a invertir en Lebacs emitido por la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN) en noviembre obligó a algunos jugadores a reformular sus carteras. Por ese entonces las aseguradoras tenían casi $ 150.000 millones en Lebac, un 12 por ciento del total emitido por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) a esa fecha.
Según Mariano Di Maggio, asesor de Banca Privada de Invertironline.com, la renta fija es lo más ponderado en la mayoría de las carteras de las aseguradoras. Así, un portfolio de inversión ideal incluiría un 60 por ciento de renta fija, un 30 por ciento de fondos de acciones argentinas y un 10 por ciento de instrumentos líquidos. “Las Letes ahora son el principal destino dentro de la renta fija”, dice Di Maggio sobre los movimientos que se dieron a partir de la regulación que prohíbe seguir comprando Lebac.
Hugo de Nicola, director de Clientes Institucionales de Balanz Capital, diferencia el tipo de inversión que puede hacer una compañía de seguros patrimoniales y una de vida o retiro. Las primeras, por ser a menor plazo y tener mayor tasa de siniestralidad, necesitan orientar sus carteras a instrumentos en pesos más cortos y líquidos, mientras que las segundas pueden ir a herramientas prolongadas en dólares.
“La regulación de la SSN obligó a las compañías que tenían inversiones en pesos a volcarse a herramientas menos rentables”, opina De Nicola y menciona a bonos que ajustan por CER y Badlar y letras del tesoro en pesos –a partir de diciembre– como los principales elegidos. Asimismo, el especialista expresa que volvieron a ganar relevancia los plazos fijos, un elemento que durante el boom de las Lebac no era contemplado por las compañías de la industria y que hoy alcanza hasta el 30 por ciento de participación en algunas carteras.
Las letras del BCRA contaron con un alto rendimiento durante 2017, pero la entidad ya comenzó a bajar las tasas. “Teníamos un 40 por ciento de la cartera en Lebac y hoy todavía nos queda un 38 por ciento”, dice Bren- da Cuevas, directora de Finanzas de Mapfre Argentina. Al contar con renovaciones entre febrero y julio de 2018, la empresa no tuvo que modificar tanto su cartera, pero Cuevas admite que sí debieron comenzar a buscar otros instrumentos con un retorno parecido para repensar su cartera. “En diciembre entramos en un plazo fijo largo, a 12 meses, con una tasa del 28 por ciento”, detalla la especialista de la multinacional española que busca rendimientos superiores al 27 por ciento para invertir.
Si bien la compañía tiene una cartera de riesgos de corto plazo –ya que el 70 por ciento de los seguros es de autos–, Cuevas sostiene que trata de que todos los pagos programados se calcen con las cobranzas para no tener que liquidar inversiones para afrontar siniestros o deudas. “Entre un 15 y un 20 por ciento está en plazos fijos que son transferibles, pero en nuestra cabeza no se tocan para llegar al interés del 28 por ciento anual”, explica sobre la estrategia de Mapfre.
A medida que el BCRA apunta a bajar las tasas, Cuevas sabe que las pretensiones de la empresa también deberán acomodarse. “En tres meses vamos a conformarnos con una tasa más baja porque es lo que irá pagando el mercado, pero estamos atentos a lo que ofrecerá la SSN para sacar nuevas inversiones que no equipararán la tasa de Lebac pero podrían ser interesantes”, considera.
En tanto, la directora de Finanzas agrega que Mapfre no está tan pendiente de la reforma a la ley de mercado de capitales ya que la mayor parte de sus instrumentos son de renta fija. “Tenemos un 1,5 por ciento de la cartera en acciones de bancos y compañías energéticas, entre otras. De todas maneras, buscamos duplicar esa cifra con acciones del Merval para tener un poco más de renta variable, pero en general es una cartera conservadora”, expresa.
Gracias a la posibilidad de mantener las Lebac hasta su vencimiento, Colón Seguros, cuya facturación anual es de $ 350 millones, es una de las firmas que optó por sostener esta herramienta. Además, cuenta con fondos mutuos, títulos públicos, una pequeña porción de plazos fijos y letras provinciales. Al ser una compañía orientada a los riesgos varios, las inversiones buscan ser de corto plazo para poseer liquidez.
Más allá de la intención del BCRA de gradualmente bajar la tasa de las Lebac y reducir la cantidad de emisiones, especialistas del sector sostienen que el objetivo de la regulación de la SSN que impide invertir a las compañías de seguros en este instrumento es otro. Con un mercado que funciona con un margen técnico negativo, las inversiones de las aseguradoras apalancan los resultados de la mayoría de las empresas. “La normativa puede apuntar a que a largo plazo el margen técnico sea positivo, pero estos resultados también tienen que ver con la inflación y la siniestralidad, por eso el rendimiento financiero nos permite no perder con los aumentos de precios”, explica Cuevas quien opera con una proyección inflacionaria del 17,3 por ciento para este año.
Innovación pendiente
Con la digitalización como foco para hacer más eficientes los procesos y abaratar costos, las compañías están invirtiendo en tecnología, tanto para el servicio con el asegurado y la post venta como en los sistemas propios, las emisiones de pólizas y las cotizaciones. Prudential, por caso, cuenta con aplicaciones para dispositivos móviles para agilizar trámites. Pero, al ser un sector conservador, la innovación no avanza al ritmo que debería. “Estamos atados a normas o regulaciones que no nos permiten ir tan rápido como nos gustaría”, opina Zanatta.
Esta visión tradicional del sector hace que las compañías reconozcan la necesidad de aggiornarse ante los nuevos jugadores, como las insure tech, según lo expresado por Larrambebere de San Cristóbal. “Los players del mercado deben modernizarse y adelantarse”, dice, para no perder a los clientes actuales, ya que la compañía cuenta con 700.000 asegurados. El monto anual invertido en el desarrollo de la tecnología para la digitalización es de un 2 por ciento de la factura- ción anual de San Cristóbal Seguros Generales, unos $ 10.000 millones.
Colón también busca desarrollar su segmento tecnológico con ecolón, una compañía 100 por ciento digital donde el cliente puede comprar, cotizar, recibir atención y manejar los siniestros totalmente online. La empresa fue lanzada a fines de 2017 y sus pólizas, por el momento, son emitidas por Colón. La firma busca promover el concepto de inclusión aseguradora, ya que Iglesias opina que con la creación de aseguradoras digitales se llegará a mayor cantidad de población, como sucedió con las fintech para productos financieros a parte de la población no bancarizada.
En esa categoría, Confiar Seguros es una compañía online lanzada en 2016 con una cartera de 3000 asegurados, una facturación de $ 10 millones en 2017 y una proyección de $ 50 millones para este año. El potencial de desarrollo es alto. Hasta el momento, el riesgo de accidentes personales es 100 por ciento online, aunque también ofrece seguros tradicionales. De todas maneras, la cartera digital está orientada a los microseguros, como las coberturas de celulares y bolsos. “Tenemos riesgo agrícola como seguro tradicional y queremos que sea digital, pero aún es un rubro muy contratado mediante productores”, explica Rafael Acevedo, presidente de la firma.
En el desarrollo informático de todos los recursos se invirtieron $ 11 millones desde 2016. “Ya tenemos operativo accidentes personales y lo queremos ampliar a los otros productos”, comenta Acevedo como el objetivo 2018. Para él, la penetración del online en los microseguros será rápida, sobre todo para nativos digitales, ya que permite una contratación ágil para productos baratos. En cambio, otros seguros con coberturas más complejas pueden demorar más tiempo en convertirse.
Para completar la oferta, como uno de los primeros proyectos de seguros online en el país y la región, en 1988 nació Compreseguros.com de la mano de Vis Asesores de Seguros. La plataforma facilita y agiliza la contratación y la gestión de las pólizas de seguro con un sistema que ofrece los servicios de un productor tradicional, pero por Internet. Posee convenio con 25 compañías de seguros en la Argentina a las que les cobra una comisión –del 20 por ciento en autos–, de la misma forma que lo hacen los brokers.
Así, el sitio cuenta con más de 10.000 clientes que apuestan a la autogestión y tiene una facturación anual de US$ 800.000 totalmente digital. Ofrece seguros de autos –representa el 95 por ciento de las contrataciones–, accidentes personales, moto y responsabilidad civil médica o profesional. A pesar del desarrollo, el director, Pablo Luhning, expresa que de las 10 millones de pólizas que existen en el ramo de autos, hoy solo el 1 por ciento es digital: “El marco regulatorio tiene que cambiar. Ahora se autorizó la póliza digital pero todavía falta mejorar los procesos digitales en general”.
En la compañía, que tiene 500 nuevos clientes por mes, el 70 por ciento todavía necesita ser asesorado por un operador telefónico, mientras que el resto termina la contratación completa sin ningún tipo de asistencia offline. “El negocio todavía no está lo suficientemente maduro”, dice sobre la potencial canibalización del sistema de productores y brokers de seguros, un mercado que cuenta con 25.000 colaboradores en todo el país con carteras de 500 pólizas en promedio per cápita.
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$ 27.154 millones fue la producción total de seguros en noviembre de 2017.
Fuente: Asociación Argentina de Compañías de Seguros.