Escuela de cine con una piel interactiva en la fachada
El alumno parte de la direccionalidad que toman las calles del entorno para plantear el proyecto. Y resuelve la fachada del edificio con la metáfora de un revestimiento que representa las cintas de los rollos de cine.
Memoria del proyecto
La idea rectora del proyecto está estrechamente relacionada con el entorno en el cual se planteaba el ejercicio. La propuesta parte de la toma de las direcciones de las calles existentes y su influencia en el terreno. Se plantea un edificio con un gran zócalo despegado del suelo que toma las direcciones de la calle Olazábal y un bloque en vertical que remata las visuales concentradas por la calle Balbín. A su vez, el edificio se encuentra envuelto por una piel interactiva que representa las cintas de los rollos de cine. Esta piel funciona como un elemento que refleja y amplía la perspectiva de la calle Balbín durante el día. Por la noche funciona como un elemento interactivo proyectante. En el interior del edificio se planteó la ubicación de un bloque central de circulación mediante rampas, que permite acceder a sus usuarios al auditorio exterior que se conforma con la pendiente que toma el zócalo del edificio. A su vez, este bloque funciona como eje de la planta baja, logrando dividir así el edificio en dos partes, permitiendo su uso para los alumnos durante los días de clase; y que el mismo permanezca activo durante los días en los que la escuela se encuentra cerrada ofreciendo como espacios de uso los auditorios, tanto interior y exterior, como así también la cafetería ubicada en el tercer piso. En el resto del proyecto se decide distribuir las funciones pedidas por programa para el funcionamiento de una escuela de cine.
Comentario de la cátedra
Para entender los alcances de este trabajo es necesario aclarar que el tema -en este caso, escuela de cine- es planteado por la cátedra de manera genérica. Así, el punto de partida del proyecto es la construcción misma del programa, en calidades y cantidades, y para ello se estudian tanto los aspectos funcionales como las características del barrio -en términos físicos y socioculturales- que albergará al nuevo edificio. La relación funcional entre los distintos espacios sugerida en todo programa, sus jerarquías y dimensionamientos relativos son, ya, parte de la propuesta. En cuanto al proyecto en sí, la situación urbana del lote elegido -terreno en esquina atípica que es, además, remate de la avenida Ricardo Balbín- resultó determinante a la hora de resolver el planteo compositivo. El edificio asume condición de hito arquitectónico con vocación de transformar el barrio, ofreciendo espacios públicos y semipúblicos a la comunidad. En esos términos, el retranqueo de la planta baja y la propuesta de una suerte de recova urbana amplían significativamente una vereda que, a la fecha, resulta poco utilizada por ser extremadamente angosta y quedar muy próxima a una calle altamente transitada. La idea de recuperar el paseo urbano y la ciudad como espacio de y para la comunidad queda así instalada. Por último, la materialidad y el lenguaje colaboran en adjetivar este juego de transformaciones urbanas. El edificio se vuelve, así, un saludable cómplice de la ciudad.