Un emprendimiento para armar
Mariano Sallorenzo es un abogado y licenciado en Relaciones de Trabajo que quería ser emprendedor. Después de años en estudios legales y multinacionales, se incorporó a la empresa familiar, una fábrica de cajas de cartón que su abuelo fundó en 1950. Estaba de viaje en Europa cuando vio una tendencia que podía traer a la Argentina de la mano de la organización de la fábrica que lideraban su padre y su tío. En Grincraft hacen estructuras de cartón, que en su mayoría son muebles como bancos, sillones o mesas, pero la imaginación de sus clientes los lleva a producir desde estanterías hasta un podio para una competencia. “Teníamos una estructura. Hicimos pruebas y funcionó. Entonces pensé que podía llegar a ser un negocio”, recuerda Sallorenzo que en 2014 invirtió $ 10.000. Primero apuntaron a los organizadores de grandes eventos, con un banco, su primer producto, rápido de armar y desarmar, liviano y fácil de guardar, además de reutilizable. El resto de sus productos tampoco requieren herramientas ni pegamento para su montaje y los precios arrancan en $ 160. Fabricados con planchas de cartón corrugado doble triple onda C, tienen, bajo techo, una vida útil mínima de cinco años y los asientos pueden soportar 200 kilos. El cartón, una vez descartado, puede ser retirado por los emprendedores para reciclarlo, mezclarlo con cartón nuevo y para dar vida a nuevas creaciones. De hecho, gracias a su compromiso medioambiental y social (trabajan con la comunidad de San Justo, La Matanza, donde están instalados), recibieron la certificación de Empresa B en 2016. Este mes inaugurará su tienda online para llegar al consumidor final. Desde allí ofrecerán kits con sus productos ideales para, por ejemplo, jóvenes recién mudados o como opción para un evento pequeño. Facturó $ 500.000 el año pasado y espera duplicar la cifra.