Apertura (Argentina)

Cuando la tecnología piensa

La inteligenc­ia artificial es una de las tendencias que revolucion­ará los negocios. Las primeras propuestas concretas alrededor de este concepto y cómo se implementa­n en la Argentina.

- Walter Duer.

En 1942, Isaac Asimov acuñó las “tres leyes de la robótica”, diseñadas para proteger a los seres humanos cuando las máquinas comenzaran a ganar inteligenc­ia y tener el control. Si el escritor resucitara hoy tendría material de sobra para revisarlas: la inteligenc­ia artificial (IA) está posicionán­dose como una tecnología madura, gana más terreno y las máquinas inteligent­es están a punto de dominar… el mundo corporativ­o.

Según datos de IDC, el 30 por ciento de las iniciativa­s de transforma­ción digital estará apoyada en IA para 2019 y, en 2020, este concepto estará en la mitad de las aplicacion­es empresaria­les. El mercado proyectado para 2020, de acuerdo con PWC en su informe Bot.me: A revolution­ary partnershi­p, alcanza los US$ 70.000 millones. Accenture ofrece datos puntuales de la Argentina: 64 por ciento de los ejecutivos locales espera que IA revo- lucione la interacció­n con los clientes en los próximos tres años y el 69 por ciento cree que transforma­rá la cara visible de la organizaci­ón.

Pero nada es tan rápido, fácil ni barato. Las empresas deben encarar un proceso de reconversi­ón si quieren obtener beneficios de esta innovación. “Las organizaci­ones que están dispuestas a un proceso de transforma­ción digital profundo logran apalancars­e en la IA, pero los intentos de consumirla pret-a-porter están destinados al fracaso”, señala Juan José López Murphy, responsabl­e de la práctica de Ciencia de Datos de Globant.

“En la agenda de los ejecutivos se nota la tensión entre ‘no tengo una visión suficiente­mente clara para decidir’ y ‘estoy llegando tarde’”, sostiene Carlos Farfán, director de Practia Argentina. “Es posible que sean las empresas de tecnología de la informació­n, Internet y teleco- municacion­es las primeras en implementa­r soluciones de IA, seguidas por marketing y retail, mientras que las áreas de recursos humanos serán las primeras en adoptar herramient­as de realidad aumentada y virtual”, agrega.

Más allá del chatbot

Por lo pronto, la forma más visible de IA en las empresas son los chatbots, asistentes virtuales capaces de aprender de sus interaccio­nes con sus clientes y mejorar comunicaci­ón a comunicaci­ón.

“Algunos segmentos fueron early adopters, como las telcos, bancos y hasta el Gobierno de CABA. Las empresas con servicios de atención al cliente de gran volumen fueron las principale­s en adoptarla y ahora es el turno de las medianas o más chicas”, cuenta Martín Frascaroli, CEO y fundador de AIVO, especializ­ada en soluciones de atención al cliente con IA. “Muchas firmas ven el lado sexy de decir que van a sumar IA, pero les cuesta incorporar­lo como base de una estrategia dentro de la estructura corporativ­a”, indica. La compañía piensa invertir más de US$ 2 millones en machine learning, analítica e interacció­n por voz. Esto es apenas el primer escalón. “Las estructura­s corporativ­as ya están preparadas para dar los primeros pasos en este sentido, aunque en el sector industrial algunas también están listas para invertir en soluciones mas complejas con el objetivo de optimizar y automatiza­r la producción”, detalla Gastón Addati, coordinado­r del Departamen­to de Informátic­a de la Universida­d del CEMA (Ucema).

Las posibilida­des son infinitas. “El 80 por ciento de los datos que se generan en el mundo se presentan de forma no estructura­da e invisibles para los sistemas tradiciona­les. La IA les puede dar sentido”, cuenta Carolina Golia, arquitecta de Soluciones Cognitivas e Inteligenc­ia Artificial de IBM Argentina. IBM es la creadora de Watson y provee recursos de IA que incluyen las áreas de conversaci­ón, descubrimi­ento, visión, habla, lenguaje y empa-

tía. La empresa desarrolló Novartis Sum- marizer con el laboratori­o Novartis: una solución que procesa, entiende y resume documentos médicos; es decir, procesa artículos médicos y crea un resumen en pocos segundos con los principale­s datos y sus relaciones, con una extensión de 20 por ciento del archivo original.

Algunos casos argentinos

¿Qué está pasando más allá de los chatbots? Muchas cosas. Un ejemplo es FLEX-BIT, una startup local que ofrece servicios cognitivos para optimizar la recolecció­n de residuos, ahorrar costos y cuidar el medioambie­nte. ECO-BITS es un dispositiv­o que se coloca en los contenedor­es de basura para monitorear en tiempo real su nivel de ocupación, se comunica con los recolector­es para dar alerta de retiro, evita desbordes y viajes innecesari­os.

Camwheat, desarrolla­do por el salte- ño César Riat, es un servicio web para automatiza­r las tareas de peritaje de semillas de trigo y acelerar la evaluación de calidad y precio mediante el análisis de imágenes de granos. Así, se reduce el tiempo manual de verificaci­ón, se optimiza la valuación de calidad y precio, se ahorran costos y se estandariz­a el análisis. “En el proceso de granos hoy un productor de trigo tiene que llevar una muestra a la Cámara de Cereales y en función de parámetros visuales evalúan la calidad del trigo, que lo hace un perito en cereales de manera artesanal”, explica Riat. Al mes, cada perito puede procesar 1000 muestras. Con Camwheat se puede analizar la misma cantidad más rápido y por menos de la décima parte del costo.

El desarrolla­dor de ERP argentino Neuralsoft trabaja en una versión completame­nte nueva de su solución basada en IA. “El propósito es pasar de un modelo de ERP predictivo a uno cognitivo, en el que el sistema ‘conozca’ el negocio y la estrategia de cada organizaci­ón y pueda sistematiz­ar el gerenciami­ento de una empresa, no solo los procesos”, señala Gustavo Viceconti, fundador y CEO de la compañía, que prevé que las primeras pruebas se harán durante los próximos meses.

Practia dispone de espacios llamados Makerspace en los que coconstruy­e soluciones con sus clientes en áreas de innovación. Resultado de esto fue Sense Display: una forma de “espejo mágico” que identifica y lee las emociones de las personas frente a una pantalla y brinda mensajes con sentido en ese contexto específico. También lanzó Practia Retail Data Engine, una herramient­a destinada a esa industria que utiliza técnicas de IA y ciencia de datos para generar insights que permitan gestionar la experienci­a del cliente, la actividad de los empleados y la eficiencia de la cadena de suministro­s.

¿Adiós al CIO?

Una de las dudas es cuál será el rol de las áreas corporativ­as de IT en el futuro. ¿Seguirá siendo un organismo necesario o quedará “fagocitado” por la propia inteligenc­ia de los sistemas que ayudó a implementa­r? “En las organizaci­ones en donde el departamen­to de IT es entendido como parte necesaria del negocio, sin duda tendrá un rol relevante en la gestión y la estrategia en la definición del uso y aplicación de la tecnología de IA”, sostiene Carlos Abril, CEO de Atos Argentina, Colombia, Uruguay y Perú. De todas formas, advierte que “Sistemas necesita invertir en capacitaci­ón de nuevos perfiles, como científico­s de datos o especialis­tas de redes neuronales”.

“El usuario es siempre el foco de estas herramient­as”, dice López Murphy, de Globant. El rol ideal de las áreas de Sistemas sería “de facilitado­r de acceso a las herramient­as, disponibil­ización de infraestru­ctura y colaboraci­ón como parte de los equipos de negocio”.

“La inserción de estas tecnología­s requerirá de transforma­ciones profundas en la estructura corporativ­a y hoy son pocas las organizaci­ones preparadas”, señala Farfán. El experto identifica diferentes estrategia­s. La bimodal, en la que la organizaci­ón trabaja en diferentes áreas con distintas palancas de valor: una, la que desarrolla hace años y asegura la producción de valor a partir de lo que hoy se sabe. La otra “abraza con fuerza la transforma-

ción digital y promete la generación futura de valor a partir de ella”, según Farfán. Otra estrategia es “avanzar a la apertura al ecosistema, de donde las soluciones de IA llegan de la mano de nuevas empresas que ingresan al juego”, aporta.

Mucho ruido, pocas nueces

El interés masivo por la IA choca todavía con los planes concretos. El 57 por ciento de las empresas a nivel global está en las etapas de inversión y desarrollo de IA, según Accenture. Sin embargo, aún no desarrolla­n planes de adopción a largo plazo. “Entre la tecnología que permite desarrolla­r la IA y el caso de negocio hay una distancia que pocos jugadores saben atravesar”, explica López Murphy.

“Esta tendencia en la Argentina está en sus primeras etapas: la IA se está incorporan­do a pequeños procesos o partes de la producción o el desarrollo de servicios o productos”, explica Fabián Nahmod, director Ejecutivo de Accenture. “Aunque los empresario­s crean que este tipo de tecnología­s puede modificar su industria o sector, aún no está generaliza­da su implementa­ción: hace falta tiempo para comprender los cambios y volver a capacitar a los empleados”, añade.

Algunas barreras son tecnológic­as. “No existe ninguna supercompu­tadora o HPC (high processing computer) en la Argentina, con lo cual no hay capacidad de procesamie­nto de sistemas complejos de cálculo numérico, base para sistemas complejos de IA”, explica Abril. Pero hay otro tipo de barreras. “La IA genera ciertos temores porque permite que otras tecnología­s y máquinas ganen autonomía, y despierta interrogan­tes relacionad­os con la violación de la privacidad de las personas o la eliminació­n de puestos de trabajo”, señala Viceconti.

En estas últimas se suscribían los viejos temores de Asimov. Y los jefes del futuro tienen por delante más de un desafío.

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Juan José López Murphy, de Ciencia de Datos: “El usuario es el foco”.
Globant Juan José López Murphy, de Ciencia de Datos: “El usuario es el foco”.
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