Microsoft mudó su búnker a una zona histórica de Milán
Herzog & De Meuron proyectó el edificio para la Fundación Feltrinelli, donde el gigante de la tecnología mudó sus oficinas. Cómo se funden la fachada y la cubierta. El impacto urbano.
El estudio suizo Herzog & De Meuron desembarcó en Milán con un edificio que le cambió el pulso a la zona de Porta Volta, en el Norte de la ciudad italiana. El impacto urbano que generó el conjunto forma parte de un plan integral para revitalizar el área y transformarla en un polo corporativo; una iniciativa que Microsoft asumió como propia dado que mudó su búnker tecnológico a seis de los ocho pisos del edificio.
Las estrategias urbanas que retomó Herzog & De Meuron para proyectar Feltrinelli Porta Volta apuntaron a levantar un volumen icónico en Porta Volta, ubicado a lo largo de la antigua muralla de la ciudad que data del siglo XVI. Esta muralla era la última de una serie de fortificaciones que definieron los límites del crecimiento de la ciudad.
Con el edificio conectado y proyectado como un nuevo eje urbano, el vacío que aún es la marca registrada del sitio quedó como huella testimonial de aquellos muros. Junto con otras puertas conservadas, las dos Caselli Daziari di Porta Volta ofrecen un importante punto de referencia en el plano de la ciudad de Milán.
La localización del edificio para la Fundación Giangiacomo Feltrinelli de estudios e investigaciones históricas destaca a esta puerta histórica, retomando la tradición milanesa de los edificios individuales, largos y lineales.
En este contexto se proyectó un volumen con rasgos propios, con una cubierta que se funde en las fachadas. La planta baja contiene la entrada principal, una cafetería y la tienda de libros, seguida por un espacio de doble altura en el primer piso, y una zona de oficinas en los pisos tercero y cuarto. El desembarco de Herzog & De Meuron en Milán tuvo en cuenta el uso público de estas funciones del edificio, que dotan de vida urbana y movimiento al área.
La estructura expresa las condicio-
nes geométricas del sitio en una rotación de sus partes y en el equilibrio entre la transparencia y la definición espacial. La fachada, la estructura y el espacio forman un todo integrado.
Escala, estructura y repetición son las claves del proyecto que se suma a la renovación de la ciudad. Y que Microsoft retoma para instalar su usina de innovaciones y tecnología en un edificio con impronta propia, vinculado a la transformación que plantea el corazón de la empresa.
A cargo del interiorismo, el estudio DEGW sugirió acompañar las estrategias ligadas a las nuevas dinámicas del mundo del trabajo tecnológico con una propuesta que optimiza el uso del espacio y promueve la interacción de los empleados. Áreas libres para circular, sin puestos de trabajo fijos, convierten al búnker en un espacio de coworking. Además, llevaron el verde de afuera hacia adentro, convirtiendo oficinas en espacios parquizados, a tono con la tendencia de sumar naturaleza en las oficinas para mejorar el rendimiento.
Según los proyectistas, Jacques Herzog, Pierre de Meuron y Andreas Friesrzog (asociado), el edificio está inspirado “en la simplicidad y la generosidad de la arquitectura milanesa histórica, como el Ospedale Maggiore (Policlínico de Milán), la Rotonda della Besana, el Lazzaretto y el Castillo de Sforzesco”.
En los alrededores del edificio de acero y vidrio, cuyo techo inclinado a dos aguas cambió radicalmente el skyline de la ciudad, se implantará un parque público de 11 mil metros cuadrados. Esta operación generará un oasis verde y cierto contraste con la historia amurallada de la zona. “Tiene un potencial estratégico importante para crear un impacto positivo en toda la zona circundante. El proyecto adquiere una dimensión urbana de peso, que refuerza el carácter particular de la ciudad de Milán”, señalaron los proyectistas.
Delgado, lineal y proyectado para mejorar una zona degradada de la ciudad, el conjunto convive con la tipología clásica de los palacetes.
Uno de los aliados de los proyectistas fue la compañía COIMA, una desarrolladora inmobiliaria cuya misión principal es la renovación del paisaje urbano. La firma se especializa en transformar los terrenos degradados de la ciudad en zonas parquizadas que acompañan el crecimiento del barrio vecino: Porta Nuova, un sector donde los rascacielos, centros comerciales y exuberantes parques de uso público.
El edificio de Feltrinelli Porta Volta apuesta a transformarse en punta de lanza para revitalizar el área y atraer inversiones que sumen desarrollos. La elección del estudio suizo no fue casual. Cuando en 2001 recibieron el premio Pritzker, el jurado no sólo destacó la trayectoria de los arquitectos nacidos en Basilea y formados en la ETH de Zúrich, sino también valoró el espíritu de resignificación que asumen a la hora de proyectar.
Innovar desde la tradición es una constante de Jacques Herzog y Pierre de Meuron. Y en Porta Volta aplicaron su fórmula imbatible.
El estudio suizo Herzog & De Meuron desembarcó en Milán con un proyecto que respeta los orígenes del área de Porta Volta. Y Microsoft se apropió del volumen para imprimir su sello propio.