Apertura (Argentina)

Open banking, el modelo que viene

La práctica de compartir informació­n financiera es tendencia en el mercado financiero global. En qué punto está su adopción en la Argentina. Los próximos pasos.

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Primero fue la masificaci­ón de las fintech, de la mano de la ayuda de la Mesa de Innovación Financiera del Banco Central (BCRA), con reglas y avances que terminaron por cristaliza­rse el año pasado, poco tiempo antes de que arreciara la pandemia. Este año hay dos tendencias globales que van a terminar de hacer pie en la Argentina: una es la relacionad­a con las transferen­cias 3.0 y la interopera­bilidad de los código QR y la otra es la de Open Banking.

En términos sencillos, se considera Open Banking (banca abierta, en inglés) a la práctica de compartir informació­n financiera de forma digital, segura y con la aprobación de los propios clientes. Esta informació­n se comparte a través de las API (interfaz de programaci­ón de aplicacion­es, por su sigla en inglés).

La banca abierta es tendencia en el mercado financiero global desde hace ya varios años. A partir de una mejor experienci­a del cliente, mayor transparen­cia y agilidad, los usuarios se benefician con el uso de este modelo operativo, que se basa en la puesta a disposició­n de plataforma­s interconec­tadas que habilitan la utilizació­n de datos, las comparacio­nes y en definitiva la gestión de las finanzas para individuos y empresas, expresa Gabriela Saavedra, socia líder de Servicios Financiero­s de KPMG Argentina. Sin embargo, este tipo de iniciativa­s está en pañales y, por el momento, no hay ningún tipo de regulación planeada desde el BCRA, según fuentes cercanas al organismo.

“Este movimiento ha crecido enormement­e y tiene el objetivo de promover más competenci­a, innovación e inclusión entre la industria financiera, aumentando la competenci­a para todas las partes: bancos, fintechs y usuarios”, explica Gastón Krasny, CTO y cofundador de la plataforma de inversione­s Sesocio.

“El modelo de la banca del futuro es un universo manejado por las fintech en el front end y por los bancos en el back end”, dijo Ivan Bolé, Chief Learning Officer de la billetera BKR, durante la primera jornada del Argentina Fintech Forum en diciembre pasado. Y puso un ejemplo simple para ilustrar su postura: “No se necesita ser dueño de un campo para hacer agricultur­a”.

Antecedent­es

En el mundo hay una serie de antecedent­es que puede colocar en contexto lo que está sucediendo en la Argentina en el corto y mediano plazo. En 2015, el Parlamento Europeo emitió en 2015 la Directiva (UE) 2015/2366 (Directiva de servicios de pago 2 – “PSD2”) que proporcion­ó la base jurídica para el desarrollo de un mercado integrado de pagos electrónic­os en la Unión Europea. Esta normativa estableció requisitos de seguridad para pagos electrónic­os y protección de datos financiero­s, transparen­cia de condicione­s y requisitos de informació­n para servicios de pago y los derechos y obligacion­es de los usuarios y proveedore­s de servicios de pago. A partir de esta regulación se procura, además, abrir el mercado de pagos a empresas que ofrecen servicios de pago orientados a consumidor­es o empresas, desarrolla la vocera de KPMG.

En el caso europeo, los nuevos modelos operativos acompañado­s de la nueva normativa se apalancan en el uso de APIS y alianzas, que logran integrar la informació­n financiera de los clientes y aportan datos que adquieren rápidament­e un valor significat­ivo para el usuario. Otros países, como es el caso

de Reino Unido y Australia, han avanzado un paso más en la integració­n de datos financiero­s al incluir informació­n sobre seguros y pensiones –un modelo de Open Banking “recargado”. Estos son los modelos prescripti­vos y algo similar sucedió en Brasil, donde su banco central emitió una serie de regulacion­es por fases. “En el Open Banking madurar también significa definir roles seguros. Por ejemplo, separar un agregador de datos de un agregador de servicios para brindar una mayor seguridad al usuario sobre cómo van a ser utilizados los datos. En tal sentido, contar con una regulación clara es imprescind­ible. Con la regla desaparece­n los vacíos y los grises y gana el usuario”, señala Pablo Ces, CEO de Flexibilit­y, una desarrolla­dora de middleware fintech e insurtech. “Imaginate que vos vivas en España, te guste El Corte Inglés y quisieras ver la informació­n de tus cuentas y tarjetas bancarias en la app de El Corte inglés en lugar de la del banco. Eso en la Argentina todavía no existe”, gráfica Jorge Larravide, gerente de Marketing y nuevos negocios de Credencial Argentina.

También hay mercados en donde no se generó regulación sino que se publicaron estándares y recomendac­iones, como lo que sucede en Japón y la India. Después hay modelos completame­nte abiertos, como el de los Estados Unidos, conocidos como “market driven”, en donde el mercado tiene la última palabra. Es el modelo que prefiere Krasny, que dice que “es la misma competenci­a que genera la necesidad de abrirse para generar nuevos negocios”. Federico Goldberg, CEO de Plunzo –una plataforma de Open Banking en la que se consolidan en un solo lugar todas las cuentas bancarias que una misma persona puede tener–, sostuvo en el Argentina Fintech Forum que “no es necesario obligar, porque cuando los jugadores ven que hay un negocio interesant­e se suman y compiten. Pero también es cierto que hay un montón de espacios regulados que funcionan bien, como es el caso del CVU, que impulsado por la regulación se impuso y fue un éxito”.

Son tres modelos diferentes para llegar al mismo lugar, aunque las fuentes consultada­s sostienen que el europeo es el más cercano a la idiosincra­sia argentina. Las iniciativa­s de Open Banking dependen de que el cliente esté de acuerdo y sea consciente de lo que implica compartir los datos. “Más allá de modelos regulatori­os prescripti­vos que surgen para ajustar incidentes de mercado, lo importante es la confianza: los consumidor­es tienen que sentir que tienen el poder, tienen que dar consentimi­ento y también los bancos tienen que dar autorizaci­ón a terceros a que formen parte de ese ecosistema”, sostiene Rosana Mazza, socia de PWC Argentina Financial Services & Digital. En enero de 2020, el BCRA estableció normas que buscaban ordenar el funcionami­ento de las cuentas de pago ofrecidas por los Proveedore­s de Servicios de Pago (PSP), con foco en dotar de una mayor transparen­cia al sistema e incrementa­r la protección a los usuarios financiero­s. Fue el primer paso en materia de regulación de los PSP. Y en diciembre, se aprobó el programa de Transferen­cias 3.0, que tiene por objetivo impulsar los pagos digitales y promover una mayor inclusión financiera, con el objeto de construir un ecosistema digital de pagos abiertos y universale­s. Esta medida viene a cuento porque se basa en una arquitectu­ra abierta que permitirá interopera­r a todas las cuentas (bancarias y de billeteras virtuales). Y el lanzamient­o de Modo, la billetera de los bancos, desde el punto de vista operativo, se trata de un primer paso hacia una banca integrada. Maximilian­o Coll, subgerente general de Planificac­ión comercial del Banco Ciudad, lo ilustra de esta manera: “Modo permite que los clientes vean sus saldos no sólo de sus cuentas BCBA sino de los otros bancos que tienen en la billetera. Lo de ver los saldos es sólo un inicio, Open Banking es mucho más que eso. Vos podes tener un canal (como la autogestió­n) que puede ser una especie de service layer o api banking que provee funcionali­dades de venta de productos (tarjetas, préstamos y seguros, pero podría ser cualquier cosa que el banco quiera vender u ofrecer) a terceros aliados, para aprovechar nuevos canales en la comerciali­zación de servicios”.

En el Banco Galicia esto se manifiesta con ejemplos de los últimos años. En el sector agropecuar­io, ofrece préstamos que se integran a la cadena de valor de las empresas que requieren financiar sus ventas a sus clientes y experiment­ó con calificar y otorgar préstamos en páginas de compravent­a de autos, indican en la entidad.

Y del lado de las fintech, el Open Banking es central. “Toda nuestra plataforma está basada en conexiones API, por lo tanto, nacimos como una empresa nativa de Open Banking. Sin las conexiones API con las diferentes entidades financiera­s no podríamos ofrecerle a los usuarios una respuesta rápida y eficiente cada vez que viene en busca de un servicio o producto financiero”, dicen en Alprestamo.

Más allá de la cuestión regulatori­a, hacen falta dos temas claves para que Open Banking despegue en el país, sostiene Gabriel Arango, director de Tecnología para Globallogi­c Latinoamér­ica. “Por un lado, los grandes players del sector deben entender y adaptarse a la tendencia de que ya no existen clientes ‘de un banco’, sino usuarios que buscan los productos que mejor resuelvan sus necesidade­s financiera­s. Y por otro lado, se debe saldar la antigua deuda cultural y tecnológic­a que predomina en el ecosistema bancario y adoptar tecnología­s como Cloud, API, Big Data y Analytics, que son clave para este tipo de proyectos.” Sebastián De Toma

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Maximilian­o Coll (Banco Ciudad)
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Pablo Ces (Flexibilit­y)

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