Una biblioteca barrial, punto de encuentro entre vecinos
A partir de un terreno ubicado en el corazón de manzana, la propuesta de los alumnos fue construir un ámbito de reunión comunitario en el barrio de Belgrano, desde la intervención sobre el espacio público.
El ejercicio se plantea en el barrio porteño de Belgrano, en un terreno que se encuentra en el corazón de manzana con la posibilidad de tener dos accesos, uno principal por la avenida Juramento 2357 y otro secundario por la calle Vuelta de Obligado 2836.
El tema del ejercicio, una biblioteca barrial, tiene como objetivo invitar a los residentes de la zona a acercarse y permanecer. En definitiva, construir un espacio comunitario y de reunión que nuclee a los vecinos.
Con la intención de potenciar el espacio público, se propusieron tres volúmenes conectados a través de una plataforma elevada a un nivel superior de la planta baja principal, obteniéndo de ese modo dos “plantas bajas”. Esta plataforma calada fue trabajada para dirigir y controlar el flujo peatonal hacia los puntos importantes.
Asimismo se buscó consolidar los dos accesos al terreno, el principal desde Juramento, ingresando por debajo de la plataforma y generando una transición espacial que permite al observador, recién dentro del terreno, apreciar la biblioteca desde todos sus ángulos. Y desde Vuelta de Obligado accede directamente al nivel superior de la plataforma, con visuales directas hacia la biblioteca.
El objetivo fue, entonces, el tratamiento del espacio exterior a través del solado y la plataforma para lograr una conexión armónica entre los tres volúmenes y entre estos y el barrio.
Finalmente, cada cuerpo alberga una función específica para optimizar las circulaciones interiores. Así, la Biblioteca y sus salas de lectura se alojan en el volumen principal; la sala de exposiciones con cafetería en la planta baja del edificio secundario; y el último volumen está reservado para salas de estudio/trabajo únicamente.
Comentario de la cátedra
El diseño del espacio público, su valoración como pilar y motor de la vida urbana, y la voluntad por recuperar un entorno urbano banalizado o degradado, es el argumento que sostiene el proyecto del equipo de los alumnos.
A partir de esta premisa, la confección del programa de la Biblioteca (realizado por los mismos alumnos), y su posterior solución arquitectónica, fueron tan solo excusas apropiadas para proponer un entramado de espacios descubiertos, semicubiertos y cubiertos, entendidos todos ellos como “lugares” y, como tales, aptos para el paseo, la permanencia, el ocio, la interacción.
En este proceso, la arquitectura como cuerpo cede protagonismo; su función no es la de definirse como objeto singular que asombra al público y a la ciudad por su ajenidad renovadora, sino -y esto es saludable- fortalecerse como marco y continente de las acciones -la vida- de la comunidad. Así, las partes arquitectónicas limitan, definen, encauzan, articulan espacios de distinta índole que se ofrecen... para que las cosas simplemente ocurran.
A partir de allí, las soluciones parciales: la adecuada proporción de los espacios y sus relaciones, el cuidado en los acabados materiales y la economía de recursos físicos.