Apuestas sin apuro
Hacia dónde va el dueño de Farmacity, Freddo e inversiones inmobiliarias como el shopping TOM. Los sectores en carpeta: turismo, agrobusiness, servicios financieros y tecnología. La estrategia después de Quintana.
Ya sea por haber comprado algunas empresas con marcas reconocidas o por sus vínculos políticos, Pegasus ha sido uno de los fondos de inversión con mayor exposición pública. Los US$ 500 millones que ya invirtieron y los US$ 150 millones que
tienen presupuestados no los ubican como los inversores de mayor peso, pero su perfil no ha pasado inadvertido.
En cuanto a las marcas, en el pasado fueron Musimundo y Efectivo Sí, entre otras. Actualmente sus operaciones se dividen entre corporativas e inmobiliarias. Además de Farmacity y Freddo, que tienen bajo control, dentro del primer grupo manejan partes minoritarias de Marketec –cupones de descuento–, Mercadoni –delivery de productos de supermercado– y Pampa Cheese –muzzarella para exportar. Dentro de las inmobiliarias, canalizadas a través de la desarrolladora Rukan, se destacan TOM –el segundo shopping más grande de la Argentina– y Urbana –centro empresarial de 50.000 metros cuadrados en Vicente López–, además de varios proyectos residenciales. Pero si se ha hablado tanto de Pegasus no ha sido solo por sus negocios, sino también porque Mario Quintana, secretario de Coordinación Interministerial, fue presidente de Farmacity hasta diciembre de 2015. J erónimo Bosch, Managing Partner de Grupo Pegasus, minimiza el vínculo: “Más allá de la relación de amistad después de tantos años de trabajar juntos y de mantener un contacto personal, él renunció a todas sus posiciones y cargos dentro de Pegasus. No hay ninguna injerencia desde hace ya mucho tiempo. Para la operación no tuvo ningún impacto. Nuestro foco es traer inversiones a la Argentina, como lo hacemo s desde hace 17 años”. El ejecutivo recibió a APERTURA en las oficinas que el grupo tiene en Libertador y Cerrito. En el gran ventanal que da al este se dibuja una postal de la Argentina. En la misma ima- gen se puede ver la avenida Libertador, a metros del Patio Bullrich; el barrio 31, con toda su problemática pero cada vez más grande; la estación de tren recién renovada y las vías del Mitre, del San Martín y del Belgrano Norte; la estación de ómnibus, lejos de su esplendor; los tribunales federales sobre Comodoro Py; el puerto; la autopista Illia, en sus metros finales; y de fondo, claro, el Río de la Plata. Esa mezcla de realidades funciona como una apostilla de una Argentina que es mirada y analizada por los inversores. Turismo, servicios financieros, agrobusiness y tecnología son los otros sectores que tienen en carpeta, según revela Bosch. “A esto se agrega Celeris –continúa–, una plataforma para inversiones de alto impacto que ya recibió casi US$ 20 millones de parte de familias argentinas”. Las operaciones se completan con las oficinas que Pegasus tiene en Bogotá, desde donde realizan proyectos de real estate. Además, está presente en otros siete países latinoamericanos mediante las marcas en las que tiene participación.
“Somos optimistas respecto a las perspectivas que tiene el país”, confiesa Bosch. Según su visión, se trata de un momento interesante debido al cambio de modelo económico, debido a que “había una falta extraordinaria de inversión y se le está poniendo mucho foco a recuperar la capacidad de infraestructura”. Sin embargo, matiza la cuestión: “Las compañías volcadas hacia el consumo tuvieron una evolución un poco más lenta de lo que nos hubiera gustado. Al sector inmobiliario, por ejemplo, se lo vio más resguardado”.
En cuanto al modus operandi que sigue Pegasus, Bosch revela que no tienen una “estructura de fondo”, sino que realizan los planes según cada inversión específica con miras a un activo en particular. “Entonces –explica– los inversores de una compañía no son los mismos de otra y no están dentro de un fondo que busca liquidar dentro de un plazo determinado. Esto no significa que no tengamos el objetivo de realzar el valor para quienes nos acompañan, pero sí tenemos flexibilidad. Tener recetas muy rígidas en cuanto a cuándo entrar y salir puede ser un camino hacia el desastre”.
Las marcas más emblemáticas del fondo, Farmacity y Freddo, se han expandido bajo su gestión, pero parecen
entrar a una etapa de mayor madurez. Bosch, sin embargo, asegura que aún tienen margen: “Nos gusta el crecimiento, claro, pero eso no significa que las compañías líderes no tengan oportunidad de crecer. Dentro de Farmacity desarrollamos Simplicity, Look y Qüell”. Además, remarca que analizan constantemente la posibilidad de crecer mediante adquisiciones para au mentar el valor del portfolio.
Sobre las variables que miran de una empresa a la hora de tomar la decisión de invertir –o no–, Bosch declara que buscan las que tienen “una posición de liderazgo en sus mercados, especialmente en consumo. Tratamos de enfocarnos en conceptos o compañías que tienen una solidez estructural, más allá del ciclo económico”. Además, agrega que cada inversión depende de la gente con la que se asocian, quienes son fundamentales a la hora de detectar oportunidades. Cada inversión, está claro, tiene un componente muy distinto de volatilidad. Por eso, en el caso de que se trate de un negocio muy riesgoso, buscan que sea recompensado por un retorno muy alto: “Ajustamos las expectativas de retorno en función del riesgo de cada situación”.
La escalada del dólar desde mediados de diciembre trajo también consecuencias para este mercado. En definitiva, al devaluarse el peso, las empresas argentinas se hicieron más baratas para los inversores extranjeros. Bosch reconoce que el tipo de cambio es una variable que tienen en cuenta, pero que la cruzan con el índice de inflación. “En ciclos de devaluación hay posibilidad de encontrar activos baratos o atractivos. Pero miramos esto dentro de una ecuación total del plan de negocios. El precio de entrada es un elemento, pero también lo es el desarrollo propio de la compañía”, desarrolla.
Sin embargo, profundiza sobre las condiciones macro: “Una variación de corto plazo de $ 2 no tiene impacto en la decisión de entrar a un proyecto. Nos fijamos la posibilidad de desarrollo de esa compañía dentro del marco de precios relativos. Son muchos factores macroeconómicos que miramos relativos al crecimiento: inversión, consumo, desarrollo del mercado de capitales y del mercado de crédito”.
Según afirma, los inversores del fondo son un mix entre locales e internacionales. “Empezamos con un
“Una variación de corto plazo del dólar no tiene impacto en la decisión de entrar a un proyecto. Vemos todo”.
fuerte apoyo de inversores nacionales. A medida que pasó el tiempo incorporamos del exterior, tanto de América latina como de los Estados Unidos o Europa. Actualmente, la mayoría de nuestra base de capital es extranjera. Somos un canal de inversión directa extranjera”, grafica. Justamente, sobre esa mirada de los capitales extranjeros acerca de la Argentina opina Bosch: “En los últimos años había muy pocos inversores institucionales mirando al país. Pero esto cambió sustancialmente. Lo más líquido es lo que primero reaccionó. Luego llegó lo relacionado a mercados públicos de acciones, con compañías que salieron a hacer IPOS. Ahí se está desarrollando el mercado, y de a poco empiezan las inversiones a largo plazo”. Según su visión, se percibe más actividad, ya que había fondos que no tenían en el radar a la Argentina, o incluso tenían el mandato de no invertir. Igualmente, aclara, “todavía es un mercado que está lejos de ser competitivo. Hay más transacciones, pero no es que para una misma empresa hay varios jugadores en pugna”. Luego de tantos cambios en el mercado, es tentadora la comparación con los fondos que operaron en la Argentina durante la década del 90. “Después de casi 30 años de operaciones todos han aprendido de sus heridas, errores y éxitos. Es una industria que ha crecido en toda América latina. Hubo un proceso de decantación, donde algunos tuvieron que salir y otros subsistieron. Los que están son los que mejor se adaptaron a los cambiantes vaivenes de la región. En resumen, veo mayor maduración y crecimiento. Se ven fondos con mayor poder de fuego y regionalización”, remata.