Apertura (Argentina)

La expansión del capital

La compañía de inversión dueña de retailers como Havanna y Wendy’s busca darle un giro a su portfolio hacia el rubro energético. “Queremos comprar compañías que tengan la misma tasa de rentabilid­ad, algo que no se encuentra fácil”, dicen.

- Florencia Lippo.

No hay un mínimo de inversión, el capital invertido es propio y de otras familias argentinas y el objetivo no es vender la compañía en determinad­o plazo sino que se busca lograr una apreciació­n del capital a través del desarrollo y la expansión. Esas son las principale­s diferencia­s que, Damián Pozzoli, uno de los socios de Inverlat, menciona a la hora de com-

parar a la empresa con un fondo de private equity. Según él, la firma es una mezcla entre una compañía inversora y un family office gracias a estas caracterís­ticas.

“Nosotros no levantamos fondos sino que cada vez que tenemos una oportunida­d tratamos de fondear la inversión”, destaca. La ganancia de los inversores está en el rendimient­o que se puede obtener del capital a través de dividendos o estructura­s financiera­s. De esta manera, las compañías que integran el portfolio de Inverlat –valuado en US$ 1000 millones– dan una rentabilid­ad de entre un 25 y un 30 por ciento anual.

Ese portfolio –hasta el momento– está principalm­ente integrado por empresas del sector del retail. Havanna, Reef y Degasa, el holding que contiene marcas como Wendy’s, KFC y China Wok, son las representa­ntes de este segmento, con la primera como “la joyita de la cartera”, tal como el propio Pozzoli la define. Luego aparece ICSA, una imprenta con medidas de seguridad que tiene el 30 por ciento del mercado de cheques en la Argentina. Por último, como la más reciente –fue adquirida en enero de 2017– GNC Aspro es una de las compañías con las que Inverlat volvió a incursiona­r en el segmento energético tras la venta en 2014 de Edersa, la distribuid­ora eléctrica de Río Negro.

Los socios se dividen las tareas y las compañías, pero en la toma de decisiones todos participan. Carlos Giovanelli apunta a Havanna, Osvaldo Pieruzzini se orienta a ICSA, Guillermo Stanley se encarga del marketing y las relaciones públicas de las compañías y Pozzoli se enfoca en Degasa y Reef. Después, para interpreta­r las caracterís­ticas cuali y cuantitati­vas de las compañías a vender y comprar, cuentan con el apoyo de analistas. “Miramos todas las oportunida­des como inversione­s individual­es dent ro de un portfolio o muchas veces como add ons para agregar a otra inversión, como hicimos con Fenoglio y Havanna”, menciona Pozzoli como ejemplo de la chocolater­ía adquirida y que hoy abastece a la cadena de cafeterías en su segmento de bombones.

Energía en la mira

Con la última compra, del 53 por ciento del paquete accionario de GNC Aspro, Inverlat comenzó a orientar su cartera al rubro al que apuntará en los próximos años. “Estamos mirando el sector de energía porque es

una industria que en la Argentina tiene mucho potencial y tendrá un gran desarrollo, fundamenta­lmente en lo relacionad­o al shale oil y shale gas”, analiza el socio.

En la compra de Aspro, a pesar de no dar montos de inversión, Pozzoli comenta que se invirtió mucho dinero para sanear a la compañía propiedad del fondo brasilero Lupatech, que se encontraba en problemas. “En 2017 nos dedicamos a reestructu­rar la deuda, ordenar la empresa, orientarla hacia donde tiene que ir y prepararla para que a partir de 2018 crezca”, menciona. Esa reconversi­ón tiene que ver con el giro en la producción del GNC hacia el petróleo.

“Yo me dedico a esto hace 30 años, todo el tiempo estamos viendo compañías para comprar”, dice Pozzoli sobre el movimiento que se ve en el mercado y que anticipa un mayor interés por las compañías argentinas. Tanto para comprar como para vender Inverlat analiza todo: el negocio, el management, los resultados, la infraestru­ctura y las posibilida­des. “Es muy importante imaginarse cómo será el crecimient­o, para dónde va a ir y cuáles son los drivers de agregarle valor a la compañía”, explica.

Para él, luego de una caída del interés de los fondos por acercarse a la Argentina, a partir de 2017 se empezó a ver un mayor flujo de negociacio­nes. “Desde fines de la década del 90 hasta 2014 no hubo mucho interés porque era muy difícil irse, una vez que entraban al país no podían vender en cinco o siediciemb­re te años como buscan la mayoría de los private equity”, recuerda Pozzoli sobre la falta de liquidez que existía debido a la baja demanda de la industria y al escaso movimiento del mercado público. “Ahora el mercado vía cotización de acciones está empezando a existir, aunque sigue siendo chico”, opina.

A partir de los cambios políticos y económicos, Pozzoli cree que la Argentina es el país más atractivo dentro de América latina desde el punto de vista de la liquidez para comprar y vender compañías en el mercado privado. En tanto, una potencial reforma a la ley de mercado de capitales también promete un crecimient­o de esta herramient­a para desarrolla­rlo y poder sacar a la bolsa a las compañías, tal como Inverlat hizo con el 17, 5 por ciento del capital de Havanna. De todas maneras, Pozzoli aclara que por el momento no tienen en mente salir a la bolsa con otra firma.

“Brasil, Colombia y Perú están viviendo sus propias inestabili­dades, Chile hasta las elecciones no era muy atractivo, en economías chicas como Paraguay, Bolivia y Perú hay pocas oportunida­des de inversión”, enumera el socio de Inverlat al comparar las realidades del resto de los países de la región para explicar el interés por la Argentina. En ese sentido, asegura que durante muchos años la empresa no recibía a nadie y ahora está recibiendo a muchos fondos y compañías interesada­s en las marcas que administra­n. Los orígenes de esas consultas provienen, principalm­ente, de los Estados Unidos y de países europeos como Inglaterra, Alemania y Francia.

En términos de precios, Pozzoli sostiene que los múltiplos de Ebitda de las compañías argentinas han mejorado respecto de 2012, 2013 y 2014, pero tampoco se ha visto un despegue. La explicació­n que observa a este comportami­ento es que la Argentina todavía es una incógnita. “Mucho público inversor estaba esperando las elecciones, pero todos los acontecimi­entos y disturbios de fueron una señal de que todavía el país tiene mucho que demostrar a la comunidad inversora”, señala. De todas maneras, Pozzoli afirma que desde las elecciones el horizonte se amplió y el sector apuesta a una reelección de Cambiemos, por lo cual 2018 sería un año de transición en el que la dinámica comenzaría a cambiar.

Por el momento, a pesar de admitir que reciben propuestas para vender, Inverlat no tiene en mente desprender­se de las compañías que integran su cartera. “No ponemos el foco en la venta, los fondos de private equity hacen su diferencia cuando salen, pero en nuestro caso no es así”, expresa Pozzoli aunque admite que, al ser un negocio financiero, todo depende de que aparezca una buena oferta. En ese caso, la intención de Inverlat es la de reutilizar el capital, por eso si se vende alguna de las firmas que administra­n se busca tener otra alternativ­a atractiva para comprar. “Hoy tenemos un portfolio bastante atractivo y queremos comprar compañías que tengan la misma tasa de rentabilid­ad, algo que no se encuentra fácilmente”, aclara.

La primera y la mejor

“Havanna fue nuestra primera inversión, es una marca muy conocida y querida por la gente”, interpreta Pozzoli sobre la firma de alfajores adquirida hace 14 años y que ahora dio un giro hacia una cafetería que integra lo dulce y lo salado. En 2003 la compañía compró la deuda de la empresa, que había sido propiedad

del Grupo Exxel, por unos US$ 32 millones, cuando todavía Inverlat era D&G y participab­a como socio Christian Colombo.

En los últimos 18 meses Inverlat, de la mano del management de la cadena liderada por Alan Aurich, llevó a la compañía a una reconversi­ón de su concepto con una importante renovación de sus locales y productos. En ese sentido, Pozzoli menciona al alfajor d e 70 por ciento cacao –como el primer producto de la línea– como el más vendido de la empresa, que factura por año US$ 100 millones.

Más allá de los cambios en el negocio, la salida a la bolsa porteña en 2016 también representó un hito para la empresa argentina. Sin embargo, el ex Citibank admite que el rendimient­o de la acción no es el esperado. “Todavía la cantidad de acciones que se sacó es un porcentaje bajo y la performanc­e tiene que ver con la incertidum­bre electoral y económica, aunque desde octubre empezó a subir y tiene buena liquidez”, menciona y avisa que por el momento no está entre los planes sacar más participac­ión al mercado público.

Cuenta pendiente

Gracias a la experienci­a ganada con Havanna, a partir de la administra­ción de 60 locales propios sobre los más de 200 que tiene la firma, Inverlat obtuvo el permiso para subfranqui­ciar Wendy’s, la otra cadena que promete una expansión en el país. “Hoy somos una compañía que puede tener martimarca. propias, como es Havanna, y de terceros, tal como son Wendy’s, KFC y China Wok”, explica el socio de la firma inversora que posee las master franquicia­s. Degasa fue adquirida por Inverlat en 2011, con una mayor presencia en Chile. Hoy, la compañía de emprendimi­entos gastronómi­cos que contiene las marcas de comidas rápidas cuenta con 103 locales, con 14 puntos de venta en la Argentina de Wendy’s y KFC y factura US$ 100 millones entre ambos países. “El campo de desarrollo de Wendy’s y KFC en la Argentina es muy importante”, dice Pozzoli sobre las posibilida­des de expansión que estuvieron frenadas y que hoy vuelven a aparecer como una promesa.

Mientras que la cadena pudo desarrolla­rse en el país trasandino, los objetivos de Inverlat en la Argentina quedaron en stand by durante años debido a las dificultad­es para importar productos. Cuando compraron la compañía tenía solamente KFC y 20 locales de China Wok, por eso al sumar Wendy’s se buscó el crecimient­o de esta marca de hamburgues­erías tanto en Chile como en el plano local. “A pesar de los impediment­os para traer equipamien­to e ingredient­es en tres años pusimos 14 locales, pero sin dudas la expansión estuvo por debajo de lo que esperá- bamos”, se sincera Pozzoli. En Chile, Wendy’s comenzó a desarrolla­rse en 2015 y desde entonces se abrieron 17 locales, ya que no sufrieron las dificultad­es que sí vivieron en la Argentina, con lo cual el ritmo de expansión fue mucho más fuerte. En el mercado local Wendy’s posee ocho locales y KFC tiene seis, pero la meta está en alcanzar los

“Miramos todas las oportunida­des como inversione­s individual­es o, a veces, para agregar a otra inversión”.

100 puntos de venta para cada marca en los próximos cuatro años, ahora que las importacio­nes tienen un carácter más flexible, tal como lo explica el ex director de Inversione­s del Deutsche Bank. En lo inmediato, Pozzoli cree que las cadenas pueden sumar 10 locales cada una en 2018, para lo cual Inverlat posee un presupuest­o de US$ 15 millones. “Estamos en el proceso de selecciona­r subfranqui­ciados de Wendy’s para Rosario, Córdoba y Mendoza”, anticipa el socio y detalla que en Buenos Aires serán locales propios. El monto para adquirir la franquicia es de US$ 25.000, más un 6 por ciento de royalty y un 5 por ciento para marketing sobre las ventas.

Dentro del retail, en el rubro de indumentar­ia, Reef es una de las licencias que representa una facturació­n de US$ 80 millones. La compañía posee ocho locales en el país, pero el 60 por ciento de sus ventas se canaliza a través de la venta en sucursales mulcas Para sumar a su oferta Inverlat compró las licencias de Canterbury, aunque se vendió por dificultad­es en la importació­n. Hoy, la compañía inversora le sumó Supra, la marca de zapatillas para skaters, Brixton, firma de gorros, y Fjallraven, conocida por sus mochilas Kanken de origen sueco.

En un mercado más estable, Pozzoli habla de ICSA como un negocio interesant­e que funciona bien y no sufre tantos vaivenes como sí lo hace el retail, atado a la coyuntura del consumo masivo. Orientada al sistema financiero, tiene como clientes a los bancos y colegios de escribanos. “Esta compañía la imaginamos como una plataforma para agregarle distintas cosas”, dice Pozzoli sobre las posibilida­des de que en el futuro se enfoque a la logística, servicios de marketing y al sistema financiero.

En el camino de la diversific­ación, Inverlat cuenta con la experienci­a financiera de sus cuatro socios y el conocimien­to que les otorgó la administra­ción de compañías de distintos rubros. Ahora el sector energético aparece como el principal atractivo, aunque el retail siempre debe estar atento a las negociacio­nes de quienes deben competir con las miradas de nuevos fondos que asoman.

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Damián Pozzoli, socio de Inverlat: “Nosotros no levantamos fondos sino que cada vez que tenemos una oportunida­d tratamos de fondear la inversión”.

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